El Código del buen vestir de la Cancillería, que prohibía el uso de tenis y escotes en la cartera diplomática, parece que será desechado por el propio canciller Álvaro Leyva. El funcionario, después de la polémica, señaló que él no está en función de decir cómo deben vestir sus colaboradores.
“Sobre el vestuario en la Cancillería, con María Mercedes Carranza introduje en la Constitución el artículo sobre el libre desarrollo de la personalidad. Así, no soy quien diga cómo debe vestirse la gente. Prevalece sí lo que la recta razón y el buen comportamiento indiquen”, aclaró el ministro Leyva Durán en su cuenta de Twitter.
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La polémica se desató en este martes luego de conocerse una cartilla de 16 páginas en la que la Cancillería dictaba “El Código del buen vestir”.
El documento explicaba hasta con ilustraciones cómo debían lucir los hombres y mujeres que tuvieran “una agenda formal” en representación de la Cancillería.
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Contrario a ejemplos como el de la ministra de Minas, Irene Vélez –que atendió una agenda oficial en tenis–, la Cancillería sugería a sus funcionarios hasta qué tipo de telas comprar a la hora de mandar a hacer sus trajes, cómo portar los accesorios y hasta la manera en la que se debían maquillar: “debe ser discreto, natural y sin tonalidades muy fuertes”.
“El Ministerio de Relaciones Exteriores promueve los intereses nacionales en el exterior, es nuestro deber proyectar una imagen seria, profesional y acorde con la misión, visión y los objetivos institucionales, por estar razón, la presentación personal no puede estar acompañado de ropa informal (como los tenis) en las instalaciones del Ministerio”, señalaba la cartilla.
La cartilla en mención también prohibía el uso de jeans con rotos, desteñidos o descaderados y le dedicaba un capítulo especial a la prohibición del uso de tenis. Todo parece indicar que el Canciller se molestó con la cartilla y, luego de su pronunciamiento, pediría a sus funcionarios una nueva redacción del código de la discordia.
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