El intento fallido de pegar, desde una moto en marcha, una bomba imantada a las latas de un bus de la policía, que transportaba a 36 integrantes del Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad), describe el entrenamiento de los atacantes y su sangre fría, criminal.
Por fortuna, el artefacto se desprendió y estalló a unos metros del automotor.
Las hipótesis iniciales señalan al Eln, lo cual constituye un campanazo de alerta para las autoridades de Bello, en donde ha habido otros episodios de hostilidad y propaganda protagonizados por el grupo subversivo.