<img height="1" width="1" style="display:none" src="https://www.facebook.com/tr?id=378526515676058&amp;ev=PageView&amp;noscript=1">
x
language COL arrow_drop_down

San Andrés escarba su historia con hallazgos arqueológicos

Más de 500 fragmentos de cerámica y cerca de 100 piezas en piedra fueron halladas en la zona de influencia de un proyecto hidroeléctrico.

  • Excavaciones llevadas a cabo en la vereda Alto Seco de San Andrés de Cuerquia, donde se hicieron cuatro cortes de tierra (en terrazas) para recuperar los restos arqueológicos. FOTO EYC GLOBAL
    Excavaciones llevadas a cabo en la vereda Alto Seco de San Andrés de Cuerquia, donde se hicieron cuatro cortes de tierra (en terrazas) para recuperar los restos arqueológicos. FOTO EYC GLOBAL
  • En algunos de los elementos encontrados aparecen figuras de animales talladas sobre las piedras.
    En algunos de los elementos encontrados aparecen figuras de animales talladas sobre las piedras.
  • Las más de 500 piezas de cerámica corresponden a fragmentos de vasijas u otros recipientes.
    Las más de 500 piezas de cerámica corresponden a fragmentos de vasijas u otros recipientes.
  • Las piezas podrían ser de un período de tiempo entre los años 200 a.C. y los 800 d.C. FotoS EYC GLOBAL
    Las piezas podrían ser de un período de tiempo entre los años 200 a.C. y los 800 d.C. FotoS EYC GLOBAL
San Andrés escarba su historia con hallazgos arqueológicos
22 de octubre de 2017
bookmark

En el último hallazgo de restos arqueológicos en el municipio de San Andrés de Cuerquia, Norte antioqueño, se encontraron objetos —o pedazos de ellos— a los que el grupo de investigación les calcula más de 1.000 años de antigüedad.

Pero no fue una casualidad porque en este territorio, al igual que en Santa Rosa de Osos y San José de la Montaña, se vienen descubriendo evidencias materiales de las tribus que habitaron esta región muchísimo tiempo antes de la llegada de los españoles a América.

En esta ocasión se trata de más de 500 fragmentos de cerámica, vasijas con diversos decorados que por su fragilidad se partieron bajo la tierra; también cerca de 100 elementos como hachas o figuras de animales talladas en piedra que permanecían olvidados a menos de 50 centímetros de profundidad.

Tal vez si no hubiese sido porque el lugar del hallazgo, una terraza aluvial en la vereda Alto Seco donde la quebrada La Chorrera se junta con el río San Andrés, hace parte de la zona de influencia del proyecto Hidroenergía de la Montaña, estas piezas estarían aún ocultas en medio de los dos afluentes.

El grupo de consultoría ambiental EyC Global, contratado para medir el impacto ambiental de la construcción de la pequeña central hidroeléctrica La Chorrera, ya envió muestras de los restos encontrados a laboratorios de Estados Unidos, donde con más se certeza determinarán su antigüedad a través del método carbono 14.

¿Cómo se encontraron?

Para recibir la licencia, el proyecto Hidroenergía de la Montaña tuvo que pedir autorización al Icanh y llevar a cabo la prospección arqueológica en la zona de influencia. Para esta labor, además de la consultoría de EyC Global, fue indispensable el apoyo recibido de la corporación ambiental Corantioquia.

“Hicimos 29 sondeos y encontramos en un sitio específico la mayor concentración de cerámicas y elementos de piedra. Allí se hicieron cuatro cortes de tres metros por uno, con palustre y espátula, pero fue difícil por las rocas”, relató Alejandra Agudelo, arqueóloga que lideró la exploración y excavación.

El sector se había planeado como una zona de depósito, pero luego del hallazgo se decidió no intervenirlo.

La arqueóloga añadió que aunque en un primer momento se calcula que las piezas tienen 1.000 años de antigüedad, no descartan que los resultados de los estudios en laboratorio, que esperan a más tardar dentro de quince días, determinen que algunas puedan llegar a tener hasta 2.500 años.

La investigadora del Icanh, Mónica Marín, comentó que es difícil determinar a qué cacicazgo o tribu específica pertenecían estas piezas debido a que son culturas que no tenían escritura, dispersas, que cambiaban de asentamiento de un lugar a otro.

“No se trataba de grandes civilizaciones. Lo que sí es que se ubicaban cerca a los cursos de ríos y quebradas, usaban los cauces como vías de comunicación y así se asentaban, por la necesidad del agua. Es el motivo por el cual muchos hallazgos se encuentran cerca a fuentes hídricas”, anotó.

