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El Parque Lleras, una zona rosa difícil de manejar
Pese a los operativos de la última semana por parte de la Policía, comerciantes dicen que falta autoridad. Prostitución y drogas, los flagelos.
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10 negocios, de 14 intervenidos el fin de semana pasado en el Parque Lleras, fueron cerrados temporalmente por incumplir normas de salud, ruido o Código de Policía. FOTO MANUEL SALDARRIAGA
13 de noviembre de 2018
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Las intervenciones en el Parque Lleras, una de las zonas rosas más reconocidas de Medellín, son un trabajo permanente en el año. Solo la semana pasada hubo dos operativos que dejaron 10 establecimientos cerrados y 13 capturas por delitos relacionados con explotación sexual y microtráfico.
Problemáticas como la prostitución, cuando la ejercen mayores de edad, solo se pueden disuadir y combatir con campañas educativas y culturales porque no van en contra de la ley, aún así, hay comerciantes que están insatisfechos con la efectividad de las autoridades a la hora de hacer cumplir las normas.
La gerente de la comuna 14, Sandra Viviana Giraldo, afirmó que se reúne hasta cuatro veces al mes con representantes del locales, bares, restaurantes y hoteles de la zona, pero no siempre todos tienen una actitud positiva frente a los problemas que aquejan al Parque Lleras, y eso desencadena que cierren sus negocios.
Operativos
El fin de semana pasado, con un despliegue de 300 hombres, la fuerza pública en articulación con la Alcaldía, intervino 14 establecimientos de los cuales 10 fueron cerrados por incumplir el Código de Policía (sin detallar la infracción) u otras normas de funcionamiento.
Además, el Tránsito impuso 61 multas e inmovilizó 17 carros, 14 motos. En el mismo operativo 72 extranjeros fueron individualizados por Migración Colombia para revisar su legalidad en el territorio y educarlos en comprensión de la normatividad colombiana.
El martes pasado, la Policía también capturó a 13 personas, que pertenecían a la banda “La Terraza”, que hacían “negocios” en dólares y delinquían en el Parque Lleras.
Andrés Tobón, secretario de Seguridad local, manifestó que estas intervenciones respondieron al llamado de las quejas de habitantes del sector y ciudadanos preocupados por la seguridad en el Lleras.
No obstante, Alejandro Vélez, quien tiene dos locales comerciales y representa a una agremiación de 232 negocios de esta zona rosa, indicó que no están satisfechos con la labor de las autoridades.
“Hemos visto como este año incrementó la venta de drogas, el turismo sexual, y lo triste es que ciertos locales u hoteles ya disponen de sus sitios para estos fines. Nos parece que hay uso indebido de suelos que deberían investigar”, criticó.
El Código de Policía, el decreto que prohibe el porte de dosis mínima, no estaría siendo efectivo, según Vélez, ante lo cual debaten la idea de implementar seguridad privada para tener un mayor respaldo.
Aunque reconoció que los últimos operativos sanearon en parte las problemáticas del Lleras, dijo que la presencia de las autoridades debe ser permanente y la gerencia de El Poblado debe empezar a reconocer la existencia de la prostitución en la zona.
“Hicimos un experimento con turistas y comerciantes para evidenciar la realidad, y en una hora llegaron 20 peladas a ofrecer servicios sexuales”, reveló Vélez.
“Sí los hemos escuchado”
La gerente Giraldo se mostró extrañada por lo dicho por Vélez y la agremiación que representa, señalando que desde hace un año cuando asumió el cargo ha impulsado propuestas culturales para volver el parque un lugar para la familia y no solo para la rumba.
“Logramos llevar eventos como la Placita de Flores durante la feria en agosto, y a raíz de eso la Alcaldía nos aprobó casi que mensual actividades de ese tipo para cambiar la dinámica del Lleras”.
Destacó que entre marzo y mayo de este año hubo una campaña junto a la Secretaría de Inclusión Social para hacer un mapeo de la prostitución, ofreciendo, a quienes la ejercen, alternativas distintas con becas, educación y empleo.
“A diferencia de los menores de edad, cuando es delito, a los adultos solo podemos disuadirlos, pero no los podemos sacar del espacio público. Eso es algo que algunos comerciantes desconocen, las limitaciones jurídicas que tenemos”, expresó Vélez.
La reflexión, concluyó, también debe partir de los dueños de los negocios o administradores que permiten estas actividades en sus locales, o que con aforos para 90 personas admiten a más de 200. “El puente debe ser entre entidades públicas y comerciantes, en un rol de responsabilidad por partes iguales”, dijo.
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