En el corregimiento de Puerto López, al norte de la Guajira, 350 indígenas wayúu se reunieron con delegados del Ministerio del Interior. Una discusión alrededor de la crisis humanitaria en la región fue el tema principal. Según las autoridades indígenas, son 4.700 menores los que han muerto por desnutrición en el departamento. La cifra, que no ha sido admitida ni desmentida por el Gobierno Nacional, ha puesto los reflectores sobre los wayúu.
La reunión de ayer hizo parte de las asambleas que programó el Ministerio del Interior para construir el plan de salvaguarda de la comunidad wayúu . Como lo ordenó la Corte Constitucional en 2009, el Gobierno debe tomar medidas para proteger a 34 etnias en extinción, entre ellas la wayúu. Esta comunidad representa el 50% de la población de la Guajira, con cerca de 300.000 habitantes. De ellos, 3.559 niños tienen problemas de desnutrición, según el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (Icbf).
En los últimos días se ha avanzado en el plan de salvaguarda por cada municipio. El 17 de abril participaron 800 personas, el 19 fueron 1.318. Hasta ahora se ha socializado en lo que consistiría el plan y las acciones a corto y mediano plazo. “Hicimos una petición sobre el problema del agua, porque el Gobierno se ha comprometido con unos pozos profundos que todavía estamos esperando”, dice José Eduardo Galvis, representante de la Asociación Wayúu Araurayu.
El director de Asuntos Indígenas del Ministerio del Interior, Pedro Posada, calcula que el plan estaría listo al finalizar el año: “estructurar el plan de salvaguarda para los wayúu no será fácil: hay muchas divisiones entre los clanes. Como no hay una vocería unificada hemos visitado cada municipio para recopilar las necesidades principales de la población. El tema del agua es estructural y se está dando la discusión en ese sentido”.
La ausencia de agua en un territorio árido es lo que, para las autoridades indígenas, ha desencadenado en más muertes por desnutrición. Armando Valbuena, miembro de la comisión política de la Onic (Organización Nacional Indígena de Colombia), denuncia que “el río Ranchería, que es nuestra segunda fuente de abastecimiento, está siendo captado para la minería, especialmente por el Cerrejón. Sin agua no hay alimentos, así de simple. Bienestar Familiar trabaja para abastecer con nutrientes a los niños, pero lo hace a través de Ong y estas muchas veces no cumplen. Hemos pedido que revisen los contratos y que cumplan con la alimentación de los niños. Por el tema de agua, el Presidente prometió 11 pozos y solo se está construyendo uno”.
El COLOMBIANO contactó al Viceministerio de Agua, pero al cierre de esta edición no obtuvo respuesta sobre las soluciones para la sequía que durante décadas ha enfrentado el departamento.
Además del agua, la atención a los niños no ha sido suficiente. El último informe de la Defensoría del Pueblo sobre la Guajira, publicado a finales de 2014, señala que 2.065 niños no cuentan con atención del Estado y “solo 158 se encuentran en programas de primera infancia por parte del Icbf”.
Ana María Ángel, directora de nutrición de la entidad, sostiene que el Icbf está trabajando en el aumento de cobertura: “ estamos adelantando el estudio de microfocalización para determinar cuántos niños hacen parte de la comunidad wayúu. Ya tenemos unos porcentajes estimados, lo que nos permitirá focalizar la atención. También tenemos dos centros de recuperación nutricional en Rioacha, con los cuales pretendemos disminuir los índices de desnutrición. Estamos en permanente búsqueda de aquellos menores que necesitan atención”.
Para adelantar los estudios de población, el Icbf ha invertido cerca de 8.000 millones de pesos. Según Cristina Plazas, directora de la entidad, en 2015 serán atendidos 53.000 niños en la Guajira.