Las dificultades originadas por el colapso de la galería auxiliar de desviación de Hidroituango no solo redundaron en la complejidad técnica y en el riesgo para las comunidades aguas abajo. La emergencia abrió brecha en muchos frentes, entre ellos, sociales, ambientales, económicos, técnicos y administrativos, además de procesos disciplinarios y penales ante los entes de control.
Luis Fernando Restrepo Vélez, gerente de Infraestructura y Minería de Integral, la firma diseñadora del proyecto, le dijo a EL COLOMBIANO en una entrevista publicada el 8 de junio de 2018, que tras el taponamiento del túnel EPM les encargó que consiguieran expertos internacionales que hubieran vivido una contingencia similar en alguna otra central. “Para sorpresa, no hemos conseguido expertos que hayan tenido una experiencia si quiera parecida. Algunos han vivido obstrucciones de túneles, presas en condiciones de emergencias, algunos han enfrentado problemas de estabilidad, pero un proyecto con tantos elementos mezclados ha sido difícil. El problema en Hidroituango es único en el mundo”, explicó.
Jorge Londoño De la Cuesta, gerente de EPM, dijo que lo ocurrido en el proyecto es un problema largo y complejo porque su resolución es cuestión de años con al menos diez aristas por enfrentar. A continuación revisamos seis de estas dimensiones .