Monseñor Elkin Álvarez, secretario general de la Conferencia Episcopal de Colombia, y obispo de Santa Rosa de Osos, habla con EL COLOMBIANO sobre cómo percibe la fe y la esperanza de los católicos en el país. También comparte algunos consejos para la vida espiritual.
¿Cómo se ha puesto a prueba la fe en estos tiempos?
“Entiendo “prueba” como las circunstancias que nos piden asegurarnos en la fe o demostrar nuestra confianza en el Señor. La fe se pone a prueba cuando parecería que Dios no está presente o cuando las circunstancias son tan difíciles que podrían introducir alguna duda sobre la acción de Dios. En este tiempo vivimos una prueba de fe en medio de la pandemia. El mal en el mundo es también una prueba a la fe, porque nos invita a seguir confiando en Dios en medio de los males que podemos sufrir”.
¿Cómo ve hoy la fe de los católicos en Colombia?
“En Colombia siempre hemos tenido la certeza de que hay una arraigada fe católica, especialmente en las comunidades campesinas. La transmisión de la fe de parte de las generaciones antiguas ha sido un trabajo laudable, no solamente de los sacerdotes o religiosos o personas vinculadas a la tarea pastoral, sino también de parte de familias muy buenas y creo que eso todavía se vive en una buena medida.
Lógicamente Colombia no ha sido ajena a los procesos de secularización, que quiere decir que se va perdiendo el sentido de Dios en medio de la sociedad moderna. Vemos con preocupación que cada vez más se va viviendo ese sentido de distancia, de olvido de Dios, o de indiferencia frente al tema religioso, que es otra de las características del mundo de hoy.
Quiero destacar que el panorama de la fe católica en Colombia sigue teniendo signos muy positivos, testimonios muy grandes, sacerdotes y religiosos muy entregados, pero cada vez vemos cómo estas corrientes de indiferencia y secularismo van penetrando en nuestra sociedad.
También tendría que decir que una afectación a la fe católica en Colombia es el antitestimonio de algunos católicos, tanto sacerdotes como fieles; es lo que se llama la incoherencia entre la fe y la vida, de un lado tenemos supuestamente una profunda confianza en el Señor, pero tenemos conductas que van en contravía de lo que se cree”.
¿Qué puede hacer cada fiel por la fe de la religión católica?
“La fe es un acto personal de confianza y adhesión a Dios, pero no se le puede quitar esa dimensión comunitaria. Juntos expresamos la fe, la manifestamos, la hacemos pública, porque la fe no es solamente una vivencia privada de esta religión, es un testimonio público de nuestro seguimiento de Jesús y del Evangelio.
En el Catecismo de la Iglesia Católica se habla de unos deberes frente a la fe o unas obligaciones, en el sentido positivo del término, que son cultivar la fe para crecer en ella, defenderla frente a todo aquello que pueda afectarla —aquí no hablamos solo del ámbito doctrinal, sino de todo lo que en la vida social puede ir en contra de la fe y también lo que nos afecta personalmente frente a la fe—, y proclamarla, que es el deber de dar testimonio de ella. No es solo participar en algunas celebraciones, se trata de vivir en la Iglesia, que es una comunidad de fe, la comunión y la participación. Todos somos Iglesia, estamos unidos, por eso todo paso que se dé en la fe, ayuda a la comunidad entera”.