El ritmo acelerado que llevaba Guillermo León Potes se interrumpió de golpe cuando un hueco lo enfrentó de cara con la cruda realidad y lo mandó al piso.
El hombre, que viajó ayer desde Marinilla hasta el Centro de Medellín para reclamar un medicamento, se levantó como pudo en plena avenida Oriental y recibió la ayuda de varias manos amigas.
“No me alcancé a lesionar de gravedad, pero sí hay que pedirle al señor alcalde o a EPM que solucionen esta problemática porque caminar por acá se volvió muy peligroso”, explicó el hombre de 67 años antes de seguir su camino con una molestia en el tobillo que era evidente cuando caminaba hacia su destino.
Como él, en Medellín se registran casos de personas que sufren accidentes en los huecos que se generan por el robo de tapas de los contadores de servicios públicos, según contaron testigos consultados en un recorrido que hicimos ayer.
Manuel Vivas tiene un puesto formal de ventas en pleno Centro y cuenta como todos los días ve como la gente se cae en estas trampas.
“La gente viene entretenida con el celular o elevada mirando para otro lado y se caen ahí. Pasa mucho con señores de edad y con frecuencia se lastiman”, explicó.
EL COLOMBIANO recorrió ayer algunas de las zonas más transitadas del centro de la ciudad y pudo evidenciar que en algunos sectores la situación es crítica. En una cuadra sobre la Oriental, entre Maracaibo y La Playa, en menos de 50 metros hay siete contadores de servicios públicos y seis de ellos no tienen tapa, lo que convierte transitar por ese tramo en una verdadera carrera de obstáculos.
El panorama es similar en algunos puntos de la carrera 45 (El Palo), en las inmediaciones de las Torres de Bomboná y en la 33 entre las glorietas de exposiciones y San Diego.
¿Qué dice EPM?
Santiago Wilches, jefe de la Unidad de vinculación y desarrollo urbanístico Aguas EPM, explicó que aunque el común de la gente cree que es la empresa la que debe solucionar un caso de estos, la responsabilidad por el robo de tapas recae sobre el usuario, es decir, en el propietario de la vivienda o del local comercial.
De acuerdo con el vocero, según la normatividad colombiana, contemplada en la Ley 142 de 1994 y en dos decretos posteriores, el usuario es el responsable de la acometida que es el tubo que sale de la red pública (o tubo madre) hasta la vivienda.
“Si se roban la tapa o si se daña el tubo es el usuario el que lo debe reponer o reparar. Sabemos que genera incomodidad, pero así lo establece la regulación”, explicó el vocero.
El problema en muchos casos es que como los robos son repetitivos, los usuarios se desmotivan para volver a pagar para que les repongan la tapa del contador. Incluso, si un accidente ocurre en uno de estos huecos, la responsabilidad recae sobre el propietario del inmueble. Reponer la tapa metálica cuesta $196.000.
Wilches detalló además que como alternativa para mitigar esa problemática se desarrolló una tapa polimérica (un material similar al plástico). Esta alternativa también es costosa y vale $199.000. “Somos concientes de que hay un problema complejo porque aunque la tapa es de un material que no es aprovechable para fundición y no debería ser tan apetecido, igual existe el robo de tapas en el centro de la ciudad, la calle 33 y algunos sectores de Conquistadores y Boston”, añadió.
Muchos usuarios del Centro, como los propietarios del restaurante El Paso, se cansaron de pagar y que cada dos semanas les robaran la tapa y optaron por hacerle un dispositivo hechizo para evitar riesgos. Otros optaron por candados que no siempre aseguran que el contador esté exento de ser víctima de los ladrones .
$196
mil pesos cuesta mandar a reponer en EPM una tapa metálica de contador.
1.000
tapas de alcantarillado ha reemplazado EPM en la ciudad en lo corrido del año.