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Detrás de la emergencia de Hidroituango no hubo ningún tema de corrupción: representante del consorcio saliente

Santiago García Cadavid, representante del Consorcio CCCI, el constructor de Hidroituango, habló de todo lo que pasó en la megaobra en los últimos 10 años.

  • Santiago García Cadavid, representante y vocero del Consorcio CCC Ituango, es ingeniero civil con especialización en gerencia de proyectos. FOTO cortesía
    Santiago García Cadavid, representante y vocero del Consorcio CCC Ituango, es ingeniero civil con especialización en gerencia de proyectos. FOTO cortesía
11 de diciembre de 2022
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El 28 de agosto de 2012, cuando le encargó al Consorcio CCC Ituango (CCCI) la construcción de las obras principales de Hidroituango, el boletín de prensa decía: “EPM adjudicó el contrato más importante de su historia”. Diez años y tres meses después, luego de construir la presa, el vertedero, más de 50 kilómetros de túneles y ejecutar los concretos de las unidades de generación uno y dos, CCCI le dijo adiós a la megaobra que estuvo marcada por la gran crisis de 2018.

Santiago García Cadavid, representante de CCCI, habló con EL COLOMBIANO de la emergencia, las responsabilidades, la licencia ambiental del tercer túnel y de las disputas políticas y legales sobre la megaobra.

¿Cuál fue el momento más difícil de estos 10 años al frente de Hidroituango?

“Toda la contingencia fue un periodo supremamente complicado. Particularmente recuerdo un momento, tal vez fue el 16 de mayo (de 2018), cuando empezó a salir agua por la galería 284 en la pata de la presa. Llegamos a pensar que si eso se exacerbaba podía romper la presa que era el máximo temor que teníamos. Esa noche amanecí en constante comunicación con las más altas esferas del Consorcio, de la Alcaldía y EPM porque las determinaciones que se hubieran desprendido eran muy complicadas. Acompañamos ese fenómeno y gracias a las acciones que se tomaron aquello cesó. Tal vez fue la noche más negra”.

¿Cómo recuerda la emergencia, cómo fueron esos días en los que ustedes y EPM fueron los primeros que tuvieron que enfrentar la crisis?

“Hubo momentos muy difíciles, este fenómeno de presurizar las cavernas con el paso del río Cauca. La gente no dimensiona que lo que allí pasó por más de 10 meses fue un taladro con una potencia equivalente al 17% de la energía que consume el país, todos los días, a toda hora. Eso alcanzó a generar una gran destrucción interna, era inevitable porque si no se hubiera tomado esa decisión hubiera sido una catástrofe. Los fenómenos que se generaban en los túneles producían gran temor entre todo el personal y los colaboradores. Hubo momentos en los que nos evacuaron por prevención. Para ese entonces no se tenía tan monitoreado el proyecto y se tomaron decisiones de evacuación que generaban miedo y zozobra en la gente a la hora de volver a los frentes de obra, fue muy difícil en algunas oportunidades convencer a nuestro colaboradores. Por eso resalto su valentía y coraje”.

¿Cómo resume estos 10 años al frente del proyecto? Hubo retrasos, complicaciones, una emergencia sin ningún precedente, disputas políticas.

“Realmente en los primeros años, hasta la contingencia, si bien era un proyecto de muy alta envergadura, se hizo en el marco de una planeación muy bien hecha y bien acompañada. Siempre estuvimos logrando las metas del proyecto. Este accidente de la contingencia sí suscitó una crisis de una magnitud que impidió continuar ejecutando la obra de manera tranquila.

Gracias a Dios teníamos una capacidad instalada muy grande, 600 equipos, 8.000 colaborares, capacidad de producción de concretos enorme, lo que permitió adelantar obras en ese momento crítico. Gracias a que llevábamos una ejecución de un ritmo muy bonito, una obra de ingeniería bien planeada, esas capacidades nos permitieron enfrentar la contingencia lo más ordenado posible, dentro del caos que aquello generó. El proyecto se salvó”.

A la luz de los hechos, las pruebas, los informes causa-raíz, ¿qué fue lo que pasó y originó la emergencia de Hidroituango?

“Sobre la causa-raíz de lo que allí pasó quisiera no referirme, es un asunto que está siendo discutido en el tribunal de arbitramento. Estas discusiones gozan de confidencialidad.

