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Es un hecho que las nuevas generaciones tienen una estrecha relación con los dispositivos móviles desde temprana edad. Además, con la pandemia y el modelo de educación remota, los niños pasan más tiempo conectados a las pantallas y actividades que se hacen tradicionalmente en el papel como leer, escribir o colorear pueden pasar a un segundo plano.
“Es difícil abstraerse de lo digital en el mundo de hoy. La situación actual nos mostró la importancia de las herramientas tecnológicas y la conexión a internet para mantener las dinámicas de la vida en lo laboral y en lo escolar”, afirma Juan Pablo Zapata Colorado, agente educativo y educador físico del programa Buen Comienzo.
Sin desconocer los aportes de la virtualidad a la enseñanza, el docente expresa que es esencial que los niños continúen con el desarrollo de actividades motrices como colorear, escribir en papel o rasgar, las cuales estimulan el desarrollo cognitivo, social y emocional, fundamentales en el aprendizaje escolar.
“El lenguaje corporal es el más importante en los niños, de ahí la importancia de que se conserven y garanticen este tipo de actividades. La motricidad gruesa tiene que ver con todo lo que involucra el cuerpo: correr, caminar, saltar, escalar. Este es el camino previo para luego pasar a la motricidad fina, que se trata de hacer cosas con una coordinación más precisa utilizando las manos”, afirma Zapata.
Así mismo, Catalina Builes Acevedo, psicóloga y especialista en salud mental del niño y el adolescente de la Universidad CES, explica que “cuando los más pequeños dibujan, exteriorizan cosas de su entorno que permiten saber cómo se sienten. Al escribir sobre un papel de manera espontánea están utilizando muchas funciones cerebrales que a simple vista no se ven, como el manejo del espacio, los límites, el control de impulsos y seguimiento de instrucciones”.
En cuanto a la lectura, afirma que el solo hecho de pasar la hoja de un libro fortalece la motricidad fina y ayuda a adquirir destrezas. Agrega que la tecnología apoya, pero no reemplaza los procesos de lectoescritura y sus aportes al desarrollo integral de los niños.
“Podemos usar las pantallas para que vean videos de baile y que ellos aprenden varias habilidades: motricidad gruesa con los movimientos, trabajo en equipo con las coreografías grupales e incluso adquieren destrezas lingüísticas cuando aprenden la letra de la canción”, agrega.
Para Tatiana Noriega Jaramillo, licenciada en educación preescolar y docente de la Institución Educativa Cevida, la lectura de cuentos y textos físicos ayudan a los niños a tener una mejor comprensión de las historias y mejora su concentración. “Las pantallas brindan varios estímulos al mismo tiempo que pueden sacar al niño de lo que está haciendo en el momento, además se pueden cansar de los ojos. Se trata de buscar el balance entre las actividades en el papel y reforzar conceptos y explicaciones a través de las herramientas digitales”.