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Así es como Medellín marca el paso en movilidad eléctrica
La ciudad tiene historia en este tipo de tecnología. El sistema masivo de transporte es el referente, pero aún hay retos para superar en otros frentes.
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Los buses eléctricos de Metroplús operan, principalmente, en la denominada Línea O del sistema metro que recorre la avenida 80. FOTO edwin bustamante
22 de febrero de 2021
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Romper el hielo con la compra de un carro eléctrico ha sido para Jorge Zuluaga, profesor y físico de la Universidad de Antioquia, una recompensa en ahorro en sus desplazamientos y en el sostenimiento del auto familiar.
Aunque dijo que al principio la inversión puede verse un poco alta, alrededor de los $100 millones, está convencido de haber tomado la mejor decisión. “No solo encuentro puntos de carga en la ciudad, sino que también lo puedo hacer en casa y contribuyo a las cero emisiones al medio ambiente”, son las ventajas que le ve a esta tecnología.
Además, el bolsillo también ve los beneficios: gasta $15.000 para recorrer 300 kilómetros, cuando eran $150.000 para hacer la misma distancia en un vehículo convencional a gasolina.
Zuluaga es defensor de la movilidad eléctrica, una tecnología que tiene raíces en Medellín desde el tranvía de principios del siglo XX y que retomó su vigor a partir de la puesta en marcha del sistema metro, el 30 de noviembre de 1995.
Para Andrés Emiro Díez, docente investigador de la Universidad Pontificia Bolivariana, la ciudad tiene mucho para mostrar en movilidad eléctrica. “Nuestro sello, sin duda, es el sistema masivo de transporte del Metro de Medellín, con sus líneas A y B, los cables, el tranvía de Ayacucho y la operación de los buses de Metroplús”, señala.
Logros de ciudad
Así lo señala también José Fernando Isaza, jefe de Unidad de Transacciones T & D de EPM. “El mayor logro en términos cualitativos es el haber conformado un ecosistema de la movilidad eléctrica en el que activamente participa el sector público, el Municipio a través de EPM, Metro, Metroplús, Área Metropolitana y el Gobierno Nacional, así como el sector privado con participación de los proveedores de equipos de carga, proveedores de vehículos, entidades financieras, aseguradoras, transportadores, taxistas, clientes residenciales, comerciales e industriales”, anota.
Desde lo cuantitativo, Isaza menciona que, al cierre de 2020, la ciudad muestra el mayor parque automotor eléctrico del país, con 1.810 vehículos eléctricos conectables.
A juicio de Diego Zapata, subsecretario Técnico de la Secretaría de Movilidad de Medellín, uno de los logros de ciudad es la adquisición de 64 buses eléctricos por parte del Municipio de Medellín.
Son automotores tipo padrón, con capacidad para 80 pasajeros y autonomía de desplazamiento de hasta 300 kilómetros. Valoró que, recientemente, se logró aumentar la capacidad de carga para buses eléctricos que prestan servicio en las líneas 1, 2 y 0 del Metro, con la entrada en operación de la estación de recarga ubicada en el barrio Belén Fátima.
En su opinión, el esfuerzo privado a partir de la adquisición de cuatro buses eléctricos por parte de la empresa MDO es otro logro de ciudad.
Reto en buses particulares
También lo resalta Juan Gonzalo Merino, presidente de la Asociación de Transporte Colectivo del Valle de Aburrá (Asotransvaa), uno de los gremios que agrupa a los propietarios de buses de servicio público.
Advierte, eso sí, que es un esfuerzo privado que se puede ver frenado en el corto plazo por los efectos de la pandemia. “Existe la mejor disposición de continuar en la renovación de flota en las diferentes empresas y en las diferentes tecnologías, incluso la eléctrica, pero un golpe de por lo menos $150.000 millones en el último año nos pone en una situación muy difícil”, advierte Merino.
A su juicio, pensar en este momento en que las empresas transportadoras puedan adquirir buses que demandan una inversión de cerca de 160 mil dólares por automotor es incierta en el corto plazo.
El directivo gremial demandó un apoyo económico de los Gobiernos nacional y municipales para aliviar la actual situación.
Barreras para superar
Profundizar la movilidad eléctrica en la ciudad, según el docente Andrés Emiro Díez, demanda aumentar el tipo conectable de vehículos híbridos. “En eso hay que insistir, para que exista opción de recargar la batería en casa”, dice.
Según el subsecretario Zapata, un reto está asociado a los costos de los vehículos y a la disponibilidad de estaciones de carga.
Además, señala, estandarizar el hardware y software en la recarga, para masificar el proceso que se puede articular a la cadena de valor de la movilidad eléctrica, lo que permita potenciar el Cluster de Energía Sostenible del departamento.
Para EPM, según José Fernando Isaza, el obstáculo sigue siendo el valor de los vehículos eléctricos. “Están superadas dos barreras: capacidad de carga y autonomía”.
Señala que para apalancar ventas y penetración de autos eléctricos sería clave un fondo de reposición y chatarrización estructurado con el aporte de varias entidades y homologar estándares de carga.
A punto el sexto cable
Entre tanto, otro paso clave en la consolidación de la movilidad eléctrica en Medellín será la próxima puesta en servicio del cable Picacho.
Según lo ha señalado Tomás Elejalde, gerente del Metro de Medellín, beneficiará a 420 mil personas en las comunas 5 (Castilla) y 6 (Doce de Octubre). Contará con 138 cabinas, cada una con capacidad para 12 usuarios, y podrá mover a 4.000 viajeros cada hora por sentido. La inversión alcanzó los $364.955 millones
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