Pico y Placa Medellín
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Un escándalo que tiene la lupa puesta en las actuaciones de varios políticos antioqueños.
El petrismo está haciendo implosión: fue lo primero que se le ocurrió decir a algunos de quienes escucharon la pelea en la radio de la mañana, este viernes, entre el director de la Unidad de Gestión del Riesgo, Carlos Carrillo, y el exalcalde de Medellín, Daniel Quintero.
Carrillo acusó a Quintero de tener varias cuotas en la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo (Undgr) la entidad protagonista del aterrador escándalo del saqueo de los recursos destinados para llevar agua y desarrollo a la Guajira. El aguerrido Carrillo sacó documentos y demostró cómo fueron a parar en la Undgr fichas de Quintero como Andree Uribe y Alethia Arango: “Todo el quinterismo contratado en la Undgr”, señaló el director de esta entidad refiriéndose a su antecesor Olmedo López.
El exalcalde, con esa actitud de sobradez, de quien cree ser capaz de derrotar a cualquiera a punta de palabras, sacó todo su repertorio para intentar zafarse de esa acusación. Dijo que Carrillo tenía que responder por poner al sobrino del presidente del Senado Iván Name en la secretaría general de la Undgr. Pero como no existe el delito de “ser sobrino”, Quintero se vio contra las cuerdas y le tocó recurrir a dos golpes extremos. El primero fue tildar de “uribista” a Carrillo –esa fórmula que él cree infalible para desactivar a quienes lo cuestionan–, pero que no le sirvió de nada porque todo el país político sabe que Carrillo es el primero en la fila de los antiuribistas.
Y como si fuera poco, ya en lo que parecía estar dando patadas de ahogado, el exalcalde negó que Andree Uribe y Alethia Arango fueran parte de su combo. De verdad que hay personajes que creen que pueden seguir usando impunemente las mismas triquiñuelas para escabullirse. ¿Qué tal negar a Andree, la misma a la que Quintero puso como su reemplazo en la Alcaldía cuando lo suspendió la Procuraduría? ¿La misma que el quinterismo usó como caballo de Troya para montar una estrategia a varias bandas en la campaña electoral? Ni que decir de Alethia, gran amiga del senador Alex Flórez, Quintero la puso como su directora del Dagrd, de allí cuando salió dijo: “El alcalde me pidió que lo acompañara más cerca de su día a día, antes de pasar a un nuevo rol que he aceptado”. El nuevo rol fue en la Secretaría General, como subsecretaria, donde se vio enredada en el escándalo del predio Aguas Vivas, el que inflaron su precio 17 veces a favor de los intereses de un privado, socio y amigo de Luis Pérez.
Como si fuera poco, cuando se destapó la corrupción en la Undgr, se produjo la salida de Alethia, y la iban a reemplazar nada más y nada menos con otra ficha del gabinete de Quintero, su secretaria de infraestructura, Luisa Fernanda Gómez. Adicionalmente, Esteban Restrepo, su exsecretario de Gobierno, reconoció que también tenía que ver con la Undgr pues solía llevar alcaldes allá. ¿Tres secretarias del gabinete de Daniel Quintero en la unidad epicentro del mayor escándalo del gobierno de Gustavo Petro y él se lava las manos como Poncio Pilato?
Pero el tema no es Quintero. Quintero termina siendo una anécdota –grave, pero anécdota al fin y al cabo– de lo que parece ser el peor escándalo de corrupción del gobierno de Gustavo Petro. Se ha hecho mucha demagogia, se han rasgado las vestiduras, diciendo que se necesitan más recursos para la Guajira. Pero al final del día, en vez de agua para calmar la sed de los niños de la Guajira esa plata, según los testimonios, se la gastaron en mermelada para engordar aún más a congresistas y funcionarios corruptos.
Al menos eso es lo de esta denunciando el hasta hace poco subdirector de la Ungrd, Sneyder Pinilla, quien prendió el ventilador y aseguró que pagó millonarios sobornos a los presidentes de la Cámara, Andrés Calle, y al del Senado, Iván Name, para que facilitaran el trámite de las reformas sociales del gobierno de Gustavo Petro. Al primero le habrían dado 1.000 millones de pesos y al segundo 3.000 millones de pesos. Pinilla señaló al ministro del Interior Luis Fernando Velasco y a Sandra Ortiz, la consejera presidencial para las regiones, a esta última como la intermediaria en el pago de esas supuestas coimas, dinero que se habría transportado en maletas, entre septiembre y octubre del año pasado.
Ella, sin embargo, se defendió y dijo que involucrarla en este escándalo es la forma de ocultar a los verdaderos responsables de las denuncias sobre corrupción que involucran a exfuncionarios de esa dependencia y a otros dirigentes del orden nacional. Sin embargo, Ortiz tendrá que demostrar qué significan los encuentros a los que citó al exdirector Olmedo López, según los chats que publicó ayer EL COLOMBIANO, en la habitación 2312 del Hotel Tequendama. Y es que este escándalo cada día crece más. Varios días después de que estallara el escándalo, el ministro Velasco acusó a Olmedo López de ser como el “raterito” que cuando lo cogen con las manos en la masa sale a acusar a todo el mundo, mientras que Petro dijo primero que “funcionario que haya ido a robar a su gobierno se tiene que ir”, de hecho ya le pidió la renuncia a Ortiz, que amenazó con tener pruebas suficientes para limpiar su nombre. Y ayer Petro ya trató de desmarcarse del escándalo diciendo que la plata que se habrían robado de la Undgr la utilizaron en campañas de la oposición para las elecciones de octubre de 2023. ¡Hágame el favor! ¿Qué más se podría esperar de un personaje experto en echar culpas y no asumir responsabilidades?
Un escándalo que tiene la lupa puesta en las actuaciones de varios políticos antioqueños, entre ellos, el senador conservador Carlos Andrés Trujillo; y el exdirector de la Ungrd, Olmedo López.
Trujillo aparece relacionado políticamente con Olmedo López, porque cuando fue alcalde de Itagüí este último fue su secretario de Medio Ambiente. Pero además, tienen algo en común: Uribia en la Guajira, lugar que dio origen al escándalo por la cuestionada compra de los carrotanques, que estuvo a cargo de Olmedo y de Pinilla, y donde Trujillo obtuvo más de 20.000 votos para lograr su curul. Trujillo ha negado que López sea de su grupo político.
El presidente Gustavo Petro, todo indica, cayó en la trampa del exalcalde de Medellín, Daniel Quintero.