La llegada de Natalia Ángel Cabo a la Corte Constitucional representó un hito para los tribunales del país: a partir de su ingreso, esa alta corte tendrá, por primera vez en 30 años, una mayoría de mujeres.
De corte liberal, la abogada y magíster en leyes de la Universidad de Harvard reemplazará desde febrero de 2022 al magistrado Alberto Rojas Ríos, quien terminará su período.
En esta entrevista, Ángel Cabo respondió sobre lo que representa para ella su llegada a la Corte y lo que espera lograr con su trabajo.
Con su llegada, este tribunal se convierte en el primero en el país en tener la mayoría de mujeres. ¿Qué representa esto para usted?
“Es una de las cosas que más me complace, porque estamos demostrando un reflejo del cambio de la sociedad y porque es el reconocimiento a unos esfuerzos que hemos hecho las mujeres por ganarnos estos espacios y demostrar nuestras capacidades, en los niveles decisorios. He sido una defensora de la igualdad durante toda mi vida profesional, así que esto tiene un significado aún más especial para mí”.
¿Cuáles son los principales retos que enfrenta con este cargo?
“De manera personal, anticipo el reto de que la carga de trabajo en la Corte es muy alta, mucho más alta de lo que era cuando yo trabajé en mis primeros años en la Corte Constitucional. El tribunal tiene una alta carga de casos, una carga bastante excesiva, y lo que yo quisiera es poder tener un poco más de tiempo para reflexionar sobre los temas de manera más pausada, teniendo en cuenta que la Corte es un tribunal de cierre”.
¿Qué opina de las ‘tutelatones’?
“Lo de las ‘tutelatones’ es un absurdo, porque además termina desnaturalizando una de las acciones públicas más importantes. Es triste que se abuse de la tutela, porque termina desnaturalizando una acción que lo que busca es acercar al ciudadano a la defensa de sus derechos, pero las ‘tutelatones’ lo único que hacen es congestionar la administración de Justicia, tienen un impacto demasiado grande. Ahora bien, hay que decir que la tutela ha sido realmente exitosa en acercar a los ciudadanos a la justicia y hay un alto volumen de tutelas, entonces ese número de tutelas es bueno y malo a la vez: bueno porque por lo menos la gente está defendiendo sus derechos y tratando de resolver sus conflictos, pero lo preocupante es que haya tantas tutelas, porque esto puede estar indicando que no hay respeto a los derechos humanitarios en algunas ocasiones y que, de pronto, otros mecanismos de defensa judicial no están funcionando como debieran”.
Usted mencionaba que la Corte debe servir como medio reconciliador en un país polarizado. ¿Cómo se puede llegar a esto?
“He dicho que el hecho de que uno tenga una visión del mundo, de una manera u otra, no implica que así deba fallar. Creo que la tarea del juez es fallar en derecho, para toda la Nación. Independientemente de su opinión política tiene que defender la Constitución y ponerla como centro, eso une”.
¿Qué garantías va a tener el país con usted, qué tan independiente es y con qué deudas políticas viene, sabiendo que al cargo se llega haciendo política?
“Yo he venido insistiendo en que deberíamos replantearnos la forma de elegir los jueces de la Corte, porque considero que el Senado debe intervenir confirmando a un juez, pero no debería haber terna. Debería ser que la Corte Suprema de Justicia nomine una persona, que el Consejo de Estado nomine a otra y que el presidente nomine a una última para que el Senado confirme y, de esa manera, se evite tener que exponer a tres candidatos a hacer política, que es lo que termina sucediendo de conformidad con el diseño de la Constitución. De todas maneras, que uno tenga apoyos en el Congreso no significa que uno no vaya a ser independiente y ajustado a derecho. En mi caso, me han ternado tres veces y en cada terna tengo apoyos diferentes, de partidos diferentes, y eso es lo que demuestra que no tengo ninguna deuda política”.
¿Usted se imaginó que existiendo una mayoría conservadora en el Congreso, iba a ser esta vez la que finalmente iba a quedar?
“No. Si le soy sincera, realmente no creí que fuera a ganar. Yo me presenté más que todo porque la terna era del Consejo de Estado y le tengo un gran respeto a ese tribunal. Me parece muy retador el ejercicio en el Consejo de Estado, porque a uno le hacen muchas preguntas como jurista, pero si le soy sincera no creía que me fueran a ternar otra vez, ni creía que fuera a ganar en el Congreso, así que también soy yo la primera sorprendida”