Los ministros de Hacienda, José Antonio Ocampo; de Agricultura, Cecilia López; además del director de Planeación, Jorge Iván González, junto con Alejandro Gaviria, se jugaron lo que sería la carta de la discordia.
En un documento de 17 páginas sustentaron la inviabilidad del articulado que radicó la ministra de Salud, Carolina Corcho. Se suponía que era un comunicado confidencial, pero se filtró. Cuando empezó a rodar por medios y redes sociales, en los niveles más altos del Palacio comenzaron a rodar cabezas.
Y no era la primera vez que se filtraba una carta en contra de la reforma de Corcho, también de la autoría de Gaviria, razón por la que el principal sospechoso era él. Sin embargo, trascendió luego que en el almuerzo posterior que sostuvieron el exministro y el presidente, Gaviria negó haber sido el responsable de filtrar el documento.
Con sospechas de traición se gestó el primer remezón ministerial del mandatario. Sin embargo, otras voces afirman que se trató de un presagio materializado en el día 204 del Gobierno.
Y es que lo que ha caracterizado esta decisión ha sido el hermetismo, tal vez bajo la idea de que no se filtren más datos sensibles.
Otra de las hipótesis que manejan desde el Partido de la U, el Conservador y el Liberal es que Petro habría convocado a los ministros que saldrían de la cartera antes de la alocución para que pareciera una movida y no la caída de la reforma, por lo que incluso Corcho había solicitado la salida de Gaviria, según el presidente del Partido Liberal.
Otra versión que corrió por redes, en tono irónico, fue desde la cuenta del mismo Alejandro Gaviria, quien informó que se iba “por problemas de salud” y ajustó su perfil de Twitter para autocalificarse como un “reformista democrático” y “defensor de la libertad de expresión”.
Lo cierto es que Gaviria se vio dos veces con Petro y supo de la decisión del mandatario. Mientras que para Patricia Ariza, exministra de Cultura, y María Isabel Urrutia, exministra del Deporte, sus salidas siguen siendo un misterio.