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“La fe mueve a la esperanza y lleva al amor”: monseñor Elkin Álvarez

El secretario general de la Conferencia Episcopal de Colombia se refiere al panorama de la fe católica.

  • Monseñor Elkin Álvarez, secretario general de la Conferencia Episcopal de Colombia. FOTO COLPRENSA
    Monseñor Elkin Álvarez, secretario general de la Conferencia Episcopal de Colombia. FOTO COLPRENSA
04 de abril de 2021
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Monseñor Elkin Álvarez, secretario general de la Conferencia Episcopal de Colombia, y obispo de Santa Rosa de Osos, habla con EL COLOMBIANO sobre cómo percibe la fe y la esperanza de los católicos en el país. También comparte algunos consejos para la vida espiritual.

¿Cómo se ha puesto a prueba la fe en estos tiempos?

“Entiendo “prueba” como las circunstancias que nos piden asegurarnos en la fe o demostrar nuestra confianza en el Señor. La fe se pone a prueba cuando parecería que Dios no está presente o cuando las circunstancias son tan difíciles que podrían introducir alguna duda sobre la acción de Dios. En este tiempo vivimos una prueba de fe en medio de la pandemia. El mal en el mundo es también una prueba a la fe, porque nos invita a seguir confiando en Dios en medio de los males que podemos sufrir”.

¿Cómo ve hoy la fe de los católicos en Colombia?

“En Colombia siempre hemos tenido la certeza de que hay una arraigada fe católica, especialmente en las comunidades campesinas. La transmisión de la fe de parte de las generaciones antiguas ha sido un trabajo laudable, no solamente de los sacerdotes o religiosos o personas vinculadas a la tarea pastoral, sino también de parte de familias muy buenas y creo que eso todavía se vive en una buena medida.

Lógicamente Colombia no ha sido ajena a los procesos de secularización, que quiere decir que se va perdiendo el sentido de Dios en medio de la sociedad moderna. Vemos con preocupación que cada vez más se va viviendo ese sentido de distancia, de olvido de Dios, o de indiferencia frente al tema religioso, que es otra de las características del mundo de hoy.

Quiero destacar que el panorama de la fe católica en Colombia sigue teniendo signos muy positivos, testimonios muy grandes, sacerdotes y religiosos muy entregados, pero cada vez vemos cómo estas corrientes de indiferencia y secularismo van penetrando en nuestra sociedad.

También tendría que decir que una afectación a la fe católica en Colombia es el antitestimonio de algunos católicos, tanto sacerdotes como fieles; es lo que se llama la incoherencia entre la fe y la vida, de un lado tenemos supuestamente una profunda confianza en el Señor, pero tenemos conductas que van en contravía de lo que se cree”.

¿Qué puede hacer cada fiel por la fe de la religión católica?

“La fe es un acto personal de confianza y adhesión a Dios, pero no se le puede quitar esa dimensión comunitaria. Juntos expresamos la fe, la manifestamos, la hacemos pública, porque la fe no es solamente una vivencia privada de esta religión, es un testimonio público de nuestro seguimiento de Jesús y del Evangelio.

En el Catecismo de la Iglesia Católica se habla de unos deberes frente a la fe o unas obligaciones, en el sentido positivo del término, que son cultivar la fe para crecer en ella, defenderla frente a todo aquello que pueda afectarla —aquí no hablamos solo del ámbito doctrinal, sino de todo lo que en la vida social puede ir en contra de la fe y también lo que nos afecta personalmente frente a la fe—, y proclamarla, que es el deber de dar testimonio de ella. No es solo participar en algunas celebraciones, se trata de vivir en la Iglesia, que es una comunidad de fe, la comunión y la participación. Todos somos Iglesia, estamos unidos, por eso todo paso que se dé en la fe, ayuda a la comunidad entera”.

¿Cómo ve hoy la esperanza del católico?

“Son tiempos muy difíciles, y lógicamente la fe tiene este ligamen con la esperanza y ambas con la realidad que estamos viviendo. Veo comunidades católicas que van creciendo en fortaleza para vivir su fe y manifestar su esperanza. Hay signos que nos conducen a la esperanza y aguardamos que este tiempo de Semana Santa, vivido en medio de la pandemia, fortalezca la fe y anime en la esperanza a todos los creyentes”.

¿Qué le hace falta al católico para ver a Jesús en el otro?

“Aquí entramos en la tercera virtud teologal, porque estamos hablando de las tres grandes virtudes que no pueden faltar en el cristiano. La vida del cristiano es vida de fe, de esperanza y de caridad. Esta pregunta tiene que ver con esta tercera virtud, la del amor hacia el prójimo. Jesús nos ha enseñado, es como el fundamento de toda la práctica cristiana, que es necesario amarnos unos a otros, como Él nos amó.

Con respecto a lo que puede faltar para ver a Jesús en el otro, quiero referirme a lo que el papa Francisco menciona en casi todas sus intervenciones, sobre el acercamiento a los demás. Nos falta conciencia de lo que significa ser cristiano, de que no se puede sustraer el amor al prójimo, o sea, necesitamos más conciencia de amor al prójimo. Y el papa insiste en que es necesaria la sensibilidad, dejarnos tocar por el hermano que sufre.

Muchos son los hombres y las mujeres que han llegado a la santidad, por la vía del reconocimiento del rostro de Jesús en el prójimo; especialmente en el que sufre, en el enfermo, en el migrante, en el marginado. El mismo Señor nos lo dijo en el Evangelio, que cuanto hicieron por uno de estos, mis humildes hermanos —Jesús llama hermanos a todos los que sufren—, lo hicieron conmigo”.

¿Qué aconseja ante lo que el papa Francisco describió como la desconfianza y la desesperación que deja la pandemia?

“Propongo el mismo consejo del papa: contemplar al crucificado. Después de que el santo padre alude a que ciertamente estamos viviendo momentos de incertidumbre, desconfianza, desesperación, él dice que es necesario contemplar, volver a vivir el estupor frente al crucificado y saber o exclamar que realmente es Hijo de Dios. El papa dijo que cada uno debería mirar al crucificado y decir: ¡Cuánto me ama Dios!, porque realmente el crucificado nos da la certeza de que el Señor mismo probó todo el sufrimiento que estamos viviendo.

Además, cuando el papa toca este tema de la desconfianza, la desesperación..., nunca deja una perspectiva, por así decirlo, pesimista, sino que invita a vivir la esperanza, la alegría; a tener la certeza de que Dios está con nosotros, a orar más, a renovar nuestra fe para poder avanzar juntos en la superación de esta pandemia y de todas las demás pandemias que vivimos”.

¿Se puede compartir la fe? ¿Cómo?

“Esto es fundamental dentro de la experiencia religiosa, católica y de otras confesiones. La fe católica se comparte. Los papás transmiten la fe a sus hijos, los maestros católicos también, los sacerdotes, los religiosos, y todos los bautizados estamos llamados a compartir la fe, dando testimonio de ella a los demás.

El testimonio de fe católica lo hacemos desde nuestras vocaciones específicas: padre o madre de familia, profesional, estudiante, obrero; los niños con sus compañeros, los jóvenes en sus colegios. Todos estamos llamados a compartir la fe.

Quiero destacar que la fe, la esperanza y el amor tienen entre sí un vínculo que no se puede romper, pues la fe mueve a la esperanza y lleva al amor. Si tenemos fe y esperanza, vemos a los demás como Jesús nos pide, con amor de Dios”.

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