Un niño de nueve años sufrió lesiones en la córnea por quemar chispitas en Medellín. Otros dos terminaron con quemaduras en cuello y tronco por la caída de voladores. Así mismo, un joven de 16 años en Yolombó, bajo los efectos del alcohol, fue atendido en un centro asistencial con quemaduras de tercer grado en la cara por accionar un tote.
Estos son cuatro de los 12 casos de menores de edad heridos por manipular pólvora en Antioquia durante los primeros 20 días de diciembre, la misma cifra registrada en el mismo periodo de 2017.
El Instituto Nacional de Salud (INS), que reportó 132 menores de edad quemados en Colombia en lo que va del mes, emitió la alerta nacional porque aún faltan dos fechas de picos altos en número de lesionados: Navidad y año nuevo.
Hernán Quijada, subdirector de Riesgo del INS, explicó que pese a las campañas de promoción y prevención, siguen existiendo prácticas de riesgo entre la ciudadanía. “La permisividad de padres y cuidadores con nuestros niños en el momento de negar el uso de la manipulación de la pólvora ha ocasionado que el número de niños quemados este año sea mayor que a la del año pasado (dos casos más)”, puntualizó.
La directora del ICBF, Juliana Pungiluppi, hizo un llamado ayer a los alcaldes para que refuercen los controles a los productores de artículos pirotécnicos y se garantice que los menores de edad no compren pólvora. “Se requiere sumar esfuerzos en prevención y sensibilización para evitar que la manipulación de la pólvora ocasione daños irreparables en nuestros niños”, dijo.