Doña María Elisenia, una mujer mayor que ya perdió la cuenta de los más de 40 años que lleva viviendo en el Doce de Octubre, le “chicaneó” a todos los periodistas diciéndoles que su vivienda va a quedar a tan solo dos calles de una de las estaciones del metrocable de El Picacho.
Este modo de transporte, que será referenciado en el sistema integrado como línea P, beneficiará a doña Elisenia y a otras 49.000 familias —más de 160.000 personas— de Castilla y Doce de Octubre, comunas 5 y 6 de Medellín, que ahora podrán llegar al centro de la capital antioqueña en tan solo 15 minutos, recorrido en el que hoy, en buseta, tardan casi una hora.
“Estoy dichosa, no vemos la hora que empiecen las obras. Pero también estoy muy triste, por los vecinos de toda la vida que se tienen que ir”, le dijo doña María Elisenia a EL COLOMBIANO entre alegría y nostalgia.
Ella se refiere a las familias que deben ser reubicadas porque viven en las áreas que se van a intervenir para la construcción del metrocable; son 391 predios en total. Estas personas están siendo acompañadas por el Instituto Social de Vivienda y Hábitat de Medellín (Isvimed) y, según lo anunció ayer el presidente del Concejo, Jesús Aníbal Echeverri, se hará todo lo posible para que la mayoría sean reacomodadas en la comuna.
“En las socializaciones que hemos tenido con los funcionarios de la Alcaldía y el Metro, nos ha ido muy bien; sin embargo, la gente que tiene que ser reubicada tiene mucho apego. Han traído sicólogos y trabajadores sociales para hablar con ellos, porque, imagínese, gente que ha construido su casa, poco a poco, para que ahora les toque irse de su barrio de toda la vida y no disfrutar las ventajas y beneficios que traerá el metrocable”, manifestó María Elena Roa Guzmán, habitante de la comuna 6 y presidenta de la junta de acción comunal Doce de Octubre, parte central.