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De Carlos Pizarro a Marcos: los emblemas pop de la revolución
En la historia de América Latina varios líderes se han convertido en mitos. Un repaso por algunos de ellos.
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La actualidad noticiosa de los hijos de Carlos Pizarro (derecha) recuerda la historia de otros insurgentes que han dejado huella en la cultura. FOTOS: ARCHIVO -
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06 de septiembre de 2022
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Con la llegada al poder de Gustavo Petro, las imágenes de los comandantes del M-19 han pasado de las pancartas de las marchas a las primeras planas de los diarios.
Uno de los más citados es Carlos Pizarro Leongómez: en el Congreso de la República dos hijas suyas ocupan un escaño. Además, la emisora Caracol Radio informó de la existencia de un hijo que el también conocido como “Comandante Papito” no alcanzó a conocer.
Se trata Carlos, un ingeniero agroindustrial reconocido por toda la familia Pizarro. Más allá de esta anécdota, la estampa seductora de Pizarro sigue cautivando a las juventudes de América Latina. No es un caso aislado: a lo largo y ancho del continente hay otros subversivos que reúnen en sí los ingredientes del mito: una carrera ascendente, un verbo audaz y un magnetismo de masas.
Ernesto Che Guevara
Aunque no fue el primer insurgente en caer –antes fueron abatidos Augusto César Sandino, Emiliano Zapata, Camilo Torres–, el argentino Ernesto Guevara es el rostro más reconocible de los movimientos de izquierda en América Latina. A diferencia del otro líder de la revolución cubana –Fidel Castro–, el Che se salvó de ver su mito eclipsado por el paso del tiempo: su muerte a los 39 años en Bolivia lo congeló en el imaginario popular. La canción de Carlos Puebla, interpretada por muchos cantantes, es uno de los cantos imperdibles en las marchas.
Camilo Torres Restrepo
El padre Camilo Torres Restrepo –vástago de la elite santafereña– fue el pionero de muchas cosas en Colombia: de los estudios sociológicos, de la Teología de la Liberación, de la militancia política del clero, de la lucha armada. Su muerte marcó a fuego al ELN, guerrilla que inicia por enésima vez los diálogos de paz con el gobierno nacional, en este caso presidido por Gustavo Petro. Torres murió en su primer combate, mientras buscaba el fusil de un soldado caído. La muerte de Camilo la narró el compositor Edson Velandia, oriundo de la región en la que el Ejército liquidó al sacerdote.
Subcomandante Marcos
El 1 de enero de 1994, el mundo conoció la capucha y la palabra lírica de Marcos. Su puesta en escena significó una ruptura con los discursos y la estética de la izquierda latinoamericana. Su inteligencia mediática lo convirtió muy pronto en una estrella de la intelectualidad occidental. Las selvas de Chiapas fueron durante varios años la meca del pensamiento progresista de Iberoamérica.
Su presencia y su voz han refrendado las propuestas musicales de músicos de la talla de Manu Chao y Joaquín Sabina. De los emblemas de la revolución, Marcos es el único que no ha muerto. En el repertorio de Chao la canción Para todos todo —en la que se reproduce la voz de Marcos leyendo una proclama— es una infaltable.
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