Los Reyes Magos van llegando a la pesebrera. Junto al Niño Dios está San José y la Virgen, la mula, el buey, los pastores y algunas ovejas. Las casitas que rodean el lecho de paja están iluminadas y rodeadas de pastizales. Luego un pez enorme, desproporcionado, se sale del lago de espejo de aluminio y avanza al lado de unos arrieros por el camino de aserrín.
Es una de las escenas finales de Los días azules (1986), la primera novela de Fernando Vallejo. En ella el escritor antioqueño describe historias de su infancia en época de Navidad.
Las casitas iluminadas simulan el ambiente del pueblo de Belén, pero qué decir de una motocicleta que intimida a unas ovejas desprevenidas en su pastoreo.
Así son las apropiaciones populares de la tradición de armar el pesebre, una forma más de cómo las personas expresan su gusto y creatividad.
Tradición y cambio
En su versión original, el pesebre está compuesto por la imagen del Niño Jesús, la Virgen, San José y los pastores. “Luego se le añade el paisaje de Belén o Jerusalén. Inclusive las figuras tienen que tener un oficio, para que transmitan un mensaje”, comenta Gabriel Ripoll, experto pesebrista.
Explica que no siempre se hacen a la usanza y no existe una sola manera de armarlo.
“El mundo ha cambiado. Ahora hay tanta tecnología e información visual y auditiva que se le van incluyendo elementos foráneos”, señala Ripoll. Recuerda, por ejemplo, que desde hace años ha sido común ponerle un ferrocarril dando vueltas al pesebre o al árbol de Navidad. Y cada vez hay más elementos.
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En el Parque de Envigado hay uno rodeado de vallas de seguridad y tiene un vigilante que lo cuida. Este se encarga de mantener al margen a los curiosos que le toman fotos al paisaje bíblico que tiene fachadas de casas antioqueñas.
En la Villa Navideña del Jardín Botánico la gente se puede topar con un dromedario del tamaño, en perspectiva, de un mamut: casi diez veces más grande que las ovejas.
En redes sociales los lectores de EL COLOMBIANO compartieron sus pesebres particulares: de los mercenarios de Star Wars, a perros y gatos reales acompañando a las ovejas.
Sobre todo recuerdan esos pesebres con los muñecos infantiles: Power Rangers, Yoda, Los Pitufos o dinosaurios.
Los pesebres no tienen límites. Mire estos ejemplos.