Mientras en tarima el alcalde de Sonsón, Obed Zuluaga -de sombrero, poncho, camisa azul y pantalón caquí-, en el acto inaugural del nuevo colegio de La Danta, dice que en el corregimiento nunca se había hecho una obra como esta, Cristian Alejandro Gómez, estudiante de 11° y personero escolar, imagina lo que será su futuro una vez se gradúe como bachiller.
-Quiero estudiar Ingeniería Civil, estoy apuntando a una beca de Argos y me inscribí en el Politécnico Jaime Isaza Cadavid, no quiero quedarme solo de bachiller-, comenta.
Entre los años 80 y 2006, a muchos jóvenes de su pueblo estos sueños ni se les cruzaba por la mente, pues eran carne de cañón de narcotraficantes, paramilitares y guerrilla, que libraban una guerra sin cuartel en el territorio del Oriente lejano y la región del Magdalena Medio antioqueños.
La Institución Educativa Rural La Danta existe hace 25 años, pero fue reconstruida, ya que presentaba un deterioro tal, que su remodelación de nada iba a servir. Según Christian, en los últimos años varios salones de clase fueron cerrados porque sus muros amenazaban caer y podían causar una tragedia.
-Uno se recostaba en ellos y se movían como oleaje, había mucho deterioro-, cuenta este estudiante que goza del apreció del propio rector, Elkin Galeano Castañeda, quien fue el gestor de la institución.
-En 1993, vimos la necesidad de tener bachillerato en esta zona, y en donde hoy funciona Casa de la Cultura, levantamos el colegio con cuatro profesores; luego, la Congregación Mariana le vendió a la Alcaldía el lote donde levantamos el colegio, con plaquetas prefabricadas y techo de zinc, y empezó el bachillerato completo-, cuenta el rector, efusivo y conmovido hasta el llanto. Asegura que en ningún municipio del Magdalena Medio o del Oriente hay un colegio como este.
Obra para el desarrollo
¿Por qué es importante que en un corregimiento en una zona rural a más de cuatro horas de Medellín se inaugure un colegio de calidad?
La explicación la da la Fundación Argos, que aportó los recursos. María Isabel Echeverri, directora de Sostenibilidad, recalca que la compañía lleva más de 20 años asentada en este territorio con su planta de cementos Rioclaro.
-Hemos estado con esta comunidad en sus momentos más duros. Y queríamos hacer un aporte con infraestructura educativa, que es uno de los pilares para tener una educación de calidad. La opción la socializamos con los líderes y el resultado es este colegio, para el que logramos alianzas con Fraternidad Medellín, la Fundación Berta Martínez, Postobón y la Alcaldía, con una inversión de $7.000 millones-, explica.
El alcalde Zuluaga asegura que en La Danta se han hecho acueductos y vías, pero nunca una obra de miles de millones. Dice que el hecho es histórico.
-La Danta tiene 4.500 habitantes y sufrió mucho con el conflicto: acá hubo asesinatos, desplazados, desaparecidos, la guerrilla reclutaba niños-, narra el mandatario. Pide ayuda para la construcción de 1,5 km de carretera.
El renacer de un pueblo
La historia de este corregimiento podría contarse desde los recuerdos de Ludibia Bedoya, una de sus residentes, a quien le rueda una película de dolor en la memoria al escuchar los discursos. Su capítulo personal, que es el mismo de muchos paisanos, se resume en los dos esposos que le asesinaron y que la obligaron a estar por muchos años sola, antes de sanar las heridas.
-Al primero lo mataron en el 92, él manejaba un carrito y lo obligaban a transportar paramilitares de Ramón Isaza, que mandaba por aquí y estaba en guerra con Pablo Escobar, y fueron sus hombres los que lo asesinaron; el segundo era de las autodefensas y ellas mismas lo mataron cuando se quiso retirar-, cuenta Ludibia, que ve en el colegio una esperanza para que las historias de dolor no se repitan.
Todo ocurre a más de 30° de temperatura, en los límites entre el Oriente lejano y el Magdalena Medio, donde la violencia, según registros del Sistema de Información de Justicia y Paz, dejó más de 7.200 víctimas mortales, además de miles de desplazados y cientos de desaparecidos.
Ahora, cuando ya los paramilitares no patrullan de camuflado cada calle de La Danta ni la guerrilla acecha desde las montañas para intentar tomarse el territorio, los 650 estudiantes de la institución planean ser ingenieros, abogados o médicos, porque “un colegio bien construido no lo es todo, pero sí es la base para un buen proceso educativo”, como dice la profesora Luz Mery Bernal .