Todo en la vida de Cruz Elena Cardona Molina ha sido como parte de una novela. Una historia con un guión con momentos amargos pero con un final feliz. Cruz fue reparada por el Estado ayer como víctima del conflicto y recibió el viaje de su vida para conocer el mar.
La historia de Cruz Elena salió publicada en los 104 años del periódico EL COLOMBIANO el 6 de febrero de 2016, edición especial dirigida por el rector de la universidad Eafit, Juan Luis Mejía. La crónica relata la vida de una mujer fuerte que sufrió la violencia bipartidista, de la guerrilla, los paramilitares y hasta los combos delincuenciales en Medellín.
Diez días después de esta publicación, la Unidad de Víctimas le hizo entrega a ella y a su hija Dioselina Parra una suma reparatoria que cubre un pequeño porcentaje de lo sufrido durante toda su vida, pues perdió dos de sus hijos producto del conflicto, pero que ella agradeció con el alma. “Les agradezco mucho, todas estas atenciones conmigo”, alcanzó a decir Cruz.
Por su parte el director seccional de la Unidad de Víctimas en Antioquia, Jorge Mario Álzate, afirmó que El Estado colombiano siente profundamente que Cruz y su familia se les hayan vulnerado sus derechos. “Sabemos que el sufrimiento padecido no tiene sentido y por eso hemos decidido decir no más y garantizar la reparación integral a la que usted tiene derecho”, leyó Álzate.
Por su parte, la directora del periódico EL COLOMBIANO, Martha Ortiz Gómez y el rector de la universidad Eafit, Juan Luis Mejía, le hicieron entrega de un tiquete simbólico, para que Cruz Elena junto a su hija, viajen a conocer el mar, específicamente San Andrés, una isla de la que siempre escuchó hablar y que soñaba conocer.
“A todos nos conmovió la historia de Cruz, entonces hablamos con el presidente de VivaColombia y él nos dio dos tiquetes a San Andrés. Y entre un grupo de amigos de EL COLOMBIANO y Eafit le vamos a financiar el viaje”, anunció Mejía. Cruz interrumpió diciendo que mucha gente le ha contado que el mar “es como el mundo entero” y que lo primero que va a hacer cuando llegue a la playa es “admirarla y aterrarme” de ver que es primer vez que llego allá. Y que Dios me ha dado ese permiso tan grande”.