<img height="1" width="1" style="display:none" src="https://www.facebook.com/tr?id=378526515676058&amp;ev=PageView&amp;noscript=1">
x
language COL arrow_drop_down

La fiesta centenaria que tendrá María del Carmen en asilo de Medellín

  • Esta foto le fue tomada esta semana a María del Carmen en el Hogar Geriátrico de Villa Hermosa. FOTO CORTESÍA
    Esta foto le fue tomada esta semana a María del Carmen en el Hogar Geriátrico de Villa Hermosa. FOTO CORTESÍA
  • La fiesta centenaria que tendrá María del Carmen en asilo de Medellín
18 de septiembre de 2020
bookmark

Con una torta, bombas, tangos y una decoración especial, en el Hogar Geriátrico Las Margaritas, de Villa Hermosa, a María del Carmen Arredondo Restrepo, nacida en Titiribí, le celebran este domingo 20 de septiembre su cumpleaños 103.

Nacida en el furor de la Primera Guerra Mundial, cuando María del Carmen llegó al mundo, su natal Titiribí, curiosamente, tenía más habitantes que ahora, según el registro histórico del Dane que cuentan la historia de la localidad: entre 13.000 y 14.000. Hoy, según el censo de 2018, la población es de 10.775 habitantes.

¡Claro!, hay que tener en cuenta que a lo largo de ese siglo fue cuando se dieron las migraciones masivas de personas a la capital Medellín, donde estaban las industrias, el progreso y el empleo. María del Carmen fue una de las que se vino a la ciudad con sus padres.

Gisela Osorio, directora del asilo donde está esta anciana, cuenta que ella llegó allí hace dos años. “La trajeron sus sobrinos, porque ella ya no tiene más familiares. Y aunque son sobrinos, todos son de muy avanzada edad y enfermos, entonces no pueden cuidarla”.

Hija de Eliseo Arredondo y Rita Restrepo, fue la mayor de ocho hermanos. Solo queda ella.

Estudió hasta primero de bachillerato y durante un tiempo fue profesora en Ciudad Bolívar, donde resultó viviendo con sus padres hasta venirse a Medellín. Acá trabajó en casas de familia, cuenta en un audio una de sus sobrinas.

En su cédula consta que fue expedida el 16 de julio de 1963 en Medellín, que mide 1,50 de estatura y que su tipo de sangre es 0+.

Como Gisela afirma que esta centenaria mujer está lúcida y no la aqueja ninguna enfermedad, hablamos con ella telefónicamente.

Para sorpresa, fue ella quien habló primero:

-¿Cómo están todos por allá? Yo muy bien, ja, ja, ja, salúdemelos a todos, ja ja ja.

Y para más sorpresa, escuchaba perfectamente, entendía las preguntas y siempre sonreía. Al preguntarle si tenía novio en el asilo y se pensaba casar, dijo que sí, que claro. Pero no añadió nada más.

Según Gisela, por versiones de los sobrinos, María del Carmen no se casó ni tuvo hijos, por lo cual no es tatarabuela, ni bisabuela, ni abuela, como suele ocurrir con la mayoría de ancianos.

Como es la niña mimada del centro geriátrico, pues es la mayor y la que le sigue es una señora de 93 años, ella vive rodeada de cariño.

No le gusta que la vistan y escasamente y a regañadientes se deja bañar, pues esta actividad sí tienen que ejecutarla las empleadas del asilo por los altos riesgos que corren las ancianas si las dejan solas en los baños.

María del Carmen toma aguardiente, a lo cual atribuye el buen estado de salud y lo conservada que se ve. Come cualquier alimento y desde que está en el lugar, nunca se ha enfermado, a excepción de “algunos dolores de cabeza que le dan de vez en cuando”.

Gisela asegura que no está abandonada. Al contrario, como no tuvo hijos, cuando estaba más joven se encargó de cuidar y atender a varios sobrinos, por lo cual ellos están agradecidos y le suministran cumplidamente todo lo que necesita para una estadía confortable y tranquila.

“Cuando ella llegó acá la vi tan bien que le puse ochenta años. No tiene várices en las piernas, su cuerpo no es tan arrugado y luce muy bien, además no usa silla de ruedas, camina sola por el lugar”, afirma la directora.

Podría decirse que es un milagro viviente en un universo donde las expectativas de vida de las personas rondan los 70 o 75 años y hasta hace algunos años era de menos.

Por eso nada más merecido que el homenaje que este domingo recibirá en el hogar de Villa Hermosa, ubicado en la calle 61 N° 42-27.

Ella es un patrimonio vivo de la ciudad y es muy justo que se le destaque, dice Camilo Yepes, un joven de 18 años que la conoce porque su madre trabaja en el albergue.

“Es que 103 años no se cumplen todos los días, muy poquita gente puede contar eso y además estar tan lúcida”, asegura.

Un viejo vivo es como un árbol, está ahí porque ha tenido la capacidad de desafiar el tiempo, las guerras, la violencia y la destrucción que ha sufrido el planeta. O como dijo José Saramago en su Poema sobre la vejez, “¡porque aprendí a querer lo necesario y a tomar solo lo bueno!”.

$!María del Carmen Arredondo celebra 103 años en asilo de Villa Hermosa en Medellín

Te puede interesar

El empleo que busca está a un clic

Las más leídas

Te recomendamos

Utilidad para la vida

Regístrate al newsletter

PROCESANDO TU SOLICITUD