Bitácora de vuelo: mayo de 2018 y los astrónomos comienzan a ver más allá del horizonte para estudiar la Vía Láctea, esa galaxia en la que habita la única clase de animales tecnológicos conocida: los humanos.
Con pocos días de diferencia, grupos de investigadores aportan información sobre aspectos claves para comprender mejor dónde están el Sol, la Tierra y los demás planetas: la masa galáctica, la medición de millones de estrellas cercanas y la posible existencia de más agujeros negros.
En un artículo en el Astrophysical Journal, un grupo encabezado por Ekta Patel, de la Universidad de Arizona, analizó 87.000 galaxias simuladas en un modelo y determinó la masa de la Vía Láctea.
Luego comparó las simulaciones de nueve galaxias satélites y determinó que la Vía Láctea tiene una masa entre 670.000 millones y 1.2 billones de masas como la del Sol.
El estimativo no está lejos de lo que hace un par de años Gwendolyn Eadie, estudiante de doctorado de McMaster University, había considerado en otro estudio.
Su análisis reveló que la masa galáctica era de 700.000 millones la del Sol.
No es la más grande, tampoco la más pequeña.
Entender la masa de la Vía Láctea permite tener un mejor contexto cosmológico, ayudando a conocer su evolución.
La masa comprende todas las estrellas, planetas, lunas, asteroides, polvo y gases interestelares, más un ingrediente que no se conoce bien: la materia oscura, que ejerce una fuerza gravitacional sobre la materia visible.
Vecinas activas
Una segunda revelación es que ahora con precisión se conoce el brillo, la posición y el movimiento de 1.700 millones de estrellas situadas en un radio de 8.000 años luz hacia el centro galáctico.
El catálogo, logrado con el satélite Gaia de la Agencia Espacial Europa (ESA), respalda la hipótesis de que la Vía Láctea fue golpeada alguna vez por material proveniente de otra galaxia, generando ondulaciones observadas en estrellas que se mueven de manera diferente a la esperada, como explicó Antonella Vallenari, una de los casi 450 científicos que analizaron y ensamblaron la información.
Aquella cantidad de estrellas solo es cerca del 1 % del total de la galaxia, pero abre un boquete para el conocimiento de esos objetos astronómicos más cercanos.
¿Se escondieron?
En la tercera investigación se halló una situación no considerada hasta hoy.
En el centro de la Vía Láctea existe un agujero negro con una masa de cuatro millones la del Sol, Sagitario A.
El estudio en Astrophysical Journal Letters sugiere que no es el único, lo que es toda una novedad.
Mediante una simulación, los investigadores determinaron que una galaxia con la masa de la Vía Láctea debería tener al menos una docena de agujeros negros. Cinco de estas estructuras errantes deberían estar en un radio de 30.000 años luz del centro.
Nuestro Sistema Solar está a 26.000 años luz de Sagitario A, ¿entonces significa que hay alguno cerca que podría tragarnos? De los agujeros negros nada puede escapar.
Los astrónomos expresaron que uno de esos agujeros podría engullir al Sol y sus planetas cada 100.000 millones de años, 6 veces la actual edad del universo.
Estamos seguros: mucho antes el Sol y sus planetas no estarán ya.