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La historia de Diana Osorio y por qué se le enredó ser la “vice” de Petro

La esposa del alcalde Daniel Quintero, sagaz y amante del poder, apuntaría a Alcaldía 2024.

  • Diana Osorio tendría un poder dentro de la Alcaldía que va más allá de su posición como esposa del alcalde Quintero. FOTO julio césar herrera
    Diana Osorio tendría un poder dentro de la Alcaldía que va más allá de su posición como esposa del alcalde Quintero. FOTO julio césar herrera
  • En 2008 Diana Osorio fue candidata a Señorita Antioquia y renunció en la víspera de la coronación. FOTO archivo el colombiano
    En 2008 Diana Osorio fue candidata a Señorita Antioquia y renunció en la víspera de la coronación. FOTO archivo el colombiano
  • Osorio es hija de un coronel nombrado dentro del Proceso 8.000.
    Osorio es hija de un coronel nombrado dentro del Proceso 8.000.
  • Tapa de escritura por la compra de residencia en El Poblado.
    Tapa de escritura por la compra de residencia en El Poblado.
La historia de Diana Osorio y por qué se le enredó ser vice de Petro
22 de marzo de 2022
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Los resultados del domingo pasado, que no fueron del todo satisfactorios para el Pacto Histórico en Medellín, habrían desinflado la idea de que la primera dama, Diana Osorio, fuera la fórmula de Gustavo Petro a la Vicepresidencia de la República. El viernes, Francia Márquez anunció que ella será quien le haga la segunda al aspirante de la Colombia Humana en la contienda hacia la Presidencia.

Las expectativas electorales de Petro eran mucho mayores en Antioquia y en particular en Medellín. En la consulta, el Pacto Histórico obtuvo 170.000 votos en Medellín (de estos, 112.576 fueron por Petro), mientras que el Equipo por Colombia alcanzó 437.077 y el exalcalde Federico Gutiérrez contabilizó por sí solo 411.946 sufragios.

El resultado no dejó satisfechos a los petristas, por lo cual el nombre de Osorio perdió fuerza entre sus filas. Incluso, está por definirse si dos de los alfiles de la administración Quintero —el secretario de Gobierno Esteban Restrepo, y el de Inclusión Social, Juan Pablo Ramírez—, que tenían previsto salir para engrosar la campaña del Pacto Histórico finalmente si lo harán o no.

Ya antes habían salido para cumplir el mismo rol el exsecretario de Juventud, Alejandro Matta, y el de la No Violencia, Juan Carlos Upegui.

No obstante que 112 mil votos no son despreciables, como tampoco haber arrastrado en la lista cerrada a cuotas de Quintero como Alex Flórez y Alejandro Toro, el hecho de que Petro haya sacado incluso menos votos que los que tuvo hace cuatro años en la primera vuelta y casi tres veces menos que los que sacó el mismo Quintero para la Alcaldía, le quitan terreno a Diana Osorio en el Pacto Histórico.

Otros compromisos tampoco se habrían cumplido, como el de fundar una casa de la Colombia Humana en cada una de las 16 comunas y 5 corregimientos que tiene Medellín. Hasta ahora se ha tenido noticia de la apertura de cinco a instancias de organizaciones ligadas con personas cercanas a la Alcaldía, como la fundación Medellín Imparable.

Sin los votos prometidos y con todos los cuestionamientos que existen contra el alcalde Daniel Quintero, la presencia de Osorio podría generar más ruido que beneficio en una etapa donde las tuercas se están ajustando al máximo en pos de cada voto posible.

“Vieron que pueden arriesgar el gobierno por algo que no tiene sentido, porque se percataron de que en esta ciudad no pega fácil Petro y menos en la polarización en que está”, dijo un analista refiriéndose al ruido que ha existido alrededor de la presunta corrupción oficial, que motiva un movimiento revocatorio sobre Quintero.

Osorio estaría lejos de ser una víctima de esa imagen negativa, pues en círculos cercanos a la Alcaldía reconocen que ella fue artífice importante de la campaña de su esposo y tiene un poder grande en el Municipio.

De hecho siempre estaba en los consejos de dirección, lideró la estrategia de alianzas y todo lo importante de la campaña tenía que pasar por su visto bueno. Luego, desde el discurso de posesión, entró pisando fuerte al aclarar que no encarnaría la figura decorativa de Primera Dama que normalmente ocupan las esposas de los gobernantes, sino que sería la Primera Gestora.

Además, incidió mucho en la arquitectura del Gabinete para dejar un círculo de entera confianza en cargos cruciales y le dio su tono propio a la administración, al punto de que fue ella quien propuso que se incluyera en la estructura administrativa algo que no estaba en los planes, como la Secretaría de la No Violencia, y se ocupó de que se tramitara en el Concejo la iniciativa, pero fue más allá y posicionó a su primo Juan Carlos Upegui como cabeza de esa nueva dependencia y a su amiga Ana Valle como subsecretaria.

Vale la pena anotar que Osorio presenta en su perfil de currículo un posgrado en manejo del postconflicto.

Posteriormente, Valle pasó a otra área que maneja tópicos del interés de la Primera Gestora, como es la Secretaría de las Mujeres y dentro de la administración municipal algunos consideran que Andree Uribe, la secretaria de Salud, y Karen Delgado, secretaria de Suministros y Servicios, también son cuotas directas suyas.

La Primera Gestora tendría además un gran poder en el canal de televisión Telemedellín, donde su prima Laura ha sido miembro de Junta, y en la secretaría de Comunicaciones, que dirige Juan José Aux.

