viernes
3 y 2
3 y 2
“Antes sentía que tenía motivación para hacer trabajos y actividades y podía, o así lo sentía, seguirle el ritmo a todas las obligaciones al tiempo. La vida se hizo más difícil de digerir y no tengo alientos para cosas que si miro desde otra perspectiva, no importan tanto”, expresa Sara*, estudiante de noveno semestre que ha padecido la virtualidad. Como ella muchos universitarios han visto su estado mental y ánimo deteriorados desde el inicio del confinamiento, lo que ha afectado su rendimiento académico.
Según la Organización Mundial de la Salud, la salud mental es un estado de bienestar en el que la persona se da cuenta de sus propias aptitudes, es capaz de afrontar las presiones normales de la vida y puede trabajar productivamente. Así mismo, “los problemas de salud mental no siempre son enfermedades o trastornos, son más bien alteraciones emocionales o conductuales ante situaciones que nos afectan”, explica Sara Moreno, coordinadora de apoyo psicosocial y psicopedagógico de Desarrollo Estudiantil en Bienestar Universitario de Eafit.
Al menos 55 % de los estudiantes universitarios presentaban mayor irritabilidad durante la pandemia, 48 % se sentían más solos, 38 % no le hallaba sentido a la vida y 34 % presentó disminución de su autoestima, todo según el informe de Percepciones universitarias de la Asociación Colombiana de Universidades (ASCUN), de mayo de 2020. “Tengo más rabia, más tristeza, no encuentro la universidad como algo estimulante, pero sí como una carga extra”, complementa Sara*.
“El distanciamiento social, las interacciones principalmente virtuales, el encierro y la convivencia constante en el hogar han sido factores detonantes de malestar emocional en nuestros estudiantes”, afirma Moreno de Eafit. A lo anterior también se suman las preocupaciones por dificultades económicas que surgieron en medio de la pandemia sobre todo el temor al contagio personal o de personas cercanas, más ahora con el método de alternancia entre las clases presenciales y virtuales.
Además de las propias preocupaciones, la infoxicación ha logrado aumentar la ansiedad en pandemia.
En Colombia, 11 % de los estudiantes que han padecido problemas de salud mental refieren que los ha afectado en su rendimiento académico, como se explica en el informe de ASCUN. La ansiedad, depresión, desinterés y estrés son los casos más comunes entre estudiantes, junto a la frustración, el agotamiento, la apatía y desmotivación hacia el aprendizaje y vida académica, así como los conflictos intrafamiliares y duelos por muertes de personas cercanas.
Aun así, no todos los estudiantes acceden a los mecanismos de ayuda que ofrecen las universidades. “Encontré un apoyo en un programa de mi municipio, pero fue temporal”, dice Sara* y agrega que también ha recibido apoyo monetario por parte de Bienestar Universitario.
Otras instituciones como la Universidad Pontificia Bolivariana cuentan con un apoyo psicológico y psiquiátrico en un trabajo conjunto con Bienestar Universitario. Y así, cada universidad ha desplegado programas de intervención para estudiantes con diferentes problemas a los que pueden acceder a través de Bienestar Universitario o el consejero estudiantil
*El nombre fue cambiado por solicitud de la fuente.