El Carmen de Viboral lleva varios días ardiendo y el combustible son las reacciones a favor y en contra de la realización de un festival musical que ya lleva 15 ediciones y tiene la 16 programada para este fin de semana.
Le recomendamos leer: Es oficial: la cerámica de El Carmen de Viboral en Antioquia ya es Patrimonio Cultural
No es la primera vez que el Viboral Rock enciende los ánimos en este tranquilo pueblo del Oriente antioqueño al que todo mundo asimila con la loza orlada de bellas figuras azules, pero en esta ocasión hay por lo menos dos hechos que agitan más la controversia: el primero fue el anuncio de que las presentaciones de viernes y sábado tendrán lugar en el parque principal, pero la del domingo, la final, será en el centro de convenciones, a puerta cerrada.
Aunque la mayor parte de los años fue así, en 2024 el alcalde Hugo Alfonso Jiménez dijo que el evento sería completamente en el parque, para que tuviera más brillo, y así se hizo; los roqueros lo tomaron como un gran triunfo y una reivindicación, algo así como un acto de reparación que se explica al conocer los orígenes del certamen. Sin embargo, este año habían empezado a planear el festival desde enero y estaban pendientes de que el mandatario local confirmara si de nuevo se iba a permitir que fuera en el parque principal.
Cuenta Wálter Hernández, uno de los fundadores del Viboral Rock, que ante la demora en la respuesta de Jiménez, ellos optaron por creer que serían los tres días a cielo abierto, como el año pasado, y al alcance de todo mundo, y así lo estaban preparando; sin embargo, solo el viernes pasado, a través de un medio de comunicación local, el mandatario dio la noticia —mala para ellos— de que serían dos días en el parque y el domingo en el polideportivo municipal, con el argumento de que era una manera de “descentralizarlo”, al tiempo que insinuó que sería bueno que en el futuro se pensara en hacer parte de la programación en una vereda.
Eso produjo un malestar general entre los roqueros, sobre todo porque lo ven como un retroceso y una flaqueza de Jiménez frente a sectores conservadores y religiosos. El ambiente se caldeó todavía más con un segundo hecho y fue el comunicado que comenzó a circular el viernes anterior en Instagram y Facebook, con los sellos de tres organizaciones que hacen presencia en el pueblo —Lazos de Amor Mariano (LAM), Emaús y DICMA—, en el que se manifiestan en contra de este tipo de eventos “que promueven comportamientos contrarios a la fe, el orden y la convivencia”.
Además, le sugerimos ver: En el Carmen de Viboral están rebotados por alzas en las tarifas de gas. ¿Quién responde?
Adicionalmente, aseguran que “estos eventos en vez de fomentar la cultura han traído consigo consumo de alcohol y drogas, vandalismo, ofensas directas a los símbolos religiosos y una drástica caída en las ventas del comercio local”.
Lazos de Amor Mariano es un movimiento político que nació en Medellín, aupado por comerciantes santuarianos, el 16 de julio de 1999 —día de la Virgen del Carmen— enarbolando principios católicos. Actualmente, tiene representación en la Cámara, con Luis Miguel López; en el Senado, con Mauricio Giraldo; en el Concejo de Medellín, con Brisvani Arenas; en la Asamblea de Antioquia, con Walter Arias, y cuenta en El Carmen con el concejal Jorge Luis Salazar.
Días después del panfleto virtual, la respuesta fue otro volante suscrito por la Mesa Ciudadana del Festival Viboral Rock en el que avoca el carácter laico del Estado colombiano y la trayectoria de dos décadas del evento. Además rechaza que se asocie con el consumo de alcohol y drogas, como si esto no ocurriera también en otros eventos que tienen lugar en el municipio, y destaca la derrama que se ha calculado en $1.150 millones, dinamizando la economía local y “posicionando a El Carmen como referente cultural en el país”. El otro saldo positivo que destacan son los cientos o miles de kilos de cuido para mascotas que recogen con los asistentes al festival, para perros y gatos abandonados.
Además, hicieron una citación a una asamblea cultural extraordinaria —con representantes de las organizaciones e instituciones de este campo y la ciudadanía— para analizar un fenómeno que consideran que está creciendo en el Oriente antioqueño, como es la oposición a expresiones culturales que confrontan los valores tradicionales. Esta debía realizarse este jueves a las 6:00 p.m. y sigue adelante, a pesar de que el martes LAM, Emaús y DICMA desmintieron haber sido los autores del escrito contra el festival.
En conversación con este medio de comunicación, el concejal Salazar admitió que en 2024, después de que personas cercanas a la parroquia recogieron alrededor de 1.200 firmas buscando que el festival de rock no se hiciera en el parque, él se las presentó al alcalde, aunque sin éxito porque de todas maneras se realizó allí. Asegura que, después, muchos se quejaron de gestos irrespetuosos de los artistas, como tomar un clériman y arrojarlo al público o poner un cristo boca abajo.
“Hubo imágenes muy fuertes, frente a la iglesia y en pleno domingo cuando suben las familias del campo”, dijo Salazar.
En esa medida, asegura que estaría de acuerdo en que el evento se llevara a otro sitio, pero fue enfático en que jamás ha pedido que no se efectúe.
Los roqueros le habían dado crédito a la autenticidad del escrito en contra del festival y siguen con la duda acerca de si hay personas cercanas a esos movimientos tradicionalistas entre los autores porque, según dicen, su contenido es idéntico a los argumentos que se esgrimieron el año pasado, cuando en el Concejo de El Carmen se discutía si se les otorgaba a los festivales que se hacen en ese municipio el carácter de patrimonio inmaterial local y el único que tuvo resistencia fue el evento de rock, aunque finalmente recibió esa denominación, al lado del Festival Internacional de Teatro, las Fiestas de la Loza, el Festival Andanzas y el Carnavalito de Música Andina y Latinoamericana.
No obstante que el Viboral Rock se financia del erario público, hay una mesa ciudadana que participa como órgano consultivo y este año el hecho de que el alcalde haya elegido las locaciones sin tenerlos en cuenta les ha dolido más que la reducción del presupuesto a $400 millones mientras que en 2024 fueron $450 millones, lo cual dicen entender como una consecuencia de que el Municipio bajó de categoría 2 a 3.
“Estas acciones reflejan una tendencia institucional de afectar de forma sistemática el acceso igualitario a los espacios públicos culturales, priorizando celebraciones religiosas por encima de políticas culturales previamente concertadas y programadas. Esto vulnera principios constitucionales y el derecho a la cultura”, afirmaron.
Así mismo le puede interesar: Con la nueva vía entre El Santuario y El Carmen de Viboral, en el Oriente antioqueño, los pueblos quedaron a 20 minutos de distancia
Los roqueros se quejan de que hay fuerzas retardatarias en el pueblo que los están estigmatizando. En ese sentido, Hernández recuerda que hacia 2005 los paramilitares la emprendieron contra “los peludos”, los que se ponían aretes o se vestían de negro. “A los que escuchaban metal, a esa gente ‘tan rara’ empezaron a decirle que se tenían que ir” y habrían ocurrido desplazamientos forzosos por esa causa. Recuerda que fue ahí cuando se creó Viboral Rock con apoyo de la Alcaldía, con el mensaje de que ese tipo de música también es arte y que quienes gustan de ella o la cultivan tienen tanto derecho como cualquiera a expresarse.
Esta es la programación de 2025
