Las autoridades de Medellín declararon como un asesinato la muerte del niño de 3 años que fue llevado a un centro de salud de Santa Cruz (comuna 2), sin signos vitales, el pasado 25 de febrero.
Aunque inicialmente se dijo que se trataba de una muerte sin establecer, en el informe más reciente de la Secretaría de Seguridad de Medellín el hecho cambió su conducta a un homicidio.
Ese 25 de febrero, de acuerdo con el reporte de las autoridades, el menor de edad, quien era venezolano, fue ingresado sin signos vitales a un centro asistencial. Inicialmente, detalla la investigación emprendida por la Fiscalía General de la Nación, el hombre que llevó al niño a la unidad intermedia de salud habría expresado que este sufrió una caída y había vomitado.
Sin embargo, el dictamen forense determinó que la muerte fue ocasionada por traumas contusos múltiples que no eran compatibles con una caída. “Se señaló que la víctima presentaba otras lesiones corporales en diferentes estados de evolución; entre las que se destacaba un desgarro hepático y una fractura en el arco costal #9”, informó el ente acusador sobre el caso.
Entre los hallazgos también se concluyó que la víctima presentaba lesiones en el abdomen correspondientes a patrones similares a traumas de calzado.
Ante estos nuevos detalles, el pasado 18 de marzo el hombre que llevó al niño al centro asistencial, quien sería su padrastro, así como la madre del pequeño, fueron capturados como presuntos responsables del homicidio; ninguno de los dos aceptó los cargos imputados por el delito de homicidio agravado.
Cuatro días después, un juez cobijó al investigado con medida de aseguramiento en un centro carcelario y la madre de la víctima fue vinculada a la investigación en calidad de cómplice: fue dejada en libertad, pero continúa vinculada al proceso penal.
