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Obra del tren de la 80 se pagará como el metro de Bogotá
Contrato que salió ayer a licitación y se adjudicaría en junio, por $1,7 billones, está dividido en unidades de ejecución. No habrá anticipo y se pagará por hitos terminados.
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De acuerdo con las proyecciones del Metro, la Línea E tendrá un impacto sobre cerca de 1 millón de habitantes de la ciudad. -
El metro ligero de la 80 atravesará el occidente del Valle de Aburrá. FOTos Manuel Saldarriaga
05 de febrero de 2022
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El Metro de Medellín oficializó ayer la apertura de la licitación para la construcción del metro ligero de la 80, el proyecto de movilidad más ambicioso de los últimos 27 años, que permitirá extender una nueva rama de ese sistema hacia el occidente. No habrá anticipo y se pagará conforme se entreguen 176 unidades funcionales en las que fue dividida su construcción y puesta en marcha.
Convirtiéndose en la línea más importante luego de la A, el futuro corredor tendrá una longitud de 13,25 kilómetros, y atravesará 38 barrios en Medellín e Itagüí, en una área de influencia de más de un millón de personas.
Aunque desde octubre pasado el Municipio ya había hecho públicos los prepliegos de condiciones del proyecto, aclarando inquietudes e iniciando relacionamientos con varios de los interesados, tras la jornada de ayer arrancó de forma oficial la licitación pública.
Con la publicación de los pliegos definitivos, los consorcios y organizaciones interesadas en quedarse con la megaobra tendrán un plazo de tres meses para postularse y entregar en un sobre sellado con su propuesta final. Bajo ese cronograma, los cálculos de la Alcaldía apuntan a que para julio de este año se estaría adjudicando oficialmente el contrato de obra, que tendrá un valor aproximado de $1,7 billones, de los $3,54 billones que costará el proyecto en total.
Tras casi tres años de trabajos, en los que el proyecto estuvo en vilo para lograr el aval financiero por parte del Gobierno Nacional, hacemos un recuento de los momentos claves que ha tenido su estructuración, así como los detalles del futuro contrato, los tiempos que aparecen en el radar y los retos pendientes, como el de la gestión predial.
La novedad en la modalidad contractual
El que salió a licitación es el contrato más grande de los cuatro que se requieren para construir el metro. Los otros tres que están son uno para la compra de predios, que se firmó con la EDU; otro de gestión ambiental y social, que lo adelanta la empresa Metro; y uno más para el traslado de redes que empezaría en junio y que estará a cargo de EPM.
La licitación que abrió ayer, por $1,7 billones aproximadamente, tendrá la modalidad de llave en mano, es decir, que el consorcio, la empresa o la sociedad que gane el proceso se responsabilizará de realizar los diseños definitivos, construir el sistema y traer el material rodante. Se estructuró así por recomendación de la Financiera de Desarrollo Nacional (FDN) para evitar incompatibilidades en la ejecución de contratos por separado para los diseños finales, la obra civil y el componente ferroviario.
Otra novedad será el pago del contrato. Para la construcción del metro de Bogotá no se pactó el giro de un anticipo, sino que se estableció una figura llamada unidades de ejecución. Lo que significa eso es que se acuerdan hitos dentro de la obra, como culminar el patio taller, las estaciones o las intersecciones, por citar algunas, y solo se paga por unidad de ejecución culminada.
El metro de la 80 tendrá esa misma modalidad contractual, con 176 unidades de pago funcional. ¿Cómo funcionará? Sergio Andrés López Muñoz, gerente del proyecto y director del Departamento Administrativo de Planeación de Medellín, lo explica: “Un contrato de obra se puede pagar por cantidades de obra. Eso tiene un problema muy complicado y es que los contratistas tienden a abrir muchos frentes para obtener mucha liquidez, porque en estos contratos no se pagan anticipos. Entonces, el diseño lo partimos en cuatro, y cuando entreguen este componente se le paga. Cada estación es también una unidad funcional, entonces ahí serán 17 unidades funcionales”.