Incluso hay quienes sugieren que los asuntos que sintonizan a la administración de Quintero con el petrismo son más de la cosecha de su esposa, por ejemplo los programas y campañas relacionadas con infancia, género, población LGBTI y juventud.

Luz María Múnera, exconcejal y ahora representante a la Cámara por el Polo Alternativo, cataloga a Osorio como “una mujer que maneja muy bien la diplomacia; sabe usar el poder que tiene y tiene objetivos más allá de los de su esposo. ¿Cuáles?, no sé”.

En realidad, en principio, antes de pensar en la secretaría de la No Violencia, Osorio había hablado de tratar los temas de paz desde una gerencia de la Alcaldía y llamó a Múnera para que le diera forma a la idea.

Múnera enfatiza que entonces se pudo percatar del poder de la Primera Gestora en la Alcaldía. La interlocución siempre fue con ella, fue ella quien conformó el equipo de la Gerencia y parecía omnipotente al tomar decisiones que no tenían ni que consultar con los secretarios.

Su trabajo en conjunto duró dos meses más o menos, hasta que surgieron paulatinamente divergencias conceptuales. Sin embargo, el punto culmen para el final del idilio fue cuando el alcalde Quintero autorizó la entrada del Esmad a la Universidad de Antioquia.

Múnera le explicó a EL COLOMBIANO que llamó insistentemente a Diana y al alcalde para pedir una actitud diferente, conforme con los postulados que supuestamente querían posicionar frente al manejo alternativo de conflictos, pero no le contestaron. Luego hizo una carta que encontró oídos sordos.

Solo al final puso un trino y fue Troya. Diana la citó a su oficina en La Alpujarra y le dijo que no podían seguir trabajando juntas. “Fue una conversación corta y tirante”, recuerda Múnera.

Una persona que también la conoce apunta que las fortalezas de Osorio son su pragmatismo y que domina los intríngulis de la contratación del gobierno municipal.

“Es una mujer astuta, sagaz”, añade al describir a Diana Osorio otra fuente que asegura que esas cualidades apreciadas en la guerra y la política pero cuestionadas en otros ámbitos, le vienen del ambiente agreste en que creció, entre los barrios Santa Fe, Belén y Calasanz, en una época especialmente dura por la violencia del narcotráfico.

Lazos con el 8.000

Osorio misma se ufana de ser hija de una madre soltera, Beatriz Elena Vanegas, quien la levantó con los ingresos que le generaba la venta de telas.

Para irse a trabajar, Vanegas la dejaba en otro punto cardinal de la ciudad, el barrio Tricentenario, donde su hermana Gloria. Por eso Diana creció con un vínculo tan entrañable con sus primos Laura y Juan Carlos Upegui. Y fue allí también donde habría conocido a los hermanos Daniel, Juan Carlos y Miguel Quintero.

Una faceta oscura en la vida de la Primera Dama, sin embargo, es la relación con su padre. En la declaración de conflicto de intereses que publicó cuando se posesionó, el alcalde Quintero menciona a su suegro, Germán Nelson Osorio. Al buscar en la web se encuentra que fue un coronel de la Policía. Y no solo se desempeñó como edecán del presidente Ernesto Samper, sino que, según documentos que figuran en el llamado Proceso 8.000, el militar habría servido de intermediario entre el equipo de Samper con Isabel Montoya de Sarria, la ‘monita retrechera’ para tramitar la financiación del Cartel de Cali a la campaña presidencial de 1994.

Después de un escarnio público que hasta lo puso temporalmente tras las rejas, el coronel Osorio terminó residenciado en Estados Unidos y allí fue a vivir su hija una temporada de adolescente. No obstante en las entrevistas ella no lo menciona y hace más hincapié en el esfuerzo de su mamá por criarla y ayudarle a superarse.

Lo cierto es que existen indicios de que esa relación paternal ha sido conflictiva, al punto de que en 2002, doña Beatriz Elena y Diana interpusieron una demanda de alimentos contra el coronel Osorio, la cual se resolvió por la vía de la conciliación.

Hoy día, Osorio vive en Bogotá, está casado, hace parte de la asociación de policías retirados y en las elecciones pasadas hizo campaña con el Centro Democrático y el general ( r ) Luis Mendieta al Senado, quien no salió elegido.

Hay otras dos aristas con puntos grises y que levantan suspicacias en la vida de la Primera Gestora: sus inicios en el mundo político y el manejo de sus finanzas.

En sus propias redes, Diana Osorio se refiere al rol de asesora del representante a la Cámara Jack Housni Jaller en 2010. Este fue el congresista que más tarde, en 2018 resultó involucrado en el proceso judicial por el desfalco de más de 30 mil millones de pesos a San Andrés, a punta de contratos, y los hechos habrían ocurrido en la misma época en que Osorio hacía parte del equipo del político isleño.

El modus operandi del timo habría echado mano de la figura de los convenios de asociación, una modalidad muy similar a los convenios interadministrativos por los que se ha cuestionado a la administración Quintero, pues permiten burlar los controles legales en contratos que involucran grandes cantidades de dinero.

Después de ese champú de política, Osorio inició su camino de la mano de Daniel Quintero. Juntos aparecen en la fundación Piensa Verde, la misma que les certificó años de experiencia a varios funcionarios de la administración cercanos a la pareja; lo mismo que en One Future. También juntos idearon el Partido del Tomate desde donde cobró forma su incursión en la política regional.

36
años tiene la Primera Gestora. Desde muy joven se conoció con la familia Quintero.
Infográfico

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