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Samantha Cristoforetti, por primera vez, habló de su vida espacial con un medio en Colombia.
La mujer que más tiempo ha pasado en la Estación Espacial Internacional (ISS), después de 199 días allí, se ganó el corazón del planeta con sus publicaciones en redes sociales desde el espacio: fotografías aéreas de diferentes partes de la Tierra y videos en los que mostraba cómo cocinaba, dormía, se bañaba o leía fragmentos de libros.
Aunque el primer astronauta que escribió en Twitter desde el espacio fue el norteamericano Mike Massimino en 2009, y el que sorprendió con la manera divertida de utilizar las redes sociales fue el canadiense Chris Hadfield en 2013, la cercanía que creó la italiana, que el pasado 11 de junio volvió a la Tierra, hace que hoy miles de personas extrañen sus aventuras espaciales.
Todo el mundo supo de usted porque en la ISS dio a conocer su experiencia a través de redes sociales. ¿Ya era usuaria de estas o surgió en el espacio?
“La actividad en redes sociales se ha convertido en una tradición entre los astronautas; compartir imágenes y videos en Twitter y otras plataformas, por eso, yo quise continuar.
Tenía algunas ideas de lo que quería hacer y la meta siempre fue tratar que la gente viera este viaje a través de mí y compartir la experiencia. Creo que somos muy pocos los que podemos ir al espacio; tienes que ser un científico o un astronauta, pero con fotos y videos tenemos la posibilidad de conectar a la gente, de manera virtual, con esta experiencia de estar allá arriba y ver la Tierra . Ese fue mi deseo y mi plan”.
¿Este trabajo surgió como un anhelo personal o fue una tarea que le asignó la Agencia Espacial Europea (ESA)?
“Fue un proyecto personal más que un pedido de la ESA. Es una decisión, tú decides cuánto tiempo le dedicas a las redes sociales, cuánto quieres compartir, porque en realidad esto no está incluido en el plan de trabajo sino que lo hacemos en el tiempo libre”.
Estando en la Estación Espacial ¿leía lo que la gente le escribía en Twitter?
“Infortunadamente leí muy poco. Allá arriba la conexión de internet es muy lenta así que toma mucho tiempo enviar un solo trino, por lo que no pude seguir los comentarios tanto como hubiera querido y tampoco tuve tanta interacción.
Me hubiera encantado hacerlo y responder preguntas, pero lo poco que pude seguir fue genial, logré ver que la gente estaba emocionada por el viaje y las fotos, y lo que encontré más impactante fue que no solo eran personas de mi país, Italia, sino que desde todo el mundo estaban siguiéndome y apreciando mi trabajo.
Eso me hizo feliz, saber que unas cuantas personas pudieron captar las maravillas del espacio a través de mi misión y mi actividad en las redes. Fue muy satisfactorio”.
¿Qué dimensión toma la vida cotidiana de la Tierra estando en el espacio?
“De alguna manera siempre me sentí cerca porque hablaba con mi familia y hacíamos videoconferencias los fines de semana, tenía las redes sociales, correo electrónico y demás; pero, obviamente, cuando miraba por la ventana me daba cuenta de que estaba allá, bastante lejos, entonces era una ambivalencia constante”.
¿Ya tenía conocimientos técnicos de fotografía y video o aprendió antes del viaje?
“Tenía conocimiento básico, pero en realidad antes de ir a la ISS no me había dedicado tanto a la fotografía. Allí, naturalmente, salió el deseo porque hay un ambiente muy fotografiable, quieres capturar y compartir la vista que tienes.
Además, teníamos buenos equipos a nuestra disposición, cámaras, lentes y muchas tarjetas de memoria, lo que hizo más fácil la tarea. Empecé tomando fotos sencillas, porque las condiciones de luz no son fáciles pero, con la práctica, fui logrando mejores capturas”.
¿Se inspiró en los astronautas Chris Hadfield y Sunita Williams para ello?
“Sin duda. Ambos son muy buenos amigos míos. Chris, por supuesto, es muy famoso por el gran trabajo que realizó en comunicaciones mientras estuvo en la Estación Espacial. Es muy duro llegar al nivel de él porque tiene mucho talento, pero definitivamente fue un modelo a seguir; y Sunita es una amiga muy cercana, así que también fue un gran modelo”.
En sus videos muestra talento para enseñar, ¿ha sido profesora o le gustaría ser?
“No, nunca he sido profesora, probablemente necesitaría más paciencia de la que tengo. Admiro mucho a los profesores porque es un trabajo muy difícil y no sé si yo sería buena en eso, pero me gustan los niños -por un rato (risas) y compartir con ellos para conectarme con su imaginación. Traté de hacerlo lo mejor posible, pero definitivamente no tengo el talento para ser profesora”.
De las situaciones del espacio ¿cuál fue la que más la sorprendió? ¿Tuvo miedo en algún momento?
“Pasé un tiempo fantástico, todo fue muy cómodo y no creo que haya estado asustada. Me sentía como en casa.
Antes de ir a la ISS tenía mucho conocimiento de cómo eran las cosas allá, lo adquirí en mis entrenamientos, así que ya sabía cómo eran los equipos y sus configuraciones.
Y con lo que desconocía, abrí mi mente y experimenté de la manera más tranquila pero no creo que haya pasado algo excepcional”.
Cuando arribó a la Estación Espacial ¿pensó que se convertiría en algo así como una estrella de la ciencia?
“¡Estrella de la ciencia! ( risas). No creo que sea eso, soy simplemente una ingeniera que viajó a hacer ciencia a la Estación Espacial, y eso sucedió por ser científica en la Tierra.
He tenido la fortuna de estar involucrada en numerosos proyectos con muchas personas, es solo eso.
Lo que sucedió arriba fue fascinante y quería compartirlo, quería contar historias y hacer investigaciones, así que no me considero famosa, simplemente me gusta la ciencia y a la gente también la emociona, y eso me hace feliz”.
¿Conoce o ha trabajado con científicos colombianos?
“Por desgracia no he podido trabajar con ninguno, pero me encantaría compartir con colombianos en el futuro”.
Editora de la unidad de Interacción
Lectora sin remedio y contadora de historias. En general, diletante. Periodista de El Colombiano.