La interventoría irá ligada al contrato de construcción y será pagada con respecto a las unidades funcionales: 50% del pago para operación constante y 50% cuando la unidad quede operativa.
Los momentos clave del Proyecto
Aunque los orígenes de esta nueva línea de transporte se remontan más de una década atrás, cuando el Metro documentó su necesidad en su Plan Rector de Expansión de 2006 (leer Antecedentes), el primer gran paso que tuvo el proyecto para salir del papel fue su radicación ante la Nación en mayo de 2019.
Luego de un periodo de estudios, en donde se barajó la posibilidad de hacer una tranvía o incluso una línea de buses tipo BRT, fue durante ese año en el que se optó por un sistema de trenes de mediana capacidad que se convertiría en la primera línea de gran envergadura en correr de forma paralela a la línea A.
Tras un análisis que concluyó en diciembre de 2019, mientras el gobierno municipal se alistaba para un cambio de administración, la Nación devolvió la propuesta pidiendo hacer ajustes que iban desde recalcular la demanda del sistema, hasta cambios en el modelo operativo y financiero. En paralelo a esa estructuración, el Municipio arrancó con la construcción de dos intercambios para el paso del futuro tren. Uno ubicado en la calle Colombia, que arrancó en noviembre de 2019, y otro a la altura de la calle San Juan, que arrancó en septiembre de 2020.
López explica que, tras la devolución del proyecto por parte la Nación, un equipo técnico del Metro y la Alcaldía emprendió una serie de modificaciones y volvió a radicar los documentos, logrando un aval técnico por parte del Ministerio de Transporte el 13 de marzo de 2020 y luego el visto bueno por parte del Consejo Superior de Política Fiscal (Confis) tres días después.
En noviembre de ese mismo año, el Municipio, el Departamento y la Nación firmaron un convenio de cofinanciación, en octubre pasado se publicaron los prepliegos y ayer los pliegos definitivos.
En materia de financiamiento, otro hito ocurrido el año pasado fue la obtención de un crédito por $2,7 billones a través de la FDN, Bancolombia y Davivienda, que dejaron en firme los recursos.
Los retos por la gestión predial
Aunque desde 2020, el Metro y la Alcaldía ya venían adelantando algunas mesas y espacios de socialización con la comunidad, a mediados del año pasado estalló un conflicto con los habitantes del barrio El Volador, un territorio asentado en la franja norte del cerro de ese mismo nombre e incluido en los diseños de los patio talleres.
Tras una serie de protestas ciudadanas ante lo que se consideraba un riesgo inminente de que 470 familias fueran sacadas de ese territorio, el Municipio y el Metro le pusieron un freno al proceso y evaluaron alternativas para reubicar los talleres. Según López Muñoz, aprovechando el vencimiento de un plan parcial cercano al sector, en los terrenos de la antigua fábrica de Everfit, el Municipio inició una negociación para adquirir los predios y mover los talleres.
Aunque la negociación aún no se concreta, los cálculos del Metro apuntan a que con la acción solo tendrían que demolerse el 15 % de las casas de ese barrio. Para la gestión predial del resto del proyecto, el Municipio destinó un total de $935.000 millones, casi una tercera parte del presupuesto de todo el proyecto.
Las fechas clave que siguen ahora
Tras la publicación de los pliegos definitivos ayer, López agregó que el cronograma contempla que las empresas interesadas tengan un plazo de tres meses para estudiar esas condiciones y alistar sus propuestas.
“Esos tres primeros meses serán para observaciones y las entregas definitivas de la propuesta económica, los criterios habilitantes y los criterios de selección”, apuntó López.
Durante la primera semana de mayo, agregó el funcionario, se cerrará el plazo para recibir las ofertas y durante el mes siguiente el equipo técnico del Metro se encargará de evaluar cada una y seleccionar a la empresa que se encargará de la obra.
Bajo ese panorama, en julio se efectuaría la adjudicación definitiva y la suscripción del contrato.
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