Justo cuando un fenómeno meteorológico empezaba a impedir otra vez la dispersión de contaminantes a la atmósfera, la Semana Santa llegó a darle un respiro al aire de Medellín.
El Domingo de Ramos la calidad del aire estaba tan deteriorada que la Junta Metropolitana decidió mantener la alerta naranja y continuar con el pico y placa, a pesar de que sabían que muchos vehículos iban a salir del Valle de Aburrá.
Ese 9 de abril, seis de las ocho estaciones de monitoreo del Siata estaban en ICA naranja, con concentraciones de partículas PM 2.5 -las más perjudiciales para la salud humana- superiores a 35 microgramos por metro cúbico de aire.
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Las otras dos estaciones -Girardota y Tanques La Ye, en El Poblado- estaban en ICA amarillo o calidad del aire moderada.
Este Domingo de Resurrección, la estación de monitoreo ubicada en El Poblado registraba calidad del aire buena mientras que las otras siete estaban en ICA amarillo, o calidad del aire moderada, con valores por debajo de 25 microgramos de PM 2.5 por metro cúbico en dos de las estaciones, e inferiores a 20 en las demás.
Eso significa que este 16 de abril, el material particulado disperso en el aire del Valle de Aburrá cumple con la norma local y está, en casi todas las estaciones, dentro del límite que fija la Organización Mundial de la Salud, que recomienda concentraciones máximas de 20 µg/m3.