Desde 2009 el Gobierno Nacional, a través del Ministerio de Educación, ha venido liderando la formulación e implementación de políticas públicas para la primera infancia.
Es así como a través del Programa de Atención Integral para la Primera Infancia, Paipi, ha ido implementando su estrategia de acceso a la educación inicial para niños entre los cero y cinco años, en condición de vulnerabilidad.
Así mismo, otra de las grandes apuestas del Gobierno para atender a la primera infancia es el programa de Cero a Siempre, que cumplió cuatro años con un total de un millón de niños atendidos en el país.
Para Ángela Rosales, directora de la ONG Aldeas Infantiles, de Cero a Siempre ha sido una positiva iniciativa en pro de la educación y el desarrollo infantil. “Se ha hecho un gran avance en términos de inversión, de mejora de los materiales pedagógicos y de las condiciones de quienes atienden a los niños”.
Incluso, destacó el programa Buen Comienzo, de Medellín, como un ejemplo para otras ciudades, de atención integral a la primera infancia. Sin embargo, reconoció que a nivel nacional “aun hay retos como mejorar el sentido pedagógico que se le da al desarrollo de los niños, las apuestas para que se desarrollen adecuadamente, y que la educación no solo se quede en las aulas, sino que trascienda a las familias porque su desarrollo también depende de cómo están ellos”.
Rosales afirmó que una educación de calidad es aquella que forma mejores seres humanos con valores éticos y que conviven en paz. De ahí que las políticas educativas para la primera infancia deban procurar por generar oportunidades legítimas de progreso y prosperidad para ellos y para el país. “Debe ser una educación competitiva, que contribuya a cerrar brechas de inequidad y en la que participe toda la sociedad”, agregó.
Para ello, el trabajo debe seguir apuntando a que todos los niños, independientemente de donde nazcan, tengan las mismas oportunidades y esto se logra fortaleciendo la calidad de la educación y generando entornos protectores que favorezcan su desarrollo.
“No todos los niños reciben las mismas oportunidades y si no las tienen en la infancia seguramente afectará su desarrollo”, resaltó.
Por último, resaltó la necesidad de empezar a trabajar con las familias de los niños, pues afirmó que no habrán políticas educativas e inversión sostenible si estos reciben una buena atención a través de estos programas pero en su casa son vulnerados y maltratados.