Un líder minero de la subregión del Norte de Antioquia fue asesinado en medio de un atentado perpetrado en el municipio de Sonsón, en hechos que son materia de investigación por parte de las autoridades.
Aunque por ahora la Fuerza Pública no entrega un reporte oficial sobre lo sucedido, organizaciones de la sociedad civil denunciaron que el atentado se perpetró contra Rubén Antonio Jaramillo y ocurrió la mañana del pasado sábado 20 de julio, en un paraje de la vereda Caunzal Alto, corregimiento de Rioverde de los Montes, de ese municipio del Oriente antioqueño.
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De acuerdo con un reporte publicado por la organización Indepaz, en el que se reseñó el asesinato, Jaramillo ya venía recibiendo amenazas de muerte por cuenta de su trabajo como líder de la Asociación de Pequeños Mineros Castellanos del Norte de Antioquia, que tiene influencia en municipios como San José de la Montaña y San Andrés de Cuerquia.
A raíz de esas intimidaciones, la ONG señaló que Jaramillo incluso había recibido en 2019 protección temporal de la UNP.
Recientemente, el líder había establecido su lugar de residencia en el municipio de Sonsón, en donde fue abordado por sus atacantes.
Por su parte, la Red de Organizaciones Sociales y Campesinas del Norte y el Bajo Cauca Antioqueño (Redosc) también publicó un pronunciamiento en el que rechazó el atentado en contra del hombre, instando a que se esclarezca lo sucedido y se proteja a otros líderes que acompañan esos procesos mineros.
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“Exigimos a las autoridades que se haga justicia y se proteja a aquellos que, como Rubén, arriesgan su vida en defensa de los derechos fundamentales de los más vulnerables”, expresó esa organización.
En el municipio de San Andrés de Cuerquia se tiene documentada la presencia de agrupaciones como el Clan del Golfo o Ejército Gaitanista de Colombia (EGC), entre otras subestructuras locales.
Otras organizaciones como el Proceso Social de Garantías alertaron que el pasado viernes 19 de julio en el municipio de Toledo también se produjo el asesinato de un campesino en el municipio de Toledo, en inmediaciones de la vereda Taque.
Durante los últimos años, la situación de seguridad en la subregión del Norte antioqueño viene generando especial preocupación entre las autoridades y habitantes locales, debido a los cada vez más frecuentes enfrentamientos entre estructuras del Clan del Golfo y los reductos los frentes 18 y 36 de las disidencias de las Farc.
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En noviembre de 2023, estos choques generaron complejas situaciones humanitarias en otros municipios como Briceño, en donde se presentaron casos como el confinamiento de más de 1.000 habitantes de la vereda Las Auras, al que luego se sumó el desplazamiento de cerca de 900 personas de los sectores El Hoyo y el Robal.
De acuerdo con la información de la Fuerza Pública, algunos de los líderes que estarían detrás de esa confrontación se trataría de un hombre identificado como alias Gabino, que a su vez le rendiría cuentas a alias Gonzalito, cabecilla de la estructura Roberto Vargas Gutiérrez.
Por el lado de las disidencias, se presume que estas estarían presuntamente comandadas por un hombre identificado como alias Leo o Firu.
En medio de ese panorama, también se han encendido las alarmas en Yarumal, que acumula 25 homicidios en lo corrido de 2024, un 78% más en comparación con el mismo periodo de 2023.
Aparte del Norte, la situación de seguridad en el Oriente antioqueño también ha venido despertando preocupación, sobre todo por hechos como un triple homicidio perpetrado el pasado fin de semana en el municipio de Cocorná.
Aunque este último crimen es también investigado, el deterioro reciente en el orden público en esa subregión ha sido asociada a un plan de expansión por estructuras del Clan del Golfo que ya tenían presencia en la subregión del Magdalena Medio antioqueño.
Entre tanto, desde la organización Indepaz, se señaló que con el asesinato de Jaramillo ya son por lo menos 92 los líderes sociales asesinados en el país en lo corrido de 2024.
