Las redes sociales han dado para casi todo: conocer nuevos amigos, hacer negocios o informarse. Pero también han permitido grandes reencuentros.
Grupos en Facebook como “Soy colombiano y me adoptaron en Europa, busco a mi familia biológica” que tiene 516 miembros, o “Adoptados de Colombia” con 765 integrantes, tienen un mismo objetivo: encontrar una respuesta sobre el origen. Algunos de sus usuarios llevan años y años en la búsqueda sin ninguna respuesta; mientras otros con la ayuda de Facebook y otras organizaciones han empezado a conocer más sobre su origen e incluso sobre su país.
El plan de Marcia
Marcia Engel siempre se sintió ajena a su familia. En su interior algo la hacía sentir una extraña, que no había mucho en común con lo que la rodeaba. La tristeza se apoderó de ella y a sus once años encontró la respuesta: era adoptada.
“Fue como si me quitaran el piso. Crecieron cada vez más y más mis preguntas, me sentía sin una identidad y buscando esas respuestas pasé por momentos muy difíciles” relata Engel.
El nacimiento del primer hijo de Marcia fue determinante para que ella iniciara su búsqueda, que tomó años: “Mi hijo nació muy enfermo, los médico me preguntaban si había consumido drogas o el alcohol, pero no era nada de eso. Un año y medio después, descubrieron que era una falla renal y que era hereditario. Ahí con mayor fuerza decidí buscar a mi familia biológica”.
No fue fácil. “Mis padres adoptivos no tenían mucha información. Luego me dieron algunos datos, pero al llegar a la casa de adopciones me di cuenta de que la información era muy diferente y habían muchas inconsistencias”.
A Marcia le tomó cerca de 8 años encontrar a su familia: “Lo difícil de esto es que no todas las personas tienen la posibilidad de pagar dinero a investigadores para buscar a su familia. Pero quizá lo más increíble es la complejidad de los procesos y el poco acceso a la información”.
Después de su búsqueda, Marcia supo que con su experiencia podía ayudar a otras personas que se enfrentaban a situaciones como la suya, entonces decidió crear Plan Ángel, una fundación que apoya a aquellas familias que se quieren reunir nuevamente, brindando kits para realizar pruebas de ADN, pero también ayudando a distribuir información a través de Facebook, con unas características específicas, efectivas y segmentadas, enfocadas a las personas que están emprendiendo una búsqueda tan personal.
“Queremos cerrar círculos, porque sabemos que no solo son los hijos quienes buscan a sus padres, también hay madres que han pasado años tratando de tener un reencuentro con sus hijos”.
La búsqueda de Carolina.
280 me gusta tiene “Buscar Nelly Hurtado”, una página de Facebook creada por Carolina Walraven, nacida en Cali y adoptada hace 40 años por una pareja holandesa. “Hice esta página con la esperanza de encontrar a mi madre, de ella tengo información muy vaga, pero con la fuerza que tiene Facebook, estoy segura de que algo se puede lograr porque conozco gente que lo ha hecho”, cuenta Walraven desde su casa en Ámsterdam.
La colombiana siempre ha asumido con naturalidad su adopción gracias a la estrecha relación que tiene con sus padres adoptivos, pero siente que para ella es necesario conocer su historia: “Busco a mi familia biológica no con la idea de crear un lazo familiar, porque puede ocurrir que no fluya una buena relación, lo hago con el fin de comprender mi origen, conocer una parte oculta de mi historia personal”.
Carolina llegó a los brazos a su familia adoptiva de una forma aparentemente sencilla. Sus padres, ilusionados con tener un hijo y siguiendo las recomendaciones de unos amigos que habían hecho una adopción en Colombia, contactaron a un abogado que sabía de una mujer caleña que pondría a su bebé en adopción.
“No sé mucho sobre el pasado de mi madre, ni mucho menos de mi familia. Lo único que se sabe es que una chica llamada Nelly Hurtado me dejó en un hospital de Cali después de su parto, y luego ingresé al Hogar Infantil Ana María”, relata Carolina.
Las fechas de su nacimiento son inexactas, pero su madre adoptiva la tuvo en brazos a los pocos días de nacida, justo el día de la madre. “De mis padres adoptivos no tengo nada malo qué decir, ellos me brindaron un hogar y definitivamente son mi familia. Pero siempre habrá una parte de tu vida que queda por resolver”, concluye Walraven.
Marianne no pierde la esperanza.
Las redes que creado Marianne Dupuis con Colombia y otros adoptados, son gracias a los grupos de Facebook relacionados con este tema. “De mi origen, tengo muy poca información. Sé que nací el 3 de febrero de 1964 en el Hospital General de Medellín Luz Castro de Gutiérrez. Fui adoptada por un matrimonio belga, el 11 de abril de 1964, gracias a la ayuda de Ramona Peregort y una asistente social llamada Elena Barrientos”.
La búsqueda de Dupuis ha sido constante, al comunicarse con el Hospital, no recibió ninguna respuesta clara sobre su expediente de parto. “Realmente estoy muy molesta con la Iglesia y el Estado colombiano, aunque aparezco registrada en Tumaco, Nariño, nunca el gobierno reconoció mi adopción y mi salida de Colombia no fue como la de los niños que recibieron un pasaporte colombiano.” Relata Dupuis.
A pesar del poco éxito, Marianne no descarta que a través de las redes sociales aparezca una luz que le indique su lugar de origen y que por fin pueda conocer toda su historia.
Los intentos de Diego
Encontrar a su madre biológica Ascensión Esperanza Cardona Machado se convirtió en un motor para Diego Cardona: “En 2000 comencé la búsqueda, por ese entonces una mujer que decía ser mi tía me indicó que mi mamá estaba con vida y dispuesta a conocerme. 5 años después, recibí la noticia de que mi madre estaba muerta desde 1999, pero que tenía una media hermana que me quería conocer ”.
Cuando en 2006 Diego regresó a Colombia desde Holanda, después de 22 años, sabía que este era su lugar. Por las calles de Bogotá no se veía tan diferente, como sí le sucedía durante toda su infancia en Holanda.
“Al llegar a Armenia visité el cementerio en donde estaba mi madre, me reuní con mi hermana y por primera vez pude ver a mi mamá a través de una fotografía que ella me regaló, fue algo realmente emocionante”, relata Cardona.
Después de la emoción y con la convicción de haber resuelto parte de su historia, Diego se llevó una sorpresa: “Navegando por el Facebook de mi media hermana, vi la fotografía de una mujer que cargaba entre sus brazos a quien fuera mi sobrino, quedé impactado cuando descubrí que esa mujer era la misma que mi media hermana decía que era mi madre”.
Diego no dudó en buscar una explicación: “Me contacté con mi hermana y le exigí una y otra vez la verdad. Al final me contó que ella había sido contratada para hacerse pasar por mi familia. Quedé devastado con la respuesta, pero revivió la idea de que era posible encontrar a mi verdadera familia”.
En 2016, Diego se puso en contacto con Marcia Engel, y junto a ella inició una serie de publicaciones en Facebook con el fin de encontrar una respuesta sobre su familia: “Recibimos cientos de comentarios y las publicaciones llegaron a tantas personas que nunca lo hubiera imaginado”.
Entonces un mensaje le dio una luz. “Comparé una foto mía con un hombre que tenía mis apellidos y era increíble el gran parecido entre los dos. Recolectamos las pruebas para verificar si tenemos alguna relación, y ahora solo estoy a la espera de los resultados, sin saber qué pueda pasar. Lo más increíble es que todo esto ocurrió en menos de un año, y sin Facebook nada se hubiera logrado”, concluye Diego.