viernes
7 y 9
7 y 9
Basta con realizar una búsqueda rápida en internet sobre los lugares donde se puede estudiar coaching para darse cuenta de que es todo un boom. Aparece en ofertas de diplomados, cursos y maestrías en el exterior. También es protagonista de páginas web, donde a través de casos de éxito comparten una multitud de razones para formarse en esta disciplina.
Su metodología consiste en potenciar las habilidades y virtudes de cada persona mediante un entrenamiento que deja a un lado las debilidades y se centra exclusivamente en las fortalezas. Ahora, cuando dicha consigna se traslada al campo organizacional aparece el coaching ejecutivo, que se enfoca en el funcionamiento de las compañías e incide directamente en el mejoramiento de su productividad.
No obstante, ante el abanico de opciones lo primero es investigar. Según la International Coach Federation (ICF), una de las entidades internacionales más destacadas en la certificación de esta profesión, el coaching, en general, es “la colaboración con los clientes en un proceso creativo y estimulante que les sirva de inspiración para maximizar su potencial personal y profesional”, es decir que, además de formar habilidades laborales, interviene en la parte emocional. Por esta razón, resulta vital conocer si el programa al que se desea aplicar cuenta con unas bases sólidas y certificadas que no desdibujan la razón de ser de la disciplina.
Otro aspecto a tener en cuenta es la diferencia entre los diplomados ofertados por las universidades, cuyo objetivo principal —en la mayoría de casos— es brindarle herramientas de liderazgo a profesionales con perfiles gerenciales, ejecutivos o vinculados al área de recursos humanos; y los procesos de formación de escuelas o corporaciones que trascienden el ámbito laboral y se enfocan en el desempeño del ser humano.
Para Adolfo León Delgado, coach profesional y consultor de la Universidad Eafit, las universidades priorizan dos aspectos: el académico y el práctico, por ello buscan que los estudiantes adquieran los conceptos y los lleven a sus campos de acción. “Lo ideal es que salgan con la claridad de ser jefes y que respondan a la pregunta: ¿cómo me sirven las herramientas del coaching ejecutivo?”, afirma.
Si bien todos los perfiles pueden aprovechar estos programas, es preferible que apliquen profesionales con experiencia en manejo de equipos o con proyecciones de ser jefe. “Hoy en día las compañías buscan perfiles con un manejo más humano y horizontal de los equipos, que entiendan las particularidades de cada miembro y los motiven a generar planes de acción para dar soluciones y desarrollar su potencial. Esto se logra con el coaching. Entonces, aunque muchas empresas no lo exijan como requisito, para los profesionales sí se convierte en una ventaja tener estos conocimientos”, explica Margarita Maldonado, manager de PageGroup, firma de reclutamiento especializada.