Tal vez piense que por ser mayor de edad no tiene que aplicarse ninguna vacuna, que eso es solo para niños. Por eso aún no se ha aplicado las que son contra el papiloma humano o la varicela, porque cree que solo son efectivas en jóvenes y ya es demasiado tarde. Sin embargo, todavía tiene la oportunidad de prevenir.
En la mayoría de casos, si se aplica la vacuna, esta cumple su función protectora, dice Isabel Cristina Ramírez, especialista en enfermedades infecciosas y docente de la Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia.
“A medida que avanza el tiempo –explica ella sobre la vacunación en general– se disminuyen las defensas que se adquieren, pero no la exposición a las enfermedades”, y que el tétano, la difteria, la influenza, el sarampión, la varicela, la hepatitis y el neumococo hacen parte del esquema de vacunación que requieren reforzar o aplicarse los adultos, en caso de no haberlo realizado en edad temprana.
Ramírez dice que, por lo general, los padres llevan a los pequeños a vacunarse porque el servicio es gratuito y olvidan que conforme a la edad y el estilo de vida que se maneje son también necesarias en mayores.
Estas son algunas a tener en cuenta.
VPH
Gloria Sánchez, directora del grupo de Infección y Cáncer de la Facultad de Medicina de la U.de.A., define que el virus del papiloma humano (VPH) es el causante del cáncer de cuello uterino en mujeres, debido a que ataca las células del útero.
Señala que la vacuna en su contra tiene la misma efectividad en cualquier edad, pero antes de ponérsela es necesario verificar con un examen la presencia del VPH, porque si ya se padece no va a tener efecto.
“Se protege contra una infección futura. El Gobierno la financia solo en jóvenes por tener bajas probabilidades de estar infectadas, pero quienes tengan la oportunidad de ponérsela no deben dudar, ya que se obtiene un resultado igual”, señala Sánchez.
Tétano y difteria
Inmunizarse previene contra ambas infecciones que son provocadas por bacterias. Suelen contagiarse a través de heridas del cuerpo. La especialista Isabel Ramírez recomienda, a los adultos sanos, ponérsela cada 10 años, porque el organismo olvida cómo defenderse.
Añade que quienes se relacionan con menores de 12 años, embarazadas entre las semanas 27 y 36 de gestación y el personal que labora en el área de la salud pueden recibir una dosis de la vacuna contra tétanos, difteria y tosferina en su presentación acelular (único tipo que se puede poner en mayores).
Influenza
Es un virus que afecta directamente los pulmones. Vacunarse previene el ataque al sistema respiratorio. Es de carácter contagioso y puede inducir a la muerte. La docente aconseja un refuerzo cada 12 meses.
Triple viral
Esta vacuna es solo para los adultos que nunca se la han aplicado, especialmente mujeres en edad fértil que no están en embarazo, indicó la médica. Protege contra el sarampión, la rubéola y las paperas. Las tres se caracterizan por ser enfermedades virales.
Varicela
Aunque es más común en menores de 15 años hay quienes la sufren luego. Consiste en la aparición de erupciones en la piel que producen picazón. Ramírez cuenta que las personas de 60 años o más, con o sin historia de culebrilla (herpes zóster), deben aplicársela, porque su sistema inmune es más débil.
Hepatitis A y B
“Colombia se considera una zona endémica (de infección constante) para Hepatitis”, cuenta Ramírez. Esta enfermedad trata de una infección hepática que puede contraerse por bebidas y alimentos contaminados. Por tal motivo se sugiere dos dosificaciones a quienes no la hayan contraído y que no tengan evidencia, por exámenes de exposición previa.
Los pacientes con problemas del hígado requieren administrársela con inmediatez, ya que la afección ataca directamente este órgano. Solo reciben tres dosis contra la tipo B hombres y mujeres que trabajen en hospitales y centros de salud, aquellos que requieran hemodiálisis o estén infectados por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH).
Neumococo
Isabel dice que es recomendable que los adultos mayores de 65 años se apliquen una dosis de neumococo conjugada y posteriormente otra de neumococo polisacárida (protección contra 23 tipos). Defiende contra bacterias que producen neumonía y meningitis.
Explica que son vacunas opcionales para todo adulto saludable, pero aclara que quienes sufren de enfermedades sistémicas reciben medicamentos que disminuyen las defensas. Los que tienen cáncer o están a la espera de un trasplante de órganos deben ser evaluados para establecer qué vacunas requieren. En ellos están contraindicadas algunas que contienen virus vivos.
Agrega que vacunarse en la adultez interrumpe la transmisión y presentación de ciertas enfermedades infecciosas, con tanta eficacia que reduce la morbilidad y mortalidad relacionada con infecciones prevenibles.