Ha pasado una semana de la desaparición de Valeria Afanador, la menor de diez años con síndrome de Down, cuyo rastro se perdió desde el pasado 12 de agosto cerca de su colegio en el municipio de Cajicá, Cundinamarca.
Desde que se reportó su desaparición, las autoridades han ido aumentando el operativo para dar con su paradero, tanto que este miércoles se emitió una circular amarilla de Interpol ante el riesgo de que la menor haya sido sacada del país.
Pero en medio de la intensa búsqueda y de la confusión que hoy rodea a la familia sobre el paradero de la niña, inescrupulosos se están aprovechando de la situación para lanzar toda clase de críticas a sus padres y crear teorías alrededor de lo que puede estar pasando con la menor.
Hasta el momento, las autoridades adelantan la búsqueda de la menor en los alrededores del Gimnasio Campestre Los Laureles, donde fue vista por última vez, en Cajicá y los municipios cercanos. También se ofrece una recompensa de hasta 70 millones de pesos a quien brinde información sobre su paradero.
“Les pido a los ciudadanos que se pongan la mano en el corazón. Una vez Valeria esté sana y salva con nosotros, les estaremos comunicando”, agregó el papá de la menor, que completó ocho días desaparecida.
Afanador, así mismo, también lamentó que la búsqueda no esté arrojando resultados, pese a las acciones de los organismos competentes: “Voy a tratar de hablar con las autoridades judiciales para ver cuál es el avance en la investigación porque hasta hoy no tenemos nada”.
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Días atrás, el papá de la menor, visiblemente afectado, había pedido que quien tenga a su hija, la devuelva a su familia: “Si alguien tiene a Valeria, por favor devuélvanosla. Valeria es una niña pequeña, indefensa, de mucho amor; extraña a sus papás, a sus hermanitos. (...) Si hay alguien que tenga la niña, le pido por favor con el corazón en la mano, devuélvanosla, porque ella necesita atenciones especiales y es una niña muy indefensa”.
Valeria fue vista por última vez jugando cerca del cerco de plantas que rodeaba su colegio, el Gimnasio Campestre Los Laureles, ubicado en la vereda Canelón de Cajicá.
Al finalizar el descanso, la niña no regresó a su salón, por lo cual la institución educativa emprendió la búsqueda y dio aviso a las autoridades.
“De acuerdo con los indicios que teníamos y a los videos, se observa que la niña jugaba en la cerca viva que limitaba el colegio con las riberas del río. Ahí hay una zona boscosa, tenemos algunos lotes, algunas fincas, y toda esta zona se ha peinado con grupos especializados de bomberos, Defensa Civil, Cruz Roja, Ejército, con equipo tecnológico, con buzos”, sostuvo el capitán Álvaro Farfán, del Cuerpo de Bomberos de Cundinamarca.
Mientras tanto, el papá de Valeria insiste en que especular sobre la situación de su hija no hace más que afectar emocionalmente a su familia en medio de la triste ausencia de la menor en su hogar.