La familia del sacrificado Guillermo Gaviria considera que los actos de petición de perdón y los aportes a la verdad por parte de los jefes de las desmovilizadas Farc no son sinceros ni suficientes. Por esa razón decidieron no asistir al acto que algunos consideran histórico, con el que este martes, los siete exmandos del Bloque Noroccidental de esa organización guerrillera hacen un reconocimiento de su responsabilidad en el secuestro, retención como rehenes y privaciones de la libertad que cometieron en el marco del conflicto armado, entre los cuales están la matanza en la que perecieron el gobernador de Antioquia, su asesor de paz Gilberto Echeverri, y seis uniformados el 5 de mayo de 2003.
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Gaviria y Echeverri participaban en una marcha por la paz, con la que buscaban que las Farc quitara un cerco asfixiante sobre la población de Caicedo, en el Occidente de Antioquia, cuando, el 21 de abril de 2002, fueron secuestrados por alias El Paisa. Luego permanecieron cautivos durante más de un año y fueron asesinados dentro de una operación de rescate en el área rural de Urrao.
La ceremonia de este 24 de junio fue programada por la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) en Caicedo.
En un comunicado que firman los hermanos e hijos del exgobernador Gaviria, dejan claro que la negativa a estar allí es una manifestación de protesta con la que esperan que “al menos sirva para generar una reflexión ante los magistrados de la JEP y los firmantes de las FARC, que les lleve a entender que es necesario mucho más rigor y compromiso de su parte para cumplirle a quienes causaron tanto dolor”.
En el documento manifiestan que la JEP propone calificar ese secuestro y asesinato como un “secuestro con fines de canje” y plantean que con eso se minimiza la gravedad de lo sucedido y del daño que produjeron, “como en tantos otros casos”.
Califican de “manida” la versión de las Farc de que tal secuestro obedeció a un plan para tenerlo como “canjeable”, lo cual no es cierto, pues esa organización no tenía la intención específica de secuestrar a Gaviria.
Recuerdan que en la Marcha de Noviolencia y Reconciliación con Caicedo participaban más de mil caminantes que protestaban contra los actos de violencia de los grupos armados en esa zona y que por tanto lo que cometieron las Farc fue un secuestro colectivo y este se agravó al tenerlo -junto con Echeverri- por más de un año de cautiverio y desatendiendo al llamado internacional por su liberación y luego cuando fueron acribillados y rematados.
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“Tampoco es aceptable que los victimarios se escuden en que actuaban en medio de la barbarie de los tiempos, para disminuir su culpabilidad. No es posible que no supieran exactamente lo que estaban haciendo, cuando sostuvieron este ataque a la Noviolencia por más de un año. Se oculta así a la Historia, a las nuevas generaciones y al movimiento global y colombiano de Noviolencia, la justa apreciación y comprensión de la magnitud del daño ordenado por el Secretariado General de las Farc y ejecutado por el Bloque Noroccidental de ese grupo”, añaden los familiares de Gaviria Correa.
A renglón seguido, reclaman que los jefes de las Farc reconozcan este secuestro y asesinato como “acciones intencionadas que más allá de pretender canjearlo o acabar con su vida, tenían la clara pretensión de quebrar las voces más fuertes, los pasos más firmes que se han dado en Colombia por la Noviolencia”.
Recuerdan además que en otro acto con la Comisión de la Verdad, les habían hecho las preguntas que tenían con respecto al crimen que los hizo víctimas con la esperanza de conmoverlos y probar su arrepentimiento, pero, apuntan, en cambio recibieron un reconocimiento ensayado “como quien ensaya un discurso sin entenderlo”.
“La verdad que ahora nos proponen las Farc y nos ofrece la JEP no nos satisface. Las perspectivas de reparación y no repetición, sobre todo para las comunidades que más sufrieron de sus atrocidades, mucho menos”, puntualizan.
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