El acalorado debate de la reforma a la salud, que estuvo cargado de gritos, discusiones y hasta acusaciones de sabotaje, corrupción y clientelismo, también marcó momentos claves en que los representantes a la Cámara mostraron todo su enojo por la manera en que se han venido aprobando los artículos.
Así quedó demostrado en el discurso de la representante Catherine Juvinao, miembro de la Alianza Verde, quien advirtió varias posibles irregularidades en una enérgica intervención del debate.
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“Estoy cansada de que nos traten como saboteadores. No nos reciben argumentos, no nos reciben proposiciones. Estoy cansada de que ante cualquier crítica ustedes me vengan a decir ‘demalas Juvinao, es un acuerdo con el Partido Liberal y el Partido de la U‘”, empezó diciendo Juvinao.
Según ella, a “este Gobierno –precidido por Gustavo Petro– no le da pena avalar semejante disposición que se presta para la corrupción, la poliquetería y el clientelismo”.
Esto último hablando de un “mico” que denunciaron varios congresistas y que buscaría, supuestamente, eliminar los requisitos para elegir a los directores de hospitales públicos y otras entidades de salud para, posteriormente, poder nombrarlos a dedo.
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Sobre dicho artículo, la también representante Jennifer Pedraza aseguró que ese punto aprobado previamente por el Gobierno “pretendía eliminar los requerimientos de mérito (...) para que se puedan nombrar a dedo”.
Por lo que añadió que “con una mano trinan contra la politiquería y con la otra les reparten mermelada a los politiqueros”.
Por eso mismo, y tras el enojo en el Congreso por ese “orangután” que supuestamente querían meter, Juvinao continuó diciendo que “me da vergüenza con la gente a la que le prometimos un cambio (...) A ustedes lo único que les importa es la chequera y acabar las EPS. Cómo es posible que una reforma que es para supuestamente acabar la corrupción se esté avalando en este momento una proposición que ahora no es de nadie”.
Pese a esa intervención de Juvinao, la Cámara siguió con el debate y logró aprobar otros dos artículos: el 8 y el 47.
Tras más de cuatro horas de debate, el recinto vivió varios momentos críticos, como la sacada del público por gritos y arengas que no dejaban continuar con el debate y las salidas de miembros del partido Cambio Radical, que se fueron para dañar el quórum, y del Centro Democrático, cuyos asistentes se negaron a votar los artículos también con la intención de afectar el quórum.