Aunque el hallazgo es considerado como algo normal para el Icanh, no deja de ser importante. La investigadora manifestó que el instituto siempre está atento a nuevos descubrimientos para ubicarlos en su atlas.

“Como proyectos se hacen todo el tiempo cada que se encuentran nuevas piezas se difunde la noticia. Eso ayuda a que la gente sepa de la existencia de estos objetos y si encuentran algo lo reporten, porque comerciar con el patrimonio histórico del país es un delito”, aseveró Marín.

Potencial de la zona

Los municipios del Norte antioqueño no solo son apetecidos por la producción energética —no hay que olvidar que Hidroituango será la central de generación de energía más grande del país—, sino que según el atlas del Instituto Colombiano de Antropología e Historia (Icanh), en el Norte de Antioquia se ha encontrado material arqueológico en 18 puntos distintos. A todos se llegó a causa de la incursión de proyectos hidroeléctricos.

Marín reveló que en 2013 se hallaron 325 fragmentos cerámicos en San Andrés de Cuerquia, en las veredas Cruces, El Roble, La Chorrera y Alto Seco. Años atrás, en 1998, el investigador Gerardo Ardila reportó hallazgos de orfebrería (narigueras, colgantes, poporos) que fueron llevados al Museo del Oro de Bogotá.

“El mapa del Icanh incluso no está completo, hay muchos puntos que adicionarle a esos 18. Cuando hablamos de patrimonio arqueológico hay que decir que todo el territorio colombiano tiene un potencial alto. En esta región, de pendientes, laderas y terrazas aluviales, como la del último hallazgo, se pueden encontrar restos de diversos periodos, que van desde los 200 años a.C. hasta los 800 años d.C.”, explicó Marín.

Además de las cerámicas y los tallados sobre piedra, la arqueóloga Agudelo señaló que también se encontraron caminos antiguos, una escuela que servía de paso en una ruta comercial de los arrieros, y vallados levantados con piedra hace más de 120 años.

“No todos son tan antiguos, pero hasta los más cercanos a nuestra época permiten reconstruir la historia del lugar y conocer los modos de vida de quienes poblaron aquellas tierras”, expresó Agudelo.

Destino de las piezas

En consideración del grupo de arqueología contratado por el proyecto hidroeléctrico, las piezas encontradas, por ser fragmentos o figuras no tan llamativas, son más objeto de investigación que de exhibición en algún museo, motivo por el cual en un primer momento piensan en la Universidad de Antioquia (U. de A.) como su mejor destino.

La arqueóloga Agudelo dijo que “para el común de las personas se trata de puras piedras y pedazos de algo roto, por eso Hidroenergía ha pedido que se lleven a la U. de A.”.

Hernán Pimienta, curador de la colección de Antropología del Museo de la U. de A., dijo que aunque están a tope con más de 35.000 bienes del patrimonio arqueológico nacional, no cierran las puertas a la llegada de nuevas piezas.

“Además de esos bienes, en la reserva arqueológica tenemos al menos 120.000 fragmentos cerámicos que hacen parte de muestras diagnósticas de 244 investigaciones”, detalló Pimienta.

Sin embargo, Ómar Chica, director de la Casa de la Cultura de San Andrés de Cuerquia, expresó que sienten tristeza porque desde el proyecto hidroeléctrico les informaron que el municipio solo recibirá documentos y fotografías de los hallazgos.

“Se deben quedar acá, es nuestra historia, ahí están enmarcadas las raíces de nuestra tierra”, protestó Chica.

Consciente del reclamo, el grupo de arqueología contratado por el proyecto no descarta la posibilidad de que parte de las piezas vayan al municipio.

“Es una posibilidad. El tema es que si se ponen estos objetos en exhibición de museo se debe garantizar su cuidado. La cuestión es que con el paso del tiempo se van quedando en el olvido y ni siquiera se usan como material de investigación, por eso esa decisión se debe analizar muy bien. La palabra final la tiene el Icanh”, dijo Agudelo.

Por ahora todos los elementos que se encontraron reposan en una bodega de Medellín. Entretanto, habrá cientos o miles de restos que aún descansan bajo tierra.

$54
millones fue el costo de la prospección arqueológica que llevó al último hallazgo.
Infográfico

Te puede interesar

El empleo que busca está a un clic

Las más leídas

Te recomendamos

Utilidad para la vida

Regístrate al newsletter

PROCESANDO TU SOLICITUD