viernes
7 y 9
7 y 9
En septiembre de 2016 Facebook eliminó una foto de una niña porque aparecía desnuda y bloqueó la cuenta que la publicó. No se trataba de pornografía infantil sino de la imagen ganadora del Pulitzer, “La niña del Napalm”, capturada en 1972 por Nick Ut, que muestra a una pequeña huyendo de un ataque en la Guerra de Vietnam. La posteó el autor noruego Tom Egeland, quien quiso mostrar una serie de fotos de guerra históricas en la red social.
Aunque al poco tiempo la red social quitó el veto a la foto, por la lluvia de críticas que señalaban que era una imagen histórica, la decisión encendió el debate sobre por qué ese tipo de determinaciones las tomaba su algoritmo. Ese mismo año se estaba gestando otro de los grandes escándalos de la gigante tecnológica: el de Cambridge Analytica.
Este se trató de la mayor fuga de datos de la aplicación, que le costó a su presidente, Mark Zuckerberg, no solo algunas visitas a la Corte de EE. UU. y una histórica multa de más de 5.000 millones de dólares el año pasado, sino el escrutinio público sobre cómo lo que sucede en ese entorno digital podría afectar las dinámicas sociales del mundo.
Las preguntas que comenzaron a hacer organizaciones de transparencia digital y auditores de diferentes gobiernos se resumen en ¿por qué Facebook no eliminó miles de noticias falsas que circularon en la red y afectaron elecciones y democracias del mundo y sí censuró otro contenido?, ¿quién tiene la última palabra y bajo qué criterios?
Por eso, en 2018 Zuckerberg se comprometió a financiar la creación de un consejo independiente asesor de contenido que establezca cuándo se debe eliminar y cuándo no una información, y marque las directrices en las discusiones más delicadas.
Le puede interesar: ¿Están listas las redes para atajar mentiras?
Se llegó el día
Reveló sus primeros 20 miembros el pasado 6 de mayo. Ahí se destaca la voz de la académica colombiana Catalina Botero, decana de la Facultad de Derecho de la Universidad de Los Andes. Fue elegida como copresidente de la junta, es decir que junto a otros 3 expertos en derechos humanos reclutaron al resto de miembros del consejo, en el que sobresale una Premio Nobel de Paz, una ex Primera Ministra y editores de medios como The Guardian.
“Es un experimento novedoso y arriesgado porque busca autorregulación con un consejo independiente”, ha declarado a medios internacionales Catalina, enfatizando en los principios que guían al grupo: independencia, transparencia y diversidad.
Para Carlos Sáenz, investigador del Observatorio de Redes Sociales de la Universidad Sergio Arboleda, este era un paso necesario y no se trata de un saludo a la bandera, porque “efectivamente las personas seleccionadas tienen perfiles académicos y críticos muy altos”, igual hay dudas sobre si el modelo funcionará.
Un análisis publicado en el medio especializado The Verge, un día después de que se conocieran los primeros miembros, advierte desde ya que el reto podría sobrepasar al comité.
Esto porque solo 40 personas tomarán los casos de la gigante tecnológica con mayor número de usuarios activos en el mundo: Facebook, que tiene 2.449 millones, según el informe Digital 2020 de la agencia We Are Social, e Instagram, con 1.000 millones de usuarios.
WhatsApp, que es de propiedad de Zuckerberg, no entrará por temas de privacidad y cifrado de los mensajes que ahí se comparten, ha argumentado la compañía.
“Tenemos una hoja de ruta clara y bien definida que supone un entrenamiento detallado sobre los sistemas internos de Facebook, el funcionamiento del consejo, el diseño de las reglas que necesitamos para comenzar a operar. Hay una oficina de staff en Londres que está trabajando muy duro en esto”, le aclaró Catalina Botero a EL COLOMBIANO.
Ahora bien, la junta ha sido clara en que solo revisará los temas que afecten a un gran número de personas, y todavía está por verse si con este esfuerzo la red social finalmente da el paso hacia un ecosistema con un debate transparente y responsable socialmente.
Por su parte, el investigador digital Jose Peñarredonda plantea varios interrogantes: “Hay cosas buenas en la forma en la que fue diseñado el consejo que pueden darle independencia, pero ¿qué va a pasar cuando ellos tomen decisiones que le van a hacer perder plata a Facebook? Se supone que tienen más poder que Mark Zuckerberg, pero ver para creer”.
Lo que se sabe por ahora del funcionamiento del consejo está a detalle en el sitio web www.oversightboard.com. Estos son los perfiles de los integrantes y algunas preguntas que respondemos con esa página y en documentos enviados a EL COLOMBIANO por los encargados de las comunicaciones del consejo para Facebook en Colombia.
Le puede interesar: ¿Cuál red social eres según tu personalidad?
Fue Relatora Especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de la Organización de Estados Americanos (OEA) entre 2008 y 2014, y conjuez de la Corte Constitucional de Colombia en 2015 y 2016. Es docente adjunta de la Academia de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario de Washington College of Law (American University).
También es parte del grupo de expertos del proyecto “Global Freedom of Expression and Information” de la Universidad de Columbia, miembro del comité científico de la revista Iuris Dictio de la Universidad San Francisco de Quito y miembro de la junta de asesores editoriales de la revista internacional de derecho constitucional de ICON-S.
Desde febrero de 2020, se desempeñó como conjuez de la Corte Constitucional y de la Corte Suprema Administrativa de Colombia. Participó como miembro del Centro de Estudios Constitucionales de la Suprema Corte de Justicia de México, la junta directiva de ARTICLE 19, la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP) y es socia fundadora del Centro de Estudios de Derecho, Justicia y Sociedad (DeJusticia). Tiene 54 años y vive en Bogotá.