En Hidroituango, cuando sucedió la contingencia, se venía ejecutando el proyecto y lo llevábamos al 94%. Estábamos ad portas de ponerlo a generar. Ningún túnel de desviación se prevé para que colapse, lo que pasó, sin referirnos a su causa, fue una cosa absolutamente indeseada tanto por quien lo diseñó, como para quién lo construyó e hizo la interventoría.

Fue una solución, morbosamente empleada por algunos políticos, que de una manera despectiva emplearon esa situación para referirse a un plan que teníamos instalado, que lo que único que consideraba era poner un tercer turno de trabajo y más equipos. No era correr y hacer las cosas de manera indebida, las normas técnicas seguían estando vigentes y presentes. Y todas se cumplieron. El proyecto tenía un norte muy bonito, estábamos a punto de escribir un libro para los anales de la historia de la ingeniería de cómo recuperar un proyecto hidroeléctrico y desafortunadamente se presentó esa contingencia. Ese tema, que todos lamentamos, marcó un antes y un después. Tenemos la convicción de que no tuvimos responsabilidad en esa causa”.

Se refiere al plan de aceleración firmado en diciembre de 2015. Muchos sectores señalan que su implementación fue lo que generó la contingencia.

“Así es, efectivamente no tiene nada que ver. En términos de ingeniería, acelerar es cambiar de velocidad. Ha sido muy vilipendiado, era un plan de recuperación de tiempo. ¿Cómo se recupera tiempo en un proyecto? Aprovechando todos los minutos no trabajados, trabajando hasta los fines de semana, festivos, 24 horas todos los días. Eso fue lo que hicimos, aprovechar esos momentos. ¿Qué se necesitaba? Más personal, más equipos, más recursos para poder trabajar de corrido, pero no es que en un plan de aceleración usted haga cosas a medias, no, había que ejecutar la misma obra con las mismas especificaciones. ¿Cómo? Ganamos tiempo en productividad haciendo obras también en los periodos que había descanso”.

¿Qué pasó con la prima de bonificación por $70.000 millones que se pactó por ese plan de aceleración?

“Ese es un tema que está en el tribunal de arbitramento”.

En procesos fiscales y penales está documentado que el tercer túnel se empezó a construir 13 meses antes de que se aprobara la modificación de la licencia ambiental. Ustedes han dicho que cumplían órdenes de EPM, ¿pero sabían que no se había aprobado la licencia para el túnel?

“La relación de obtención de licencias siempre estuvo exclusivamente en cabeza de EPM. Entendemos que las obras del Sistema de Desviación Auxiliar tenían dos naturalezas, una de túneles y otra de intervenciones en superficie, que implicaban algunas ocupaciones del cauce.

A nosotros nos dijeron que hasta que no se obtuviera la licencia ambiental esas obras que tenían ocupación no podían adelantarse y efectivamente estuvimos frenados hasta que no se obtuvo. Por otro lado, las obras subterráneas nunca gozaron de esa exigencia.

Puedo dar fe de que en el proyecto más de cinco túneles fueron ejecutados previo a esto. No estaban contenidos en la licencia ambiental original y sabemos que fueron conocidos por la Anla y para los cuales nunca se exigió que debía esperarse una modificatoria de licencia ambiental, por el contrario, siempre los trató como una obra de giro ordinario. Por lo tanto, para nosotros no fue de extrañarnos que pudiésemos iniciar otra obra subterránea adicional, siguiendo siempre los mismos lineamentos de cuidado ambiental que estaban rigiendo las demás obras subterráneas, porque nunca vimos que la autoridad ambiental exigiera para un túnel una modificatoria de la licencia.

Después nos enteramos que luego se presentó todo el sistema y cuando salió la licencia, que además salió sin ningún reparo, igual a como se ejecutó, daba cuenta tanto de lo subterráneo como de lo superficial. Nunca tuvimos conocimiento de que lo subterráneo estaba en trámite, preguntamos a nuestro cliente si necesitaba de alguna condición y dijo que no. Y no se nos hizo extraño. Allí hay una deficiencia enorme de entendimiento de ese problema con la Anla”.

¿Pero ustedes seguían órdenes de EPM?

“Clarísimo. Nunca ejecutamos ningún frente de obra, ninguna actividad, que no hubiese venido de las instrucciones de EPM y con la orden de iniciar”.

¿Cómo vivió el crispado ambiente político que se dio desde la contingencia, con señalamientos de corrupción y de que bajaron la calidad de los materiales?

