El director de la Policía Nacional, general Rodolfo Palomino, confirmó que la estructura de los Urabeños contra la cual se realizó un bombardeo en el municipio de Unguía, Chocó, el martes, dejando como resultado parcial 12 de sus integrantes muertos, tenía una fuerte capacidad militar para atentar contra la Fuerza Pública.
El oficial señaló que se pudieron corroborar las informaciones obtenidas por Inteligencia, en el sentido de que dicho grupo ilegal “se estaría concentrando y aumentado su capacidad para atacar a la Fuerza Pública y quizá a la Policía”. Para esto, además, se estarían aliando con el Eln en el Chocó, así como para desarrollar actividades de narcotráfico.
En la operación denominada Mapache, en la que participaron más de 100 comandos de los grupos Jungla y Copes de la Policía Nacional, se destruyeron cinco campamentos y se incautaron 14 fusiles (8 AK-47, 1 Galil, 2 G-23, 2 Falcon y 1 R-15), una ametralladora, un mortero, granadas de 60 mm, minas antipersona, 17 proveedores y 1.269 cartuchos, además de material de intendencia.
(Lea aquí: 12 “urabeños” murieron en Chocó tras operación de la Fuerza Pública).
Esta operación está encaminada desde febrero de este año en contra de Roberto Vargas Gutiérrez, alias “Gavilán”, segundo hombre de la estructura criminal luego de Darío Antonio Úsuga, alias “Otoniel”, en el Pacífico colombiano, y quien utilizaría como corredores de movilidad los municipios de San Pedro de Urabá, Turbo, Carepa y Necoclí, en Antioquia, y Riosucio y Unguía, en Chocó.
Según la Policía, la acción afecta directamente a la estructura denominada “Frente Darién chocoano”, que sería el responsable de consolidar los esquemas de seguridad en el municipio de Unguía para los desplazamientos que realiza alias “Gavilán” y, además, bloquear un corredor de movilidad entre los municipios de Unguía y Riosucio, donde al parecer aseguraban el tráfico de cocaína hacia Panamá y Centro América.
Esta operación fue posible por cuenta de las campañas realizadas para que la ciudadanía brinde información a cambio de recompensas, pues se contactó a un hombre que habría sufrido un atentado en Medellín, que resultó ser un desertor del Clan Úsuga o Urabeños.
La Policía señaló que gracias a la información aportada por esta persona, y cinco más, fue posible planificar varios golpes y hallar el campamento afectado en Unguía, una zona que de acuerdo con la Institución venía constituyéndose en un área de retaguardia de alias “Gavilán”.
Allí, dijo la Policía, “se sentía ‘cómodo’ al controlar sus grupos de seguridad por veredas como Peye y Tilupo y desde donde desplegaba las custodia del corredor hacia Panamá, para garantizar el transporte de pasta base de coca hacia el país centroamericano”.
Incluso, se realizaban, según la Policía, “fiestas con desbordadas extravagancias”, con la presencia de mujeres y abundante licor.
No obstante, los campamentos de “Gavilán” sí tienen la misma idea de clandestinidad en la zona selvática, haciendo presencia en los bosques y dotándose de armamento de largo alcance. De hecho, la Policía indicó que se conoce que poseen fusiles calibre .50.
La estructura afectada contaba con 60 hombres en armas y era liderada por alias “Cobra 5”, “Caquetá”, “San Juanero”, “Coyongo” y “Gusano”. Actualmente se verifica quiénes estarían entre los abatidos.
