El cartagenero Humberto Sierra Porto, exmagistrado de la Corte Constitucional, quien desde el 28 de noviembre de 2013 fue nombrado como presidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, aseguró que por el momento ese organismo no tendrá nada que ver con el proceso de paz, porque en primera instancia será Colombia la que debe entrar a definir esa situación.
A su paso por Cartagena, en donde presentó el libro ‘Nuevas tendencias del Derecho Penal y Procesal Penal’, compilado por el abogado Luis Gustavo Moreno, conocido por haber develado la llamada ‘fábrica testigos falsos, Sierra Porto habló con Colprensa sobre el papel que jugaría esa instancia judicial en un eventual escenario de posconflicto en el país.
¿La Corte Interamericana de Derechos Humanos puede recomendar a Colombia algún modelo de negociación?
“Hay un punto central y es que la Corte Interamericana no es juez para la Justicia Transicional, la Corte Interamericana tiene una norma parámetro que es la Convención Panamericana de Derechos Humanos y a propósito de cada uno de los derechos ahí contenidos realiza una jurisprudencia; se ha hablado de la verdad, de la justicia, de la reparación, y dentro de esta temática es que tiene relación con los elementos que se discuten en algunas ocasiones en este tipo de proceso”.
¿Frente al tema del cumplimiento de los derechos humanos, qué recomendaciones puede hacer
la CIDH?
“Dentro del Sistema Interamericano existen dos órganos, uno es la Comisión Intermericana de Derechos Humanos que formula opiniones sobre avances, desarrollos, sobre inconvenientes que tienen procesos políticos como el que se está dando en Colombia y el otro es la Corte que solo conoce de casos y se pronuncia sobre los mismos”.
¿Algún modelo en temas internacionales sobre la reconciliación que se pueda recomendar desde la CIDH?
“La reconciliación es un proceso que se ha presentado en distintos países en donde ha habido situaciones de transgresión, de ruptura institucional en procesos revolucionarios o de dictaduras, de procesos de conflictos internos, cada uno tiene experiencias diferentes, tiene enseñanzas, y es muy difícil trasladarlos y más en las experiencias de cada uno de ellos. Se trata es de tener conocimiento de cada uno para utilizar los distintos elementos de la mejor forma en el caso que me pregunta”.
¿La Corte Interamericana se llegará a pronunciar sobre las eventuales penas que reciban los jefes de la guerrilla?
“Se nos ha preguntado insistentemente sobre cuál podría ser la posición de la Corte Interamericana sobre lo que se está discutiendo actualmente en el proceso de paz, pero entiéndanme: Un proceso que todavía no se ha concluido, que no se sabe exactamente cuáles son los aspectos que va a contener específicamente, sería poco responsable pronunciarse”.
¿Pero de concretarse ese proceso, cómo sería esa intervención de la CIDH, por llamarlo de esa forma?
“Jurídicamente eso tiene una manera de abordarlo, pero primero hay que aclarar que la utilización de la Justicia interamericana es subsidiaria. Primero le corresponde al país directamente responsable a través de sus personas, con su capacidad de construir los mecanismos adecuados para resolver situaciones como estas, lograr la paz, la reconciliación. La Corte Interamericana será solo una instancia posterior cuando no haya posibilidad de que esto sea resuelto de manera diferente”.
¿El tema de la verdad cómo se debe abordar y cumplir?
“Se deben hacer unas reflexiones sobre el proceso que se está dando en la negociación, sobre la verdad se puede decir muchas cosas. Uno de los aspectos es que hablar de la verdad en Colombia supone un reto particular para nosotros porque tenemos una tendencia, en algunos aspectos por utilizar el lenguaje de una manera que no es exactamente fidedigna con la realidad con que opera, como por ejemplo ocurre con los casos de los estados de excepción.
Es un proceso interno, jurídico, de tratar de sincerar, de reconocer los hechos de una manera tal que el mecanismo para conocer la verdad no se convierta en confrontación, es decir, que no haya una lucha entre los colombianos para ver quién tenía que decir la verdad. No hay una sola verdad en este tipo de procesos”.
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