Hace una década, cuando la siembra de cultivos de cannabis aún estaba prohibida en Colombia, hubiera sonado a imposible que el Servicio Nacional de Aprendizaje, Sena, estuviera capacitando a sus estudiantes en el proceso legal y técnico del cannabis medicinal.
Hoy, según información de la entidad a nivel nacional, esa idea es un hecho que forma a más de 350 jóvenes operarios y emprendedores en Cundinamarca, Quindío y Antioquia.
Cuenta Hernán Dario Rodríguez, profesional agrosena y coordinador del sector agropecuario, que el proceso de formación surgió hace unos cinco años cuando se unieron dos cosas: “la primera fue cuando vimos que era un sector productivo muy dinámico que podía aportar al desarrollo del país; y la segunda fue que ese sector se perfilaba como gran generador de empleo, que es justo todo lo que busca el Sena”, afirma.
En un principio, la institución llegó a empresas emergentes de cannabis que, en vista de lo nuevo del sector, aún no tenían bien definidos sus protocolos, sus modelos empresariales y las licencias legales que exige el Gobierno Nacional “que además son muy exigentes al tratarse de una planta que puede ser utilizada para fines recreativos como alucinógeno”, dice Rodríguez. Para ese momento, el papel de la entidad era asesorar y capacitar a las empresas que empezaban a incursionar en el sector de la siembra de cannabis medicinal.
Sin embargo, Juan Felipe Rendón, director regional del Sena en Antioquia, narra que cuando ese proceso de asesoría llegó a feliz término y las empresas tenían bien definidos sus modelos de negocio empezó la idea de formar a estudiantes en un modelo de esa entidad que se llama Formación Complementaria y que les permite “certificarse formalmente con un diploma que tiene vigencia en más de 200 países”, agrega Rodríguez.
Aprender sobre el cannabis
Rodríguez, que también se desempeña como docente de este programa, explica que el currículum académico surgió tras una propuesta entre agrónomos y abogados que plantearon dos enfoques de enseñanza. “Uno que tiene que ver con toda la parte de normatividad y otro enfocado en la parte de producción y cosecha de la planta medicinal”.
En ese sentido, los estudiantes del Sena que se forman en esos tres departamentos aprenden en cursos de 240 horas, que equivalen a unos 7 meses con una clase por semana, todo lo que necesitan para trabajar en una empresa establecida o para formar su propio emprendimiento. Tras ese curso, se gradúan con el título en “Manejo técnico del cultivo de cannabis medicinal”.
Solo para el caso de Antioquia, por ejemplo, se han beneficiado 150 jóvenes desde el segundo semestre de 2020, cuando empezó la formación de estudiantes con certificación. Actualmente, cinco grupos cursan este programa en el departamento: dos en San Carlos, dos en El Carmen de Viboral y uno en La Ceja. Para todos ellos, el Sena conformó un equipo de ingenieros agrónomos, agrícolas y agroindustriales, una doctora en biotecnología y un equipo empresarial.
Para el caso de los otros dos departamentos en que se ofrece el programa, según confirmó la dirección del Sena a nivel nacional, hay 100 aprendices en Quindío y 140 en Cundinamarca. “El éxito del programa ha sido tanto, que las últimas inscripciones que abrimos fueron en El Carmen y, en menos de dos horas, ya teníamos 60 inscritos, nos tocó cerrar la convocatoria ese mismo día”, cuenta Rodríguez con entusiasmo.
El panorama en Colombia
Con la expedición de la Ley 1787 de 2016, Colombia cuenta con un marco jurídico integral que regula el acceso al cannabis con fines medicinales y científicos. A partir de ahí, cientos de empresarios a nivel nacional e internacional se interesaron en obtener las licencias relacionadas con el cannabis medicinal.
El Gobierno explica que, si el cupo es para cultivo se debe solicitar ante el Ministerio de Justicia; mientras que si es para fabricación de derivados se debe tramitar ante el Ministerio de Salud y Protección Social. Actualmente, los ministerios han otorgado licencia de funcionamiento a 1.065 empresas a nivel nacional.
Respecto a las hectáreas sembradas, el instituto de pensamiento e investigación Fedesarrollo publicó un informe en 2020 donde informaba que el país tiene 56 hectáreas de cultivos de plantas de marihuana y que cada hectárea produce unos 17 empleos directos, sin contar con el personal administrativo y científico.
“Estos muchachos salen con un mercado laboral muy amplio. La empleabilidad ha sido inmediata, para puestos laborales fijos y de temporada. El cannabis medicinal, sin duda, es un sector prometedor para la reactivación del país”, concluyó Rodríguez .
Otras ofertas educativas en el país
Pese a que el sector del cannabis medicinal en Colombia solo lleva cinco años de crecimiento, ya hay múltiples desarrollos científicos y académicos respecto al tema. Además del Servicio Nacional de Aprendizaje, otras instituciones también le han apostado a la formación en competencias relacionadas con esa industria.
Ese es el caso, por ejemplo, de la Universidad Nacional y la del Rosario, que ofrecen diplomados en Cannabis Medicinal; o de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, que oferta un curso de 130 horas; y de la Universidad de los Andes, que ha programado seminarios respecto al tema.
