En medio de la turbulencia administrativa por las renuncias de las juntas directivas de EPM y Ruta N, nació el 25 de agosto la veeduría ciudadana Todos por Medellín. Su creación no ha estado exenta de polémicas por señalamientos del alcalde Daniel Quintero sobre sus intereses. Por eso conversamos con la vocera de la iniciativa, Piedad Patricia Restrepo.
¿Por qué nace la veeduría?
“Nace en un momento de inflexión en la ciudad, de alta desconfianza entre actores importantes para el desarrollo de la ciudad. Esa desconfianza nace del quiebre de acuerdos construidos desde hace muchos años, acuerdos que pretenden favorecer la gobernanza y que lamentablemente se rompen con lo sucedido en EPM y Ruta N.
En el caso de EPM, recuerde los temas complejos con cuatro gerencias en la alcaldía de Luis Pérez (2001-2003). Se conformó un comité cívico y a partir de allí se fue gestando un acuerdo que nutrió los estatutos y el gobierno corporativo del acuerdo de relacionamiento entre la alcaldía y la empresa. Ese acuerdo buscaba equilibrar ese poder. Todos estos elementos configuraron esa desconfianza entre actores interesados por lo que le pasa a lo público. Aunado a eso algunos actores sociales han sentido de tiempo atrás que no están siendo escuchados. También se unen y surge la necesidad de crear una veeduría en defensa de lo público”.
¿Por qué nace ahora y no antes cuándo el patrimonio público estuvo en riesgo por malas decisiones?
“Diría que está explicado por lo que acabo de decir, es la confluencia de varios asuntos. Uno, esa falla en los acuerdos establecidos en la ciudad para proteger a EPM a través del gobierno corporativo. Lo otro es que sectores, que de alguna manera se han sentido excluidos de la conversación, ven en esta ocasión una oportunidad de participar en una plataforma amplia y plural.
Puede que las cosas de alguna manera no vinieran tan bien, algunos cuestionamientos de cómo se toman las decisiones, pero confluyen tantas cosas que por eso lo denominamos un punto de inflexión.
Ahora bien, algunos proyectos no iban bien porque las decisiones que toman las empresas pueden ir bien o pueden ir mal, eso es típico de cualquier empresa: quiere multiplicarse para obtener mayores beneficios y en algunas ocasiones fallan los proyectos. El cuestionamiento ahora no es si un proyecto en particular fallaba o no, sino cómo se toman las decisiones, si están dentro del gobierno corporativo que es un acuerdo social porque esta es una empresa pública”.
¿Cómo será la relación con el alcalde que no los reconoce como una veeduría?
“Lo primero es que es lamentable que esto esté ocurriendo porque las veedurías son un instrumento consagrado en la Constitución, son un derecho y un deber ciudadano. Quien defiende la democracia debe defender los elementos de participación. Tenemos el derecho y el deber de vigilar lo que los gobernantes hacen porque lo que hacen nos afecta a todos. Quiero ser enfática en decir que no es cierto que tengamos intereses partidistas o que detrás haya algún partido en particular. Pueden leer nuestro manifiesto y estatutos, somos una plataforma de participación, no partidista electoral.
No tenemos intención de que haya personas que utilicen nuestra veeduría como plataforma partidista electoral. El relacionamiento será siempre desde el respeto, la transparencia y desde un interés constructivo, no de generación de polémicas o de polarización. El gobierno local tiene una obligatoriedad en relación con la transparencia de la información. Esperamos que haya entrega de información oportuna y transparente para hacer nuestro trabajo. Pueden esperar un diálogo constructivo y respetuoso, y un trabajo riguroso con información objetiva”.
¿Fue una coincidencia desafortunada que la veeduría se presentara justo en el momento de mayor controversia por EPM y recibiera apoyo de tantos políticos?
“No me parece, lo que está mal es que se tergiverse. Las expresiones de apoyo a la veeduría son libres, espontáneas y de eso se trata la democracia. Mal haríamos en decir que fue un momento desafortunado. No. Hay un punto de inflexión donde hay desconfianza y actores que están trabajando desde diversos escenarios para pronunciarse porque están inconformes y eso es respetable. Lo que no está bien es que se mal interprete el objetivo de la veeduría. Lo que haya que aclarar, lo aclararemos. Un ejemplo: un concejal dijo que la veeduría estaba diezmada porque habían salido más de 10 organizaciones y eso es falso. La Federación Antioqueña de ONG (FAO) es uno de los miembros y 14 organizaciones dentro de la federación enviaron una carta diciendo que no están de acuerdo con la participación. Pero la FAO sigue perteneciendo a la veeduría, seguimos siendo los mismos miembros constituyentes. Hay que trabajar con rigor desde todas las esferas y no estar enviando información falsa a la ciudadanía”.
Lo decía porque justo en ese momento se caricaturizó el debate con las fuerzas del bien versus las del mal...
“Entiendo el punto, pero eso nos ratifica la importancia de la veeduría, que era el momento de gestar esta veeduría por esos hechos tan lamentables. Nosotros no representamos ningún interés partidista, somos una plataforma de participación ciudadana”.
Le pregunto por el señalamiento del alcalde sobre el interés de adelantar, junto al Centro Democrático, la revocatoria de su mandato.
“La respuesta es no. No nacemos para hacer revocatoria de un mandato, no está dentro de los objetivos. Se ha prestado para una tergiversación porque conocemos que hay movimientos en ese sentido pero nosotros no podemos ser críticos frente a eso, sino respetuosos porque ese es otro elemento de la participación ciudadana. Nuestro objetivo es distinto. La veeduría está pensada para 20 años que pueden ser renovados. Es un trabajo de largo aliento” .