El cóndor andino es una especie sombrilla. Una que, con su permanencia en una zona, sirve de indicador de la estabilidad ecosistémica del territorio. Si hay presas hay cóndores, si hay ambiente sanos y bosques y páramos, hay cóndores. Es, además, el ave emblemática de Colombia.
A finales de mayo, sin embargo, el país recibió la lamentable noticia de que en Santander habían encontrado tres ejemplares muertos y se presumía que no era por causas naturales. ¿Habían sido envenenados, les dispararon, los mataron de alguna forma? Esa era la pregunta.
Para determinarlo fueron enviados a Medellín, donde la Corporación Universitaria Remington se encargó de hacer la investigación forense de alta tecnología para determinar las causas de los hechos.
Hoy, después de seis meses, la Universidad presentó el informe ejecutivo del trabajo durante el evento Bioexpo en el Jardín Botánico.
Aprovecharon la ocasión, además, para entregar los tres ejemplares a tres instituciones para que estas sean los custodios oficiales y los utilicen para futuras investigaciones: a la Universidad de Santander, la Universidad Nacional de Colombia y el Instituto Humbolt, como explicó el director de la Corporación Autónoma Regional de Santander, CAS,, Alexcevith Acosta.
Finalmente, la CAS y ASOCARs propusieron la creación de la “Red Nacional para la Conservación del Cóndor Andino”, para buscar su protección.
Los resultados de la investigación
El decano de la Facultad de Medicina Veterinaria de la Uniremington, encargado también de la investigación forense, explicó que cada que un cóndor andino muere hay un impacto negativo para el ecosistema andino, que reúne o abarca varios países.
Agrega que para este trabajo y el posterior informe se tuvo en cuenta el ambiente, los animales, sus poblaciones y demás evidencias y que tuvieron que determinar cuatro elementos: las víctimas, los victimarios o sospechosos, el ambiente y el delito (que es el daño en el animal y la causa, sea cacería, maltrato u otras).
Lo que descubrieron fue que dos eran adultos, un macho y una hembra, y otro era un macho joven. Los cuerpos se encontraron, afortunadamente, bastante conservados gracias a los climas fríos del páramo e hicieron radiografías, planimetrías, estudio de ectoparásitos, toxicología, entre muchos otros.
La hembra tenía en una de sus patas un impacto de proyectil y material particulado de plomo, pero este disparo no fue la causa de su muerte. “Aún así, demuestra el riesgo al que están expuestos, sobre todo implica que están muy cercanos a asentamientos humanos, donde corren más peligro”, añade Aguirre.
Finalmente, con extracción de contenido digestivo, supieron que había vértebras de animales domésticos de traspatio, como cabras, por lo que confirmaron que muchos estaban ubicados muy cerca de los humanos.
Se determinó que la causa de la muerte fue iniciada por la ingesta de alimentos contaminados con pesticidas, tóxicos o carroña contaminada. Esto los desorientó e hizo que se precipitaran e impactaran en el suelo en zonas rocosas, lo que les causó un trauma mortal. “Indica que hay agrotóxicos y pesticidas que están saturando enormemente los ecosistemas colombianos”.
¿Qué sigue?
Aguirre explicó que la custodia de los animales será entregada a estas instituciones para que ellas se encarguen de investigaciones posteriores y las añadan a sus colecciones biológicas, para que hagan estudios de genética, taxidermia y demás.
La Alianza que se firmó hoy, por su parte, busca avanzar en el conocimiento sobre la importancia ambiental de la especie y garantizar su supervivencia y libertad.
Inicialmente se hizo entre las Corporaciones en cuyas jurisdicciones hace presencia el cóndor pero la invitación está abierta.