“Muy lamentable. En 2018 estábamos demasiado ocupados atendiendo la contingencia y no prestamos atención a lo mediático. En ese momento empezaron a hacer afirmaciones calumniosas en plena campaña electoral y lo único que buscaban eran réditos electorales que efectivamente les funcionaron sin tener que allegar ninguna prueba. Quienes elevaron voces de corrupción, cosas grotescas como el queso y todas esas cosas, aprovecharon un momento de una angustia muy grande que vivía el país. Nosotros ya con la oportunidad del caso nos dedicamos a presentar las denuncias por esos actos de calumnias porque no ha habido ningún tema de corrupción, no del que nosotros conozcamos, ni mucho menos de materiales de mala calidad. Todo el acervo probatorio y todo el contrato traía unas exigencias supremamente rigurosas de verificación de calidad de materiales para que los mismos pudieran ser pagados. Todas las pruebas dan cuenta de que todo se hizo con el rigor de los materiales exigidos por EPM.

Creemos que sacaron de contexto un informe, precisamente elaborado por las reaseguradoras, que ni lo entendieron porque estaba en inglés, en el que llamaron tornillos a unos pernos, pero que de ninguna manera habla de materiales de mala calidad. Todos los materiales que empleamos fueron de primera calidad, probados, todos con controles.

Lo que hemos hecho es presentar nuestras denuncias y de otro lado, sabemos que si eso hubiese sido así, los seguros que investigaron e investigaron, no hubieran pagado $4 billones. Era exactamente lo que necesitaban para no pagar. Efectivamente pagaron porque los materiales que se emplearon fueron de primera calidad”.

¿Y la auditoría forense, que fue la base para que la Alcaldía hablara de los tornillos y la baja de calidad en materiales, qué decía?

“Conocí someramente el informe, porque nunca lo entregaron públicamente, porque tenía una cláusula de confidencialidad. La auditoría forense la mandó a hacer esta administración, nunca han sido capaces de entregarla, y lo que se filtró da cuenta de que es una auditoría contable. No conocemos a ningún ingeniero detrás de esa auditoría. Es el tipo de cosas que tienen que sustentarse mostrando las pruebas, y los ingenieros que evalúan y la experticia de quien lee una cosa de esas. Si usted pone un contador a que le haga una auditoría en materia de túneles, perdóneme. Adicionalmente ese informe está denunciado ante la Fiscalía. Esperemos por el bien de todos que obren de una vez en todos estos casos”.

¿En qué estado dejó el Consorcio los concretos de las unidades 5 a la 8?

“En las unidades 5 a la 8 logramos hacer unos trabajos de recuperación de las cavernas. Habíamos adelantado para la época de la contingencia los concretos primarios de estas secciones. Íbamos a iniciar los secundarios. Aquello no se ha podido inspeccionar, está totalmente lleno de material, hay que removerlo y reforzar las paredes de la caverna para inspeccionar cómo quedaron los concretos que tal vez fueron sometidos a un menor tiempo del paso del río Cauca porque el agua que estaba siendo conducida por las (conducciones) 7 y 8 duró pocos días, quizá 16 días, y eso se colapsó internamente, entonces no sabemos realmente cuánto daño le causó a los concretos”.

¿Cómo fue el momento en el que empezaron a generar las dos primeras unidades?

“Generó una alegría enorme, es el momento en el cual realmente se demuestra que teníamos razón quienes apostamos por la salvación del proyecto. Muy mal se debieron haber sentido quienes auguraban que el proyecto era un fracaso e iba a fracasar. Es motivo de orgullo para todo Colombia y para nosotros que tanto luchamos para que esto fuera una realidad”.

¿Qué cree que pasará con el desarrollo de las restantes seis unidades del proyecto?

“No somos parte en la culminación, no puedo tener ninguna expectativa más allá que como todo colombiano queremos que termine lo más pronto posible y muy bien”.

Si tuviera que resumir la historia de CCCI en Hidroituango, ¿con qué frase lo haría?

“Una epopeya. Al final, como en las historias épicas, terminan por triunfar las buenas causas a pesar de todos los ataques y las vicisitudes” .

Juan Diego Ortiz Jiménez

Redactor del Área Metro. Interesado en problemáticas sociales y transformaciones urbanas. Estudié derecho pero mi pasión es contar historias.

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