Economía después de la pandemia: ¿qué hay detrás de las nubes?

Giovanny Cardona Montoya, junio 22 de 2020.

 

En julio de 1944 se celebró la Conferencia de Bretton Woods. Este escenario fue convocado por los aliados para delinear el sistema económico y financiero después de que terminara la guerra contra Alemania. Pero ellos no sabían la fecha en que esto sucedería.

Hoy nos está pasando lo  mismo, estamos tratando de pronosticar el devenir económico después de la pandemia. Pero, poco sabemos de este virus. Los organismos internacionales de salud, con la OMS a la cabeza, y los ministerios de salud de los diferentes países aún no logran dar respuestas a muchas preguntas: ¿Cuándo habrá vacuna? ¿Se afecta el virus con las estaciones, la humedad o el consumo de vitamina D -sol-? ¿El coronavirus se volverá estacional?

No, aún no hay respuestas. Lo único que parece ser cierto es que el distanciamiento social sí reduce los riesgos de contagio.

En consecuencia, pronosticar el compormiento del ciclo económico no es sencillo, ya que, se halla sujeto más a factores de salud pública que económicos. Lo mismo sucedió en Bretton Woods (BW) hace 76 años, el mundo aún estaba en guerra.

Pero la reunión de BW es más que una anécdota. Una de las tareas importantes de dicho encuentro era analizar cómo habían llegado a esa situación. Entender la economía entre guerras fue una labor escencial para poder delinear futuros posibles. Y eso es lo que tenemos que hacer en este momento, antes de aventurarnos con una bola de cristal.

En términos de crecimiento económico, el planeta venía en un proceso de desaceleración económica tal y como lo muestra el Banco Mundial:

crecimiento antes del covid BM

Gráfico: Si miramos los datos hasta 2019 (posterior a dicho año era pronóstico pre-Covid). 
En general la economía mundial venía creciendo de manera desacelerada.

https://elpais.com/economia/2020/01/08/actualidad/1578513958_080117.html

 

Desde la perspectiva del desarrollo económico de largo plazo, cuatro características marcaban al mundo antes de la pandemia:

– El crecimiento demográfico del último siglo, que multiplica por cuatro a la población mundial;

– La huella ecológica que se traduce en un sobreconsumo de recursos con respecto a la capacidad del planeta de regenerar la vida;

– La alta conectividad planetaria que se evidencia en el hecho que casi el 70% de la población mundial cuenta con un dispositivo movil; y

– La deslocalización de la producción mundial que se traduce en la más profunda interdependencia entre territorios y empresas a lo largo y ancho del planeta.

 

En materia de doctrinas económicas, el neoliberalismo continúa su hegemonía en los ambitos, empresarial, académico y gubernamental. A  pesar de que se fortalece el pensamiento sobre la economía circular y la economía en la base de la pirámide. El éxito de estas últimas se concentra en los escenarios académicos y no en los de tomadores de decisiones públicas y empresariales.

doctrinas en auge

En el marco de estos antecedentes -de macroeconomía, de desarrollo económico y de doctrina-, los pronósticos sobre la recuperación económica global se hallan centrados en el ciclo económico y la posibilidad de frenar la caída y comenzar el ascenso. Sin embargo, teniendo en cuenta la incertidumbre que aún genera el Covid, dichos pronósticos pueden ser diversos:

V (ya caímos y comienza la recuperación);

U (estamos terminando de caer y hay que tomar impulso para empezar a recuperarnos;

W (caimos y es posible que volvamos a caer si se presenta la necesidad de otra cuarentena este año o comenzando el próximo).

escenarios post covid V U W

Por último, un escenario más complejo sería el que se derivaría de una ausencia de vacuna en el mediano plazo y del hecho de que el virus se mantenga agresivo en las diferentes latitudes, estaciones y niveles de humedad relativa. En ese caso la L sería la letra del alfabeto, esto es, una nueva normalidad con la productividad, producción y consumo que llevamos actualmente en medio de la pandemia. Ello significa permanecer abajo con los actuales niveles de desempleo.

¿Y en el largo plazo?

Pero, como indicábamos al inicio, no sólo se trata del crecimiento del PIB en el corto plazo, los retos del desarrollo económico (bienestar, distribución, optimización de recursos y la sostenibilidad del crecimiento) están a la orden del día.

La degradación del planeta, el desempleo crónico de cientos de millones de personas y la existencia de un significativo porcentaje de la población mundial que no suple sus necesidades básicas (alimento, techo, salud, seguridad), de un lado; el auge de las TIC y las cadenas globales de valor, del otro, son condiciones a tener en cuenta a la hora de pronosticar y/o promover el posible camino de la economía después de la pandemia.

cuarto eje del desarrollo sostenible

La nueva realidad indica que existen riesgos más básicos que los que hemos destacado en estos últimos años. Además de asegurar la viabilidad de las empresas (economía), la sostenibilidad mínima de la sociedad (distribución de la riqueza) y la recuperación de los recursos naturales (sostenibilidad ambiental), ahora surge la pregunta sobre la capacidad que tenemos de preservar la vida de las personas.

Es claro que el calentamiento global y la pobreza también ponen en peligro la vida de las personas, pero la gradualidad del proceso ha permitido un cierto aletargamiento y tolerancia de la población con respecto a este riesgo. En cambio, el Covid nos muestra como esto puede suceder en el corto plazo. No es la primera pandemia y no será la última, pero en tiempos de globalización, los hechos son mayores -más intensos y extensos-, a la vez que más visibles.

¿Nos acostumbraremos a la muerte como a cualquier dato estadístico o repensaremos el modelo socio-económico para sobrevivir como especie?

 

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