Sobre la muerte de Claudia Johana Rodríguez, el comandante de la Policía Metropolitana de Bogotá, general Hoover Penilla, aseguró a Caracol Radio que la víctima, quien ya había denunciado agresiones en su contra por parte de su pareja cuando residía en Medellín, “había recibido medidas cautelares de protección y su exesposo tenía restricciones para estar cerca de ella, por eso el cuadrante encargado de la zona donde ella vivía, hacía la vigilancia pertinente”.
Claudia Johana salió de Medellín a Bogotá huyendo de Julio Alberto Reyes, su exesposo; sin embargo, ni cambiar de ciudad ni las medidas de protección fueron suficientes para prevenir la tragedia.
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Los abogados penalistas consultados por EL COLOMBIANO coinciden en que en la mayoría de casos las medidas de protección, que pueden ser de diferentes tipos, suelen servir, pero que por desgracia no son lo suficientemente fuertes para evitar un desenlace como el de Claudia Johana Rodríguez.
Para Víctor Javier Velásquez, abogado penalista, las medidas de protección, que muchas veces pueden ser de alejamiento o de una casa refugio para la víctima, “lastimosamente no evitan ninguna muerte, pero en muchos casos funcionan porque los agresores, al ser denunciados, evitan cometer nuevas acciones por temor a las consecuencias judiciales que pueda tener la medida”.
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Alejandro Barragán, también penalista y exfuncionario de la Secretaría de la Mujer de Bogotá, explica que las diferentes medidas cautelares han sido útiles en algunos casos. “Lo que sucede es que desgraciadamente son medidas que dependen de la operatividad de los organismos que estén involucrados, como las comisarías de familia, los centros de atención para la mujer, etc”.
Este abogado agrega que cuando la víctima entra al “aparato institucional”, empiezan un camino “muy difícil de recorrer en el que en muchos casos la Policía o las diferentes Fiscalías que reciben la denuncia, no ven con gran preocupación que haya un hombre que acose a las mujeres y eso impide una atención mucho más expedita, lo que puede terminar en un suceso fatal o que se prolongue ese acoso del que es víctima la mujer”.
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Sobre lo ocurrido con Claudia Johana Rodríguez, quien tenía una medida de protección “inmediata”, Alejandro Barragán dice que a pesar de que las autoridades en Medellín tenían el conocimiento del caso, “es casi siempre una acción reactiva, no preventiva, entonces no se llega a conocer de fondo qué tan grande era el nivel de riesgo que tenía esta persona, por eso casi siempre los organismos de seguridad llegan tarde”.
Por su parte, Cristina Rosero, abogada de la organización Women´s Link Wolrdwide, afirma que en efecto hay herramientas que ayudan a prevenir este tipo de casos, una de ellas son las alertas de riesgo que da el Instituto de Medicina Legal.
“Medicina Legal tiene todo un registro de las mujeres que acuden por casos de violencia, desde ahí, con una buena coordinación con la Fiscalía, se pueden detectar los casos que tengan un nivel de riesgo alto. En uno de los últimos informes de ese instituto, se registraron 5.221 mujeres en riesgo extremo de muerte por casos de violencia intrafamiliar, 2.400 de esas personas son jóvenes entre los 20 y 29 años”, afirma Rosero.
Sin embargo, esta abogada lamenta el hecho de que en estos momentos no haya “un diseño especial de protección para las víctimas de violencia intrafamiliar, no responde a la necesidad de las mujeres, no tiene en cuenta las necesidades y lo que pueden hacer las víctimas en estos casos de riesgo”.
