Entre 2002 y 2008, cuando Clara Rojas estuvo secuestrada por el Bloque Sur de las Farc, junto a la entonces candidata presidencial Íngrid Betancourt, el rostro de la lucha por su regreso fue el de su madre, Clara González de Rojas, quien falleció este miércoles después de pasar 15 días hospitalizada.
Durante el tiempo del secuestro se acercaba a los 80 años, y frente a las cámaras aparecía firme e indoblegable ante el flagelo del secuestro.
De hecho, la revista Semana la nombró Personaje del Año en 2007, insistiendo en que “con su dignidad y su discreción, encarnó más que nadie la tragedia nacional”.
Además de la incertidumbre por el paradero de su hija, su prueba de fuego fue tal vez el momento en el que se enteró de que Clara quedó en embarazo durante el cautiverio, y que fruto de esa situación nació Emmanuel, quien más tarde se convirtió en el consentido de los Rojas.
Y es que González, pese al sufrimiento de tantos años, llegó a decir a los medios de comunicación que no tenía “reservas” porque el padre de su nieto fuera un combatiente de las Farc y que se trataba de “un ser humano, y a cada ser humano que se acerca a un miembro de mi familia, yo lo considero un ser de mi familia”, le manifestó a El Tiempo.
Si bien doña Clara González de Rojas fue protagonista en varias marchas y protestas que pedían el intercambio humanitario, decidió tomar la vía de lo espiritual y realizar cadenas de oración para que los secuestrados del país regresaran a casa.
