Televisores, licuadoras, planchas, cojines, cortinas y hasta edredones fueron algunos de los artículos que compró la Presidencia para dotar las casas que le pertenecen.
Estas compras fueron realizadas desde el Departamento Administrativo de la Presidencia (Dapre) a través de un contrato por $93.084.400 y otro por un valor de aproximadamente $80.000 millones. El director de este departamento, Mauricio Lizcano también ha estado en el ojo del huracán por sus múltiples planes de austeridad que hoy se ven opacados por los altos costos, sobre todo, de un televisor de 85 pulgadas con un precio de $27.499.900.
Las críticas y los reclamos por los altos costos no paran, sin embargo, el presidente Gustavo Petro salió en defensa de su Gobierno a través de su cuenta de Twitter.
“¿Sabían que compra de colchas, cobijas y sábanas tenía como uno de sus propósitos que las personas del servicio tuvieran las mismas comodidades que los huéspedes en el Palacio de Nariño?”, explicó Petro luego de que se conociera la compra de juegos de cama de 300 hilos por $2,5 millones, cobertores de la misma calidad por $3,2 millones y un plumón de tela de microfibra de casi $1 millón; cuatro fundas de almohada que juntas le valieron al Estado $2,5 millones, igual número de cobertores para las camas por $11,5 millones y otro combo de cuatro cojines por $2,5 millones.
Según Petro, las personas del serviciode la Presidencia estaban en un estado de “discriminación absoluta”.
Las cortinas fueron otra de las compras polémicas junto con una lista, que es de carácter público, donde aparecen también otros artículos como una cubierta vitrocerámica eléctrica de $7,3 millones; dos licuadoras por $1,8 millones; tres planchas de ropa por $754.400 cada una, calentadores de $2,7 millones, una vaporera de $463.600 y un sartén antideslizante de $399.900.
Según Petro, todas las compras se revisaron para que no se presentaran sobrecostos, comparó sus gastos con los gobiernos pasados y explicó que todos los bienes adquiridos son públicos y no pertenecen al presidente.
“El costo de rehabilitación de las casas de huéspedes en que efectuó mi Gobierno es diez veces más bajo que en el 2014 y tres veces más bajo que en el 2018. Ningún bien comprado pertenece al presidente, son inventariados y hacen parte de los bienes públicos de la Nación”, concluyó.