Es una foto que capturó de un vendedor ambulante que estaba siendo sometido por el Esmad luego de una protesta entre varios venteros luego de que sus chazas fueran removidas una madrugada, sin previo aviso. Fue en diciembre de 2019, cuando el país seguía viviendo con fuerza los ecos del paro nacional del 21N. En la imagen se ve que un hombre grita, “lo que no se muestra es que uno del Esmad le está pisando los testículos”, explicó Santiago.
Es la primera vez que Mesa gana un premio en Colombia. “Me parece bacano que se sigan viendo estas luchas de los colombianos, así sean pequeñas, en el día a día, y que les pongan atención. No fue una protesta grande y son más eventos que pasan en la cotidianidad de estos vendedores que tienen que pelear todo el tiempo contra el estado que no los deja trabajar”.
El camino a la fotografía
A Santiago las historias que le gustan son la calle, las de vida de “los barrios de verdad, no de El Poblado ni la de los ricos”.
Todo empezó en su casa, donde siempre había cámaras de rollo, “eran mejor que las piscineras, semiautomáticas”. Su papá tomaba muchas y las revelaba en FotoJapón. Luego, cuando estudiaba Comunicación en la Universidad Eafit hizo un curso y una profesora le dijo que las imágenes estaban muy buenas. Empezó a trabajar en el departamento de Comunicaciones cuando estaba en cuarto semestre y tenía 21 años.
Entonces llegó el momento de las prácticas y él ya sabía que sería fotógrafo. Llamó a los teléfonos de cuanto medio de comunicación pudo, pero no fue fácil, que no había vacante, le decían. Una prima le llevó la hoja de vida a la Silla Vacía, mandó el portafolio con una protesta de un paro campesino y así llegó a Bogotá. Trabajó seis meses cubriendo el Congreso y “aprendí a identificar a los políticos y los partidos”.
En EL COLOMBIANO trabajó desde febrero de 2018 hasta enero de 2020. Se retiró para ir a Europa a estudiar una beca en fotografía documental.
La foto ganadora lo describe: lo que le interesa es congelar la realidad, y que diga algo.