Matar a sus dos primeras víctimas no significó gran cosa para la disidente Leidy Vanesa Bolaños Anacona, a juzgar por las interceptaciones telefónicas en poder de la Fiscalía. Pero el tercero, un oficial del Ejército, le sacudió la mente.
“Me llevaron por allá, que para ajusticiar a un subteniente. Primero lo tuvimos amarrado, dijeron que le diera agua y comida, que lo cuidara. Y al rato me lo llevaron y me dijeron ‘bueno, hágale el favor usted, porque a él ya no se le puede perdonar la vida’”, le confesó la joven de 21 años a un compinche, en una llamada que fue monitoreada por agentes del Gaula Élite de la Policía (ver el recuadro).
“Entonces el mando me dijo ‘hágale usted’. Y yo me puse a hacer eso y ahora sueño unas pesadillas horribles”, relató la implicada, a quien las autoridades señalan de ser cabecilla de escuadra en la columna móvil Urías Rondón, una facción disidente de las Farc que opera en el suroccidente de Colombia.
Su conversación continuó afirmando que “con el primero y el segundo, nada”, refiriéndose, al parecer, a que no sufrió pesadillas con esos muertos. El tercero la marcó.
Según la investigación del Gaula y la Fiscalía, este último era Cristian Calderón Jiménez, subteniente del Ejército, acribillado el 5 de septiembre de 2021 en el corregimiento San Antonio, de Sevilla (Valle).
El uniformado, que además era ingeniero civil, había sido secuestrado por los criminales cuando inspeccionaba unas vías terciarias con delegados de la Alcaldía.
Prontuario delictivo
Según el expediente policial, Leidy Bolaños, alias “Tania”, nació el 18 de enero de 2001 en Argelia, Cauca. Al parecer ingresó a la disidencia de las Farc a los 16 años, recién firmado el Acuerdo de Paz de La Habana.
Recibió su entrenamiento en armas y enfermería de combate en la columna móvil Dagoberto Ramos, con influencia en Valle y Cauca; en 2019 pasó a la compañía Adán Izquierdo, donde conoció al cabecilla “Oscar Barreto” y entabló con él un romance.
Cuando este fue asignado como jefe de la columna Urías Rondón, en Nariño, se llevó a la joven y la nombró líder de escuadra.
Uno de los delitos que le atribuyen las autoridades a “Tania” es la participación en el secuestro de 22 soldados que hacían desminado humanitario en septiembre de 2020, en una vereda de Tuluá (Valle).
El general Pablo Ruiz, comandante de la Región N°4 de la Policía, señaló que además de la muerte del subteniente Calderón, la mujer estaría implicada en los asesinatos de dos patrulleros adscritos a la Dirección de Carabineros, Ricardo Álvarez Cárdenas y Richard Valdés Anacona.
El 23 de julio de 2021 esos uniformados, junto a otros compañeros, custodiaban a una comisión de civiles que adelantaba un proceso de restitución de tierras en el corregimiento San Rafael, de Tuluá.
Los disidentes emboscaron con explosivos y ráfagas de fusil, matando a los dos patrulleros y dejando seis heridos.
El fiscal Javier García, delegado contra la Criminalidad Organizada, informó que “Tania” también es sospechosa del triple homicidio de unos indígenas de la comunidad Awa, perpetrado el anterior 3 de julio en el resguardo Inda Sabaleta, en Tumaco.
Tras siete meses de seguimientos, el pasado viernes el Gaula instaló un puesto de control en la vía Pasto - Mojarras (Nariño), con apoyo del Ejército, y detuvo a Leidy Bolaños cuando transitaba en una camioneta con otra mujer.
En la audiencia de garantías, la Fiscalía le imputó cargos por homicidio agravado (del militar), secuestro simple y concierto para delinquir. Ella se declaró inocente.
En la diligencia, el fiscal del caso presentó los audios de las interceptaciones, entre ellos el que hacía referencia a la muerte del subteniente , que le produjo pesadillas a “Tania”.
Se oyó cuando el compinche le dijo: “Eso no es nada, hay que controlar la mente, no más. Hay que abrir un cartucho (bala) y comerse un poquito de lo que lleva dentro”.
Y ella le respondió, riendo, “eso ya lo hice varias veces”.
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