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Fue una noche y madrugada de terror para los habitantes de la vereda Santa Helena, en Puerto Asís, (Putumayo), quienes corrieron por el temor de que la conflagración desatada tras la voladura del oleoducto alcanzara sus viviendas.
Al amanecer daban gracias a Dios por no haber dejado avanzar las llamas de varios metros de altura y sobrevivir ilesos al ataque del frente 48 de las Farc, en el que se activaron cuatro cargas explosivas, que si bien estaban dirigidas contra el oleoducto Mansoya-Orito, la desgracia pudo afectar sus casas toda vez que tubos cruzan cerca del caserío.
El atentado, además del incendio, provocó un nuevo derrame de petróleo. Los habitantes relataron que las “llamas se levantaban por varios metros y se veían a kilómetros